La cantidad de posibilidades de mejora que ofrece la tecnología y la inteligencia artificial en el ámbito de la salud son innumerables. Desde el progreso en velocidad o precisión a la hora de elaborar un diagnóstico hasta la detección de enfermedades, desarrollo de medicamentos, gestión de los sistemas de salud, etcétera. A día de hoy algunos de esos usos ya están en marcha, pero en concreto un área en la que los expertos prevén un gran salto adelante: las Urgencias de los hospitales. Ya en el año 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba el informe Ethics and governance of artificial intelligence for health (ética y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud), en el que reconocía las grandes y numerosas posibilidades de la inteligencia artificial para mejorar la salud de millones de personas a nivel global, siempre que no se usara indebidamente.
Como explica el investigador del grupo e-RLab del eHealth Center de la UOC, Oriol Yuguero, también responsable del grupo de investigación ERLab, investigación en urgencias y emergencias del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida) y jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Universitari Arnau de Vilanova (Lleida), la salud digital "tiene que ayudarnos a optimizar los recursos que tenemos y facilitar el empoderamiento de los pacientes". Añade que el objetivo es mejorar los circuitos asistenciales y permitir llegar a lugares remotos donde a veces las comunicaciones son difíciles. "Principalmente se trata de ganar tiempo y mejorar el confort. Además, existen cada vez más programas basados en la inteligencia artificial que ayudan a los pacientes a escoger el mejor recurso para su urgencia", asegura.
Esas aplicaciones ya son en parte una realidad. Una muestra de ello es, por ejemplo, el caso de las urgencias en Cataluña. Cuando un paciente es atendido por el Sistema de Emergencias Médicas, se realiza un preinforme digital que los médicos del hospital pueden consultar antes de que llegue el enfermo y, de esta forma, tener acceso a información de primera mano del momento más agudo. "Eso mejora la organización del equipo que atenderá al paciente y ayuda a preparar los recursos que serán necesarios", indica Yuguero. También existen ya aplicaciones que permiten hacer el seguimiento de pacientes en el domicilio tras el alta en Urgencias, al igual que hay herramientas basadas en la inteligencia que ayudan a detectar fragilidad en pacientes que acuden a los servicios de emergencias "y así programar seguimientos en el domicilio. De hecho, en los próximos años habrá más recursos", afirma.
Es lo que dicen también las cifras relacionadas con la inversión en salud digital. Según un informe de la firma de inteligencia y asesoría de mercado Mordor Intelligence, la inteligencia artificial en el mercado de la medicina se valoró en 4.490,3 millones de dólares en 2020 y se espera que alcance los 34.882,58 millones de dólares en 2026, lo que supone un crecimiento del 39,8 % durante el período de pronóstico (2021-2026).
CONTROL DESDE CASA Y DRONES QUE REALIZAN REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR
Entre las nuevas tecnologías que ya se están desarrollando y se espera que se pongan pronto en marcha se encuentra una aplicación con la que se podría controlar a los pacientes con un traumatismo craneoencefálico (TCE) en el domicilio. "En el IRBLleida, estamos trabajando en esa aplicación, con la que esperamos evitar la observación del paciente en Urgencias, mejorar su comodidad y prevenir la aparición de complicaciones como el delirium. Si esta iniciativa funciona, será muy importante porque los TCE en gente mayor son muy frecuentes", explica Yuguero.
Otra aplicación de las nuevas tecnologías, expuesta por expertos en un congreso sobre urgencias en España y que se espera poder desarrollar para reducir las cifras de mortalidad por parada cardiorrespiratoria, son drones con desfibriladores que puedan iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) antes de que llegue cualquier recurso humano.
Además, los expertos creen que en los próximos años habrá un importante aumento de tecnologías basadas en la inteligencia artificial con las que el paciente tendrá acceso a mucha información y podrá tomar decisiones relacionadas con su salud de forma más acertada. Sin embargo, eso tendrá como consecuencia que estas aplicaciones y tecnologías tengan mucha información de los pacientes, por lo que, en opinión de Yuguero, es necesaria una buena regulación para asegurar el uso adecuado de esta información y evitar el mal uso.