“El cáncer es una enfermedad con un impacto sociosanitario abrumador, y no solo en términos de vidas humanas: También en planificación y gestión de los sistemas de salud, debido al alto consumo de recursos asistenciales ligados a todo el proceso de diagnóstico y tratamiento de las múltiples patologías neoplásicas”, recuerda Antonio Gómez Caamaño, presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), que, como otras tantas sociedades científicas sanitarias, traslada sus peticiones y reivindicaciones al próximo Gobierno a través de ConSalud.es.
“La manera más costoeficiente de abordarlo es mediante la prevención y el diagnóstico precoz, y las administraciones sanitarias tienen la obligación de fomentar hábitos de vida saludables mediante campañas publicitarias que lleguen a un amplio espectro de la población”, señala, incidiendo en que es especialmente relevante la educación sanitaria en colegios y universidades.
"Las administraciones sanitarias tienen la obligación de fomentar hábitos de vida saludables mediante campañas publicitarias"
Así, entre los factores de riesgo “más claramente modificables” señalan el tabaquismo. “El consumo de tabaco es, con diferencia, la principal causa evitable de cáncer en la Unión Europea, siendo responsable de entre el 15 y el 20% de los casos de cáncer en Europa y el principal factor de riesgo de muerte por cáncer. Es necesario implementar una normativa mucho más restrictiva en relación a su consumo público”, denuncia.
“Además, y con el objetivo de mejorar en términos de equidad y accesibilidad, parece imprescindible poner en marcha a nivel nacional diversos programas de cribado en todas las patologías tumorales en las cuales se ha demostrado beneficio. En 2020 hubo diez comunidades autónomas que notificaron intervenciones para reducir las desigualdades en las tasas de participación en el cribado de cáncer de mama, cinco en el de cáncer colorrectal y solo dos en el de cáncer de cuello uterino”, añade.
"Los espectaculares avances en la biología y tecnología de la radioterapia no están plasmadas en los programas formativos"
Como prácticamente transmiten el resto de especialidades,el de la formación es uno de los aspectos a revisar más importantes para SEOR, puesto que su programa formativo data del año 2006. “Los avances en la biología y tecnología de la radioterapia han sido espectaculares en la última década y esta revolución en la práctica clínica no está plasmada en el programa formativo. Esto limita la capacidad de acreditación de unidades docentes en unos momentos en los que la demanda de especialistas está en aumento debido a la renovación tecnológica masiva y futura implementación de la protonterapia en nuestro país”, critica Gómez Caamaño.
Otro aspecto a mejorar de la especialidad es el acceso a la innovación, que es “lento y complejo”: “Los avances en la biología y tecnología de la radioterapia han sido espectaculares en la última década y esta revolución en la práctica clínica no está plasmada en el programa formativo. Esto limita la capacidad de acreditación de unidades docentes en unos momentos en los que la demanda de especialistas está en aumento debido a la renovación tecnológica masiva y futura implementación de la protonterapia en nuestro país”.
De hecho, señala que existen varias provincias que no disponen de acceso a equipos de radioterapia en su territorio, y que “los largos desplazamientos o los gastos de alojamiento” para acudir a los centros de asistencia sanitaria constituyen un obstáculo importante para el acceso a la atención oncológica entre los grupos vulnerables.
"Hay varias provincias sin acceso a equipos de radioterapia"
De igual manera, considera que la investigación dentro de la Oncología Radioterápica está “muy limitada” por múltiples razones, algo que también ocurre en otros países europeos. Entre algunas de estas razones señalan las logísticas en el soporte a la investigación, que son suplidas por un gran esfuerzo personal; la necesidad forzosa de limitar la investigación a ámbitos prácticamente académicos debido a la falta de financiación procedente de la industria tecnológica y farmacológica; y un modelo de investigación en tratamientos combinados con terapias sistémicas dominado por el ciclo de vida del fármaco.
“El problema se complica con la infrafinanciación a otros niveles (convocatorias públicas y privadas) y con la dificultad intrínseca de generar evidencia cuando se trabaja con alta tecnología. Solo un 2,8% del total del gasto está dedicado a investigación en nuestra especialidad, y se hace necesario buscar ‘una discriminación positiva’ en las convocatorias públicas y privadas para que parte de esos fondos puedan ser utilizados para responder a ‘preguntas radioterápicas’ que todavía no tiene respuesta”, subraya el presidente de SEOR.
"La investigación dentro de la Oncología Radioterápica está “muy limitada” por múltiples razones y solo se le destina un 2,8% del total del gasto"
Por último, sobre el ámbito de la investigación, consideran primordial que los sistemas de salud sean conscientes del fuerte impacto potencial del uso de la inteligencia artificial y de los análisis algorítmicos con macrodatos en la práctica de la Oncología Radioterápica. La combinación de datos del mundo real, modelización matemática, inteligencia artificial y herramientas digitales de apoyo a la toma de decisiones contribuirá significativamente a desarrollar tratamientos con radioterapia realmente innovadores y personalizados”, destaca.
Finalmente, SEOR reclama que las administraciones sanitarias deben favorecer medidas que aumenten la calidad de vida de los supervivientes a través de una estrategia de apoyo global en la atención del cáncer (“acceso a centros de apoyo especializados, servicios psicológicos, actividad física adaptada, apoyo nutricional, asistencia social, acceso a la salud reproductiva, restablecimiento de la integridad estética, reconocimiento de secuelas y discapacidades físicas o mentales…”), así como “favorecer la reintegración de los supervivientes de cáncer en las actividades sociales y en el mercado laboral”.