La Asociación Española de Bioempresas (Asebio) ha valorado positivamente la opinión del abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Michal Bobek, que cree que los organismos obtenidos por mutagénesis están exentos de las obligaciones de la Directiva de los organismos modificados genéticamente (OMG) (2001/18/CE), siempre que la técnica no implique el uso de moléculas de ácido nucleico recombinante.
Según estas conclusiones preliminares, que no son vinculantes para el Tribunal de Justicia, la exención por mutagénesis se aplica a todas las técnicas de mutagénesis, tanto a las conocidas en el momento de la adopción de la Directiva (2001) como a las desarrolladas recientemente, resultado del progreso científico en el ámbito de la biotecnología.
El director general de la Asociación Española de Bioempresas, Ion Arocena, ha afirmado, a través de un comunicado, que “Asebio valora de forma positiva que la opinión no vinculante del abogado Bobek vaya en camino de aportar claridad legal respecto a la consideración de los métodos de edición del genoma en relación con la normativa europea sobre OGMs”.
La mutagénesis consiste en la alteración del genoma de una especie pero no implica, en principio, la inserción de ADN externo. En cambio, un organismo modificado genéticamente lleva implícita la transgénesis o inclusión en su genoma de un gen ajeno a ese organismo.
Esta opinión del Abogado General responde a una cuestión prejudicial planteada por el Consejo de Estado francés al Tribunal de Justicia de la UE, ante una demanda planteada por el sindicato agrícola francés Confédération paysanne al Gobierno francés después de que este país traspusiera la directiva de OGMs, argumentando que las técnicas de mutagénesis han evolucionado desde 2001 y que las mismas podrían implicar riesgos para la salud humana y animal y el medioambiente.
Bobek no considera que existan riesgos concretos de estas técnicas ya que afirma que “no hay evidencia científicamente verificada de riesgos concretos para la salud humana o el medioambiente de las nuevas técnicas de mutagénesis”.
El sector biotecnológico ha reclamado la necesidad de un marco regulatorio y legal claro, estable y predecible, que ofrezca seguridad jurídica ante la puesta en práctica de nuevas tecnologías y productos.
Arocena considera que “Europa no puede permitirse quedar atrás en estas tecnologías y convertirse en un desierto de la innovación en agricultura, para lo cual es fundamental que estas técnicas se regulen de acuerdo al conocimiento científico existente”.
A estos efectos, considera que “defender la exclusión de estas técnicas del ámbito de aplicación de la directiva OGMs en tanto en cuanto no den lugar a un producto que pueda ser considerado como OGM a la luz de la misma, es la alternativa más adecuada”.