En el año 2021 se han ofrecido más ofertas laborales para titulados de Formación Profesional (FP) que para titulados universitarios. La pandemia de Covid-19, los ERTE y el paro, han favorecido que “mucha gente con vocación sanitaria, dé un giro a su carrera y se dedique al sector de la salud”, informa para ConSalud.esLucía Momblona Robres, enfermera y profesora de Formación Profesional en el sector de la Sanidad.
“Gran parte de la sociedad ha entendido que la Sanidad en el ámbito profesional es una apuesta segura”, continúa, añadiendo que en este sentido, la FP tiene varias ventajas. Una de ellas, es que se trata de una formación breve, de alrededor de dos años tanto en Grado Medio como Superior. Además, este último es “una vía muy factible para acceder a los Grados Universitarios de Ciencias de la Salud”, cuyas notas, en opinión de Momblona, están “desorbitadamente altas”.
Por otro lado, según un informe de Infoempleo y Adecco, la FP es la formación más demandada por los empleadores, suponiendo un 41,3% del total de ofertas de trabajo, por encima del 33,7% que requerían título universitario. Como docente y sanitaria, Lucía ha visto “un aumento de la demanda de FP muy acusado”. Tanto es así “que incluso hay dificultad para cubrir puestos de docentes”.
Ante el aumento de la demanda, también ha crecido la oferta. En esta línea, la digitalización que ha venido con la pandemia, ha abierto “una nueva forma de enseñar”, explica la enfermera. Los medios digitales, han facilitado el acceso a la formación a aquellas personas con incompatibilidades para estudiar, sean laborales o familiares. "Con el boom de la pandemia" y ante la necesidad de profesionales sanitarios, las empresas dedicadas a la docencia también han crecido, aumentando así el número de puestos para profesores y la oferta de grados.
"Los salarios y la precariedad de los sanitarios en este país, con contratos cortos, inestables y mal pagados, llevan a algunos profesionales a decantarse por la docencia"
Se trata de ciclos “muy polivalentes y con una altísima inserción laboral”, subraya la enfermera. “Cada título tienen unas competencias propias y exclusivas de su titulación, aunque en el sector sanitario se tiende al trabajo en equipo y al final, todos hacemos de todo”, continúa. “Siempre les digo: ‘Lo tiene que hacer el que más bien vaya a hacer a la persona que cuida el equipo, independientemente de qué título tenga", subraya la docente.
Con todo, al tener competencias enfocadas hacia la parte técnica, “pueden encontrar limitaciones para acceder a altos cargos o puestos de gestión”. Sin embargo, las posibles carencias y diferencias en las competencias entre titulaciones, no se reflejan en la práctica diaria: “Desde mi posición de enfermera asistencial, puedo decir que cada categoría profesional cumple con sus obligaciones y todos trabajan en equipos multidisciplinares”.
Los títulos más demandados, comenta Lucía, son el grado medio de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), así como los grados superiores de Higiene Bucodental y Laboratorio. Es interesante destacar que, aunque se puede acceder al grado medio desde los 16 años, los alumnos de FP tienen de media "entre 30 y 35 años". Algunos quieren dar ese "giro profesional" que comentaba Momblona, mientras que otros optan por completar sus estudios o acceder a grados universitarios.
Lucía Momblona vivió la pandemia de Covid-19 en primera línea. Ahora, compagina su trabajo de enfermera con la docencia. “Incluso antes de terminar el Grado en Enfermería, sabía que quería enseñar”, apunta. Con todo, “los salarios y la precariedad de los sanitarios en este país, con contratos cortos, inestables y mal pagados, llevan a algunos profesionales a decantarse por la docencia”.