“Te voy a matar con mis propias manos”, le dijeron por Twitter al farmacéutico Guille Martín, conocido en redes como @farmaenfurecida. “Prácticamente a diario”, recibe comentarios, insultos o acoso después “de cada tweet en el que se mencionan las vacunas o la pandemia”. “No falla”, explica el farmacéutico para ConSalud.es, “a la media hora, se llena de cuentas falsas creadas en el último año insultando”.
“Q buena paguica tienes que tener para hacer de gilipollas”, una de las respuestas más frecuentes que recibe el farmacéutico. Es un usuario recurrente en la cuenta de Guille, que se pronuncia a menudo asegurando que está subvencionado por "lobbies", “los Gobiernos que no quieren que se sepa la verdad” o alguno de los agentes conspiranoicos en los que se amparan estos extremistas. Detrás de esa cuenta, un nombre anónimo, una foto de perfil de unas zapatillas y un perfil repleto de desinformación y comentarios hacia sanitarios o periodistas que informan sobre el coronavirus.
La Dra. Elena Casado Pinera - @medicilio en Twitter - también ha sido “carne” de negacionistas. “Tengo dos denuncias por amenazas graves”, informa para este medio la médico anestesióloga. “Lo peor de todo es que suelen intentar hacer daño a nivel personal y familiar. No pueden sostener a nivel científico una argumentación, así que su forma de descalificar tu información es tratar de hacerte daño o decirte que saben dónde trabajas y vayas con cuidado”, insiste.
También Martín ha denunciado hasta en dos ocasiones por amenazas de muerte, pero “la ley no hace nada”, explica. “Cuando denuncias este tipo de comentarios, estás desprotegida”, subraya Casado y añade que “la primera denuncia que puse fue ante la Guardia Civil y, pese a que esa persona fue arrestada por otras amenazas, mi denuncia fue desestimada”.
"Si los que podemos explicar las cosas a la gente, no lo hacemos, lo harán quienes engañan y mienten"
“Hasta que no pase algo más grave, están atados de manos”, continúa el farmacéutico. Y la propia plataforma Twitter, tampoco interviene: “Sólo si hay muchas denuncias a una cuenta”, es cuando cierran ese perfil. Con todo, eso no exime a la persona de registrarse de nuevo y seguir haciendo exactamente lo mismo.
Estos negacionistas que acosan a través de las redes sociales, se amparan en el anonimato y la libertad de expresión. Una libertad de expresión que pasa a ser delito de amenazas “cuando atentas o incitas a atentar contra la integridad de alguien”, señala el farmacéutico.
Ante la desinformación, algunos expertos apuestan por el diálogo para tratar de persuadir a estos negacionistas. Para Guille, tiempo perdido: “Son sectarios, no atienden a razones ni evidencia científica. Prefieren creer cosas a saber cosas”. “Si tú planteas que un virus tiene X efectos y la respuesta es que el virus es un invento de Bill Gates porque lo dice un gurú de YouTube, la conversación llega a un punto de no progresión”, apunta la Dra. Casado. Por su parte, el Dr. Manuel Muro, jefe de Servicio de Inmunología del Hospital Virgen de Arrixaca, señala que siempre hay que apostar por el diálogo, aunque en su experiencia, los negacionistas solo cambian de opinión “cuando enferman”.
Preguntada por este medio sobre si alguna vez se ha planteado dejar de publicar, la respuesta de Elena es clara: “Definitivamente no”. “Lo que busca esta clase de personas es callar a los demás a base de desgaste continuo y de amenazas. Es su forma de censurarte”. “A veces me lo planteo”, continúa Martín, “pero creo que hay informar a la población. Si los que podemos explicar las cosas a la gente, no lo hacemos, lo harán quienes engañan y mienten”, concluye el farmacéutico.