Tras la pandemia de Covid-19 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha realizado distintos estudios para analizar el efecto que ésta ha tenido sobre la salud de los sanitarios, las personas que tuvieron sobre sus hombros la responsabilidad de cuidar a los enfermos aun sin tener medios ni información.
En uno de sus últimos informes, en los que hacen especial hincapié en la situación de las enfermeras, la OMS ha utilizado a España como ejemplo negativo de la situación de estas profesionales de la sanidad. "En España, el 80% de las enfermeras declaran síntomas de ansiedad y 'burnout' creciente", señala el texto, que afirma: "Desde el inicio de la pandemia se está produciendo un fenómeno global de trauma masivo para las enfermeras".
Las condiciones de estrés para las enfermeras incluyen los riesgos clave de exposición a patógenos, las largas jornadas de trabajo, la angustia psicológica, la fatiga, el agotamiento profesional, el estigma y la violencia física y fisiológica.
Menos del 1% del gasto sanitario se destina a servicios de salud mental
Asimismo, el 38% de las enfermeras encuestadas consideraban que sus sistemas de salud no estaban bien preparados para apoyar el bienestar emocional y psicológico de sus profesionales de la salud. Lo cual concuerda con estudios que reflejan que menos del 1% del gasto sanitario se destina a servicios de salud mental, y que menos del 1% del personal sanitario mundial trabaja en salud mental.
La deteriorada salud mental de los sanitarios hace que el 70% de servicios analizados hayan recibido informes de malestar mental por parte de sus enfermeras. Tal y como establece la organización, los factores psicosociales y de salud mental derivados del entorno laboral de los profesionales sanitarios constituyen un riesgo generalizado y un problema a la larga.
Desde un primer momento, en el que las incógnitas en torno al Covid-19 contribuyeron a la angustia de toda la comunidad y, específicamente, a aumentar el estrés de los trabajadores que cuidaban a los contagiados, los sanitarios se han situado en un estado de peligro con un nivel de riesgo incierto que continúa. Ya entonces comenzó un inmenso impacto en la salud mental del personal sanitario, así como en sus familias y seres queridos; un hecho que siguen resaltando las enfermeras actualmente.
El 69% de las enfermeras de EEUU anteponen la salud y seguridad de los pacientes a la suya propia
Asimismo, se pone en valor que la pandemia exacerbó algunos dilemas éticos entre los sanitarios, ya que tuvieron que enfrentarse al dilema del cuidado del paciente frente a la preocupación por su propia seguridad personal. A este respecto, la Asociación Americana de Enfermeras descubrió que al menos el 69% de las enfermeras de los Estados Unidos de América afirmaron estar de acuerdo o muy de acuerdo en que anteponen la salud y la seguridad de sus pacientes a la suya propia.
Esta posición vulnerable, tal y como señala la Organización Mundial de la Salud, les exige equilibrar posiciones contrapuesta. Mientras que por un lado se les presupone un papel del que se presupone un deber de cuidar a los pacientes, la insuficiencia de sus sistemas de atención sanitaria no son coherentes con estos derechos y deberes y, además, se tienen que hacer cargo de la protección de ellos mismos y de sus seres queridos.
Los sanitarios destacan la importancia de poder marcar su propio ritmo y sentirse apoyados al volver a sus lugares de trabajo
Algunos de los términos más repetidos en diversos estudios al respecto de este tema son: "redistribución", "estrés", "bournout", "ansiedad/ansioso", "depre(sión/mido)", "angustia", "enfermedad(s)", "ausente(s)" y "aislado(s)". Por todo ello, los profesionales de la salud destacan la importancia de poder marcar su propio ritmo y sentirse apoyados a todos los niveles al volver a sus lugares de trabajo.
Para tratar de hacer frente a este malestar la Organización Mundial de la Salud resalta que, cuando hay una mayor confianza de los sanitarios en el sistema sanitario y en una mejora de su salud física, mental y emocional, existe una mejoría en la calidad de la atención a los pacientes.