Los resultados demuestran una mejora en la función física y en la calidad de vida de los pacientes con EA, tras 52 semanas del tratamiento
Las espondiloartritis (EspA) constituyen un grupo de enfermedades inmuno-mediadas que presentan manifestación clínicas, predisposiciones genéticas y mecanismos patológicos comunes, que se caracterizan en gran medida por una inflamación de la columna u otras articulaciones. Dos de las espondiloartritis más comunes son la artritis psoriásica (APs) y la espondilitis anquilosante (EA) que, con un ratio de 3:1 de impacto en hombres frente a mujeres, suelen afectar a personas relativamente jóvenes, manifestándose los síntomas desde los 30 hasta los 55 años en el caso de la APs y, a partir de los 40, en la EA. A pesar de una prevalencia relativamente baja (0,25 y 0,29% respectivamente) se estima que hay al menos unos 500.000 afectados por EA y 70.000 por APs. AVANCE MÁS ALLÁ DE LOS ANTI-TNF
En términos clínicos, la IL-17A es la principal citocina efectora de la familia de las IL-17 involucrada en la inflamación crónica en la espondiloartritis. Dentro de los tratamientos disponibles orientados a la farmacología biológica, existen los anti-TNF, cuya progresión parece no ser inhibida por estos fármacos, y los nuevos biológicos (entre ellos el nuevo medicamento de Novartis), que muestran mejores resultados, ya que parecen inhibir la progresión de la enfermedad. En este sentido, Cosentyx, un anticuerpo monoclonal completamente humano, es el primer y único inhibidor de esta citocina y único aprobado en España.
Al respecto, el reumatólogo adjunto del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, el doctor Ricardo Blanco ha señalado que “desde el punto de vista de las EspA, el desarrollo de los fármacos biológicos anti IL-17 es la principal novedad que se ha producido en reumatología en el último año abordada en el congreso de la SER”. Y añade que “secukinumab supone una alternativa terapéutica al tratamiento con anti-TNF habitual de los últimos 15 años.”
"El desarrollo de los fármacos biológicos anti IL-17 son la principal novedad que se ha producido en reumatología en los últimos 15 años, suponiendo una alternativa al tratamiento con anti-TNF"
Asimismo, el reumatólogo adjunto del Servicio de Reumatología del Hospital Parc Taulí de Barcelona, el doctor Jordi Gratacós, ha aclarado que “a diferencia de las terapias biológicas que existían hasta ahora, y que estaban destinadas a bloquear el TNF, secukinumab esta dirigido a la IL-17A, y, por tanto, esta diana terapéutica supone una alternativa a la terapia biológica clásica”. En opinión del experto, “esto abre nuevas posibilidades para los pacientes que tienen contraindicaciones a los anti-inhibidores del TNF o para los que no responden a este tratamiento". Sobre el desarrollo de estos nuevos fármacos, “estos han llevado a conocer mejor un nuevo mecanismo de inflamación directamente implicado en la fisiopatología de las espondiloartritis”, ha concluido.Por su parte, el doctor Blanco asevera que los fármacos son “cada vez más eficaces y capaces de conseguir la remisión en una proporción importante de enfermos”, cuyo reto en un futuro sea el de “avanzar no solo en la remisión, sino en la curación” de esta patología.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Uno de los mayores problemas que suponen las EspA es el diagnóstico tardío, ya que a menudo suele realizarse en etapas más avanzadas de la enfermedad. Pueden transcurrir “hasta más de 7 años entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico de la EA”, según han afirmado los expertos.
En el caso de la APs, es probablemente la más difícil de diagnosticar, y también de seguir y tratar, ya que tiene una presentación clínica variable. En este sentido, y como se pone de manifiesto en el estudio“Retorno Social de la Inversión de un abordaje ideal de la psoriasis” sobre el impacto de los pacientes con psoriasis sobre su calidad de vida y sobre las actividades de la vida cotidiana, el jefe de Servicio de Reumatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, el doctor Jose Luis Pablos, ha destacado que es importante “combinar la terapia farmacológica con unos hábitos de vida saludables”, ya que el ejercicio “representa el elemento más importante del tratamiento para evitar las limitaciones, deformidades y la discapacidad por su efecto sobre la comorbilidad metabólica y cardiovascular”. Y es que este tipo de patologías suelen ir ligados a un aumento en el riesgo de la mortalidad, derivadas a la enfermedad pulmonar, neuropatías, nefropatía en el caso de la EA, y enfermedades cardiovasculares en aquellos afectados por psoriasis debido a los problemas psicológicos producidos, como ansiedad y estrés, que llevan a un hábito y estilo de vida poco saludable. Tal y como señala, José Luis Pablos, “es importante evitar los factores de riesgo como las alteraciones metabólicas, la obesidad y el tabaquismo”.
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