Atención Primaria adquiere un papel relevante en el diagnóstico precoz de la del alzheimer; sin embargo, la falta de formación y de tiempo en las consultas repercute negativamente en su detección. Por ello, el área solidaria de Semergen está liderando un proyecto sobre esta enfermedad, único en España, que permite englobar y abarcar la enfermedad desde las perspectivas de la formación, investigación y asistencia clínica, implicando a todos los colectivos.
Desde la Sociedad de Médicos de Atención Primaria, se está impulsando un proyecto sobre el alzheimer que se ubica dentro de su Programa de Soporte y Ayuda al Anciano con el que se defienden los derechos humanos y se lucha por la igualdad de las personas de la tercera edad. Formación, investigación, y atención asistencial son los tres pilares fundamentales sobre las que se centra este proyecto único en España, dirigido no solo a los médicos de familia sino también a geriatras, cuidadores, pacientes y la población general. A su vez, luchar por individualizar los tratamientos y la rehabilitación cognitiva según los pacientes y el nivel de afectación de la enfermedad, sensibilizar sobre la enfermedad y las consecuencias sociosanitarias y la defensa de respeto al paciente son otros de los objetivos de este proyecto.
Estamos realizando talleres por toda España para formar a los médicos de Atención Primaria en la detección precoz del deterioro cognitivo y en su rehabilitación
“Estamos realizando talleres por toda España para formar a los médicos de Atención Primaria en la detección precoz del deterioro cognitivo y en su rehabilitación, así como liderando investigaciones que son necesarias para progresar en el tratamiento de esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, indica Mari Carmen Martínez Altarriba, secretaria de Semergen Solidaria. Otras de las acciones que contempla este proyecto son la sensibilización en los colegios para mejorar la solidaridad intergeneracional, la colaboración con asociaciones de pacientes y la sensibilización de las administraciones para crear protocolos de prevención y detección y aumentar los recursos.
MALOS TRATOS, UNA REALIDAD
El maltrato al anciano ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud como un problema de salud. Solo se conocen 1 de cada 10 casos y la mayoría de los pocos estudios realizados (existe un infradiagnóstico del maltrato por la falta de investigación y la invisibilidad del problema) concluyen que de 8 ancianos maltratados entre 5 y 7 nunca se conocerán. “Los médicos de Atención Primaria atendemos a los ancianos en sus domicilios y conocemos su evolución en nuestras consultas, por lo que estamos en una situación privilegiada a la hora de detectar e intervenir ante esta situación”, apunta la secretaria de Semergen Solidaria.
Concretamente, el paciente con alzheimer resulta especialmente vulnerable a sufrir malos tratos debido a su importante discapacidad. “El deterioro severo de las funciones intelectuales, la desorientación espacial y la afectación del lenguaje hace que tengamos que estar especialmente atentos con ellos, ya que su capacidad de comunicación y memoria se encuentra muy dañada”.
Por ello, el proyecto incide tanto en formación y sensibilización a profesionales sanitarios de centros de salud, de residencias geriátricas, a pacientes, cuidadores y ciudadanos en general, y se está realizando investigación de calidad que pueda aportar evidencia científica más representativa de la actualmente disponible.
ATENCIÓN PRIMARIA
Sobre la Atención Primaria recae un papel muy importante principalmente al inicio del proceso de demencia, cuando resulta fundamental llevar a cabo la detección precoz. Fallos de memoria, cambios de carácter, abandono de actividades que se hacían hasta el momento o la misma pregunta realizada varias veces durante la consulta son síntomas que pueden hacer sospechar al médico de familia que su paciente esté sufriendo un deterioro cognitivo. Si, además, entre las causas de este deterioro se halla una depresión, los efectos secundarios de determinados fármacos, y se ha descartado en pacientes mayores que este deterioro proviene de infecciones o cuadros dolorosos, es entonces cuando el profesional sanitario del primer nivel asistencial se puede encontrar ante la fase inicial de la enfermedad del alzheimer. Para tener un diagnóstico certero, se realizan las correspondientes pruebas físicas y una valoración de su capacidad cognitiva y su situación funcional.
El diagnóstico de la enfermedad requiere tiempo, y con la presión asistencial que soportamos los equipos de Atención Primaria, las acumulaciones de consultas por faltas de sustitutos, etc., resulta muy difícil dedicar a estos enfermos el tiempo que sería necesario
Sin embargo, para llevar a cabo todas estas tareas se requiere de tiempo, algo que no siempre tienen los especialistas de medicina de familia. “El diagnóstico de la enfermedad requiere tiempo, y con la presión asistencial que soportamos los equipos de Atención Primaria, las acumulaciones de consultas por faltas de sustitutos, etc., resulta muy difícil dedicar a estos enfermos el tiempo que sería necesario”, indica Enrique Arrieta, miembro del Grupo de Trabajo de Neurología de Semergen.
Además, Arrieta añade que “otra de las carencias sigue siendo la falta de formación en el diagnóstico temprano, a pesar de que desde las sociedades científicas, algunas administraciones y asociaciones de familiares de enfermos se hacen grandes esfuerzos por impulsar la formación de los médicos de Atención Primaria”.