Uno de cada cuatro niños en España tiene alergia. De estos alrededor de dos millones, un porcentaje será tratado en Atención Primaria y otra parte importante, requerirá acudir a un especialista. Y esta cifra no va a hacer más que aumentar, pues si bien casos como los cuadros asmáticos o rinoconjuntivitis parecen estar estabilizados e incluso en descenso, las alergias alimentarias están aumentando de forma paulatina.
Sin embargo, entre centros públicos y privados, en España solo hay 62 Unidades de Alergología Pediátrica. En otras palabras, hay niños que no podrán ser atendidos por un especialista. “Faltan Unidades porque hay muchos niños con alergias que están siendo llevados en Unidades de adultos y el abordaje no es el mismo”, explica a ConSalud.es la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap), la Dra. Ana Martínez-Cañavete.
“Durante los cuatro años de residencia, los pediatras vemos al niño en todas sus etapas, desde recién nacidos, periodo lactante, preescolar… Vemos al niño de forma integral, no solo nos centramos en las alergias”, apunta la experta. Esta visión integral, así como la forma de tratar con el paciente, es clave para ofrecer la mejor atención al niño.
"En las Unidades de Alergología Pediátrica, vemos a los niños en espacios específicos para ellos y con enfermeras y pediatras adaptados a tratar con ellos y sus familias"
Asimismo, hay diferencias en la incidencia de determinadas alergias y diagnósticos durante la infancia y la edad adulta. “Las alergias a la leche y el huevo, suelen ir desapareciendo con la edad. En niños se desarrollan las alergias a los frutos secos y a las frutas y los cuadros asmáticos por alergia son más frecuentes en niños que en adultos. Además, en niños no tenemos enfermedades profesionales, como pasa con peluqueros y albañiles, por ejemplo”, explica la pediatra alergóloga.
“Además, en las Unidades de Alergología Pediátrica, vemos a los niños en espacios específicos para ellos y con enfermeras y pediatras adaptados a tratar con ellos y sus familias. Son ambientes más agradables, tienen pinturas y los que les atendemos somos de otra manera”, comenta entre risas la presidenta de Seicap. La consulta debe ser más relajada, debe participar el niño y los profesionales deben hacerle partícipe de su enfermedad, porque lejos de lo que pueda parecer, los más pequeños “saben perfectamente lo que sienten” y hay que escucharles. En definitiva, el alergólogo que atiende a un niño tiene que tener formación específica en Pediatría.
Los trámites y burocracia para el reconocimiento de la ACE de Alergología Pediátrica serán un camino “lento, pero lo sacaremos adelante poco a poco”
Por todo lo expuesto, la reclamación de los expertos y el camino a seguir para seguir mejorando la atención a los pacientes es el reconocimiento de las especialidades pediátricas, en general, y de la Alergología Pediátrica en particular. Y es que tal y como defiende la Asociación Española de Pediatría, "sin especialistas pediátricos, no hay salud infantil". En este sentido, "lo ideal" para los profesionales sería que se reconociese la subespecialidad pediátrica, conocida como Área de Capacitación Específica (ACE).
A día de hoy, está reconocido el itinerario formativo durante la residencia de Pediatría y hay másteres en Alergología para pediatras. Con todo, con las ACE habría plazas específicas para pediatras alergólogos, lo cual garantizaría que las personas que trabajan en las Unidades de Alergología Pediátrica sean pediatras alergólogos con formación específica.
En este escenario, el Real Decreto por el que se regula la formación transversal en las especialidades de Ciencias de la Salud, conocido popularmente como RD de especialidades, tiende la mano a la creación de nuevas disciplinas y ACE. Los trámites y burocracia para el reconocimiento de la ACE de Alergología Pediátrica serán un camino “lento”, reconoce la Dra. Martínez-Cañavete, pero “lo sacaremos adelante poco a poco”, concluye optimista la presidenta de Seicap.