El Área de la Mama del grupo sanitario Ribera ha puesto en marcha un proyecto piloto, único en España, para realizar la firma genética en la biopsia inicial, en el tejido sobre el que se realiza el diagnóstico de cáncer. El proyecto permite tener los resultados del estudio genético en 48 horas en vez de en 15 días.
Hasta ahora, este estudio se realizaba en el tejido procedente de la extirpación quirúrgica, que es el procedimiento habitual, para conocer las alteraciones genéticas de la célula tumoral.
Sin embargo, como explica la coordinadora de Patología del grupo Ribera, la doctora Laia Bernet, la información obtenida en el análisis genético de la biopsia inicial propociona datos que permiten conocer el posible beneficio de la quimioterapia y el suptipo molecular del tumor, lo que "es clave para el plan clínico y quirúrgico de cada paciente”.
La firma genética proporciona "información crítica en cierto grupo de pacientes, permitiendo evitar la toxicidad inherente a dicho tratamiento a las pacientes en las que no aporta beneficio"
De esta forma, los 50 profesionales que conforman el comité de tumores de mama consiguen personalizar al máximo la asistencia sanitaria con el tratamiento más adecuado en el momento preciso para cada paciente. “La información facilitada puede cambiar ese plan terapéutico hasta un 40% de los casos”, señala la doctora Bernet.
La genética sigue tomando fuarzo en la investigación de las causas y pronósticos de las enfermedades. En el caso del cáncer de mama, la firma genética proporciona "información crítica en cierto grupo de pacientes, para decidir si van a necesitar o no tratamiento con quimioterapia, permitiendo evitar la toxicidad inherente a dicho tratamiento a las pacientes en las que no aporta beneficio". Aquellos pacientes en los que la quimioterapia no prodice ningún beneficio significativo se les trata con cirugía con o sin radioterapia, "porque su plan terapéutico así lo recomienda”, asegura.
“Hemos dado un paso importante, saliendo de la visión reduccionista de las causas del cáncer, centrada solo en las alteraciones genéticas de la célula tumoral”, explica. “Ahora tenemos una visión más integrativa, donde todo el paisaje que rodea a la célula importa, incluido por ejemplo el sistema inmune de cada paciente”, concluye la doctora Laia Bernet.