El Ministerio de Ciencia, dirigido por Diana Morant, ha vuelto a destacar su “compromiso con la ciencia” anunciando un “programa estatal para impulsar la investigación científico-técnica en España”. En los presupuestos generales del estado de 2022, se prevé una inyección económica de 3.843 millones de euros, lo que se traduce en un aumento del 19% respecto a los de 2021 y casi el doble que en 2020.
Con todo, para los investigadores “tiene trampa, como el año pasado”, explica para ConSalud.es la profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y consejera de CCOO en el Consejo Rector del CSIC, Alicia Durán. "El presupuesto total, sumando los 'normales' y los fondos europeos, eran alrededor de 12.400 millones en 2021, es decir, un 7% más", apunta la experta.
“Un aumento ridículo para los investigadores” y que queda lejos de responder a las necesidades del sector científico. “Nuestro equipamiento científico está obsoleto. Los microscopios electrónicos que llegaron en el 2010 son ya como piezas de museo, pero no tenemos dinero para mantenimiento o renovación ni para recursos humanos. Esto repercute directamente en la calidad de los trabajos y condiciones de los investigadores.
Uno de los aspectos que destaca Durán es que “el año pasado a la I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) le agregaron la digitalización”. La profesora del CSIC remarca que “digitalización no es innovación”, de manera que “este dinero se desvirtúa y nos venden unos presupuestos que no son verdad".
No se trata de una mayor inversión, sino de una "redistribución" de la financiación
Esta es una de las “trampas” que hacen que el Ministerio pueda presumir de haber aumentado en casi un 20% el presupuesto sin que se vea reflejado en las necesidades de los profesionales.
Por otro lado, en los presupuestos generales, se observa un aumento de casi el 34% para investigación científica, es decir "para el CSIC", apunta Durán. Este aumento del 33,8% sería una gran noticia, si fuera verdad. Y es que en realidad, no se trata de una mayor inversión, sino de una "redistribución" de la financiación.
Los presupuestos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) e Instituto Español de Oceanografía, se han incluido este año en los del CSIC. De esta manera, se puede decir que se ha producido un aumento del 33,8% del presupuesto del CSIC, aunque sea debido a “cambiar la cifra de lugar”.
Otro de las “mejoras” es el presupuesto para Investigación y estudios de las Fuerzas Armadas, o sea, para el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial (INTA). Este ha aumentado en más de un 25%. Sin embargo, partimos de la base de que “el año pasado le recortaron un 19% del presupuesto y nadie sabe por qué”.
En resumen, un aumento que aunque se ha vendido como "el presupuesto más ambicioso de la historia para la ciencia y la innovación" se traduce en "ridículo" para el sector científico y no obedece a las demandas de los investigadores españoles que, de nuevo, están abocados a emigrar para tener condiciones de trabajo dignas. En otras palabras, concluye Durán: “Seguimos como estábamos”.