La jubilación anticipada es una reivindicación largamente reclamada por los profesionales sanitarios de nuestro país. El año toca a su fin y parece que este colectivo se quedará nuevamente fuera de los planes del Gobierno para extender este derecho a nuevos sectores laborales. Prueba de ello, la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, anunció recientemente que en febrero de 2025 entrará en vigor el sistema de coeficientes reductores para la jubilación anticipada en nuevas profesiones consideradas especialmente penosas, pero no así en el espacio de la sanidad pública.
Una nueva oportunidad perdida que el secretario general de CESM, Víctor Pedrera, lamenta en ConSalud.es, asegurando que es “de justicia” que a los médicos se les reconozca el mismo derecho que a otras profesiones a la hora de disfrutar de la jubilación anticipada a los 60 años; una circunstancia que cataloga como “discriminatoria”. Esto pasaría primero por considerar la profesión médica como una “profesión de riesgo”, algo que no se ha considerado ni siquiera tras los “150 facultativos muertos” que dejó el paso de la pandemia en nuestro país.
“Además de las 37 horas y media de jornada, tenemos la obligatoriedad de hacer guardias. El número de horas semanales, en muchos casos, superadas 48 horas a la semana"
Sin querer entrar en comparaciones, al secretario sindical le “sorprende” que otros trabajadores como los artistas o los ferroviarios puedan acogerse a la retirada anticipada y ellos no. No en vano, los sanitarios están en contacto cada día con la enfermedad y la muerte, asumen largas jornadas con guardias rotatorias –también nocturnas- o han de manipular sustancias y medicamentos peligrosos. A esto se suma que las capacidades de un médico con muchas décadas de sobrecarga y desgaste a sus espaldas pueden mermarse, poniendo en riesgo la propia salud del paciente.
En esta línea, el responsable sindical considera que hay que tener en cuenta especialmente el número de horas que trabaja el colectivo médico, así como el resto de personal sanitario: “Además de las 37 horas y media de jornada, tenemos la obligatoriedad de hacer guardias. El número de horas semanales, en muchos casos, superadas 48 horas a la semana, llegando hasta las 70 en algunas ocasiones donde los compañeros ejercen en zonas más precarias, como el caso, por ejemplo, de Ceuta y Melilla”, insiste.
La semana pasada CESM tuvo la oportunidad de mantener un encuentro con la ministra de Sanidad, Mónica García, en el que le recordaron la urgencia de trasladar a su colectivo –y a los sanitarios en general- esta posibilidad
La semana pasada CESM tuvo la oportunidad de mantener un encuentro con la ministra de Sanidad, Mónica García, en el que le recordaron la urgencia de trasladar a su colectivo –y a los sanitarios en general- esta posibilidad de adelantar su retiro. “Aunque no es una competencia suya –corresponde al Ministerio de Seguridad Social- sí le pedimos que intercediera dentro de sus capacidades”, confiesa Pedrera, recibiendo por parte de la ministra su apoyo a esta reclamación: “Ella también es médico”.
La propia Comisión de Sanidad del Congreso aprobó la semana pasada una iniciativa del BNG que insta al Gobierno central a regular la jubilación a los 60 años y establecer coeficientes reductores entre los trabajadores con largas carreras laborales en la sanidad pública. Una iniciativa que ahora tiene por delante un largo debate político hasta ver si dará sus frutos. “Acogemos con agrado esta instancia. El 2025 debe ser el año en el que por fin llegue este derecho, no podemos esperar más”, desea Pedrera.
COMPUTACIÓN DE LAS GUARDIAS
Paralelamente al reclamo de una jubilación anticipada, CESM hizo llegar a Mónica García otra reivindicación asociada: la computación de las horas de guardia de cara a la jubilación. En estos momentos, todas las horas que los facultativos dedican a las guardias –que es buena parte de sus jornadas- no se computan como tiempo trabajado a la hora de la jubilación.
"Es hora de que, de una vez por todas, las administraciones reconozcan a los médicos como los que somos, trabajadores y trabajadoras que dependemos de una empresa: la propia Administración”
“Se trata de otro agravio más que afecta al colectivo médico y creo que ya es hora de que, de una vez por todas, las administraciones reconozcan a los médicos como los que somos, trabajadores y trabajadoras que dependemos de una empresa: la propia Administración”, concluye el secretario sindical.