¿Por qué los médicos defienden un estatuto marco propio? Estas son sus razones

Vicente Matas, del Sindicato Médico de Granada, expone las razones por las que considera que estos profesionales deberían tener un Estatuto Marco solo para ellos

Vicente Matas lee el manifiesto de defensa de la profesión médica durante las protestas por el borrador del nuevo Estatuto Marco (FOTO: ConSalud.es)
Vicente Matas lee el manifiesto de defensa de la profesión médica durante las protestas por el borrador del nuevo Estatuto Marco (FOTO: ConSalud.es)
Manuel Gamarra
18 febrero 2025 | 16:00 h

El pasado jueves, 13 de febrero, miles de médicos procedentes de toda España se manifestaron ante la sede del Ministerio de Sanidad como protesta por el borrador del nuevo Estatuto Marco que están preparando y que regula a los profesionales que trabajan en el Sistema Nacional de Salud. Exigen, en concreto, contar con el suyo propio, algo a lo que la ministra, Mónica García, se ha opuesto en varias ocasiones por no considerarlo necesario; la última, en la tarde del mismo jueves, cuando, a través de un comunicado recogido por Europa Press, desde el propio Ministerio matizaban que tampoco contemplan hacer un “capítulo nuevo específico” para ellos dentro del borrador, “ya que todas las particularidades de la profesión médica ya están contempladas en los diferentes epígrafes del Estatuto Marco”.

Vicente Matas, miembro del Sindicato Médico de Granada (SIMEG), fue el encargado de leer el manifiesto de defensa de la profesión médica durante las protestas en Madrid, y ahora ha publicado un informe en el que desgrana las “características específicas” que distinguen a los médicos del resto de empleados públicos de nuestro país y que justificarían que tengan un modelo retributivo y un Estatuto Marco específico para ellos. Y es que, denuncia el facultativo andaluz ya jubilado, otros empleados públicos, como los jueces y fiscales, también tienen unas especiales características y unas “altas responsabilidades”, con la diferencia de que la Administración sí que se las reconoce con condiciones y retribuciones especiales.

La primera de estas características tiene que ver con la formación inicial de los médicos. La nota para acceder a la carrera es, “un año tras otro”, una de las mayores de todas las titulaciones universitarias que se ofertan en España -la mayor, de hecho-, y el grado tiene el máximo de créditos que se permiten: 360, repartidos en seis cursos, que se corresponden con el nivel 3 del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (MECES) y al nivel 7 del Marco Europeo de Cualificaciones (EQF). Además, después de graduarse, los médicos que quieran ejercer en el Sistema Nacional de Salud deben prepararse durante un año -como mínimo- para acceder a la formación vía Médico Interno Residente (MIR), y así especializarse. La especialización, por su parte, tiene una duración de entre cuatro y cinco años.

"Pocas profesiones, o quizás ninguna, tienen un nivel de exigencia de formación continua y permanente como la de los médicos"

Son, en total, entre once y doce años de formación, que los médicos terminan a una edad de 29-30 años. “Desde luego, no puede reconocerse con el grado A1 del resto de titulaciones de grado, la mayoría con 240 créditos y nivel 2 MECES y 6 EQF y sin formación especializada adicional obligatoria”, critica Vicente Matas, que, apunta, viene defendiendo “desde hace ya muchos años” un grado A1 plus, AA o algo similar, pero no el A1 como hasta ahora”.

Y es que, además de esto, incide Matas, pocas profesiones “o quizás ninguna” tienen un nivel de exigencia de formación continua y permanente como la de los médicos, “que viene dada por la rápida evolución y mejora de la Medicina día a día”. Se trata de una obligación, explica, tanto ética como legal -artículo 33 de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS)-, y que “no termina nunca”. No obstante, lamenta, los servicios de salud no suelen facilitar, por norma general, el tiempo necesario para esta formación obligatoria, “hasta tal punto que el 67% de los médicos de Atención Primaria que respondieron a la encuesta de las vocalías de AP de la OMC en 2015 realizan menos de 25 horas al año de formación continuada en su tiempo de trabajo, y más del 68 %  dedican más de 3 horas semanales (más de 150 al año) a formación en tiempo libre”. Según comenta Matas, a los profesores, en cambio, sí que se les reconoce su tiempo fuera del centro para preparar clases y corregir exámenes.

“No reconoce el altísimo nivel de exigencia formativa, de jornada, de responsabilidad y de peligrosidad de la profesión”, insiste el facultativo. Así, en el caso de la jornada, indica Matas, si bien la ordinaria es igual que la del resto de empleados públicos (37,5 o 35 horas), la complementaria -las famosas guardias, uno de los principales motivos de fricción con el Ministerio- es obligatoria y debe completar las 48 horas semanales en cómputo semestral. Además, la jornada complementaria se abona a un precio inferior a la hora ordinaria, en general no cotiza a la seguridad social, no computa como tiempo trabajado y, sin embargo, sube el IRPF de toda la nómina, “con lo que al médico le llega neto poco más del 50% del importe bruto”: “Este nivel de dedicación no se exige al resto de empleados públicos, salvo alguna excepción. Además, existe la jornada especial de hasta 150 horas al año, voluntaria)”.

"El Estatuto Marco no reconoce el altísimo nivel de exigencia formativa, de jornada, de responsabilidad y de peligrosidad de la profesión. Este nivel de dedicación no se exige al resto de empleados públicos"

En lo que respecta a la responsabilidad, destaca Matas, esta se traduce en responsabilidad civil, es decir, que el médico puede ser demandado en cada acto, y se puede llegar a convertir en responsabilidad penal. También está la responsabilidad ética, que significa que cada acto debe realizarse de acuerdo con el código ético y que regula la profesión.  “Este alto nivel de responsabilidad asumida y exigida día a día es lo que genera que los seguros de responsabilidad profesional sean cada vez más caros para la profesión y unos de los de mayor cuantía entre todas las profesiones”, subraya el autor del informe en defensa de los médicos.

EL MÉDICO, ¿PROFESIONAL DE RIESGO?

A todo esto hay que sumar las malas condiciones laborales a las que están expuestas los médicos, que, asegura Vicente Matas, no son las idóneas para el ejercicio de una profesión con tan alto nivel de responsabilidad y exigencia. “En demasiadas ocasiones, la profesión se ejerce en condiciones de falta de tiempo y masificación en las consultas. El gran número de horas de trabajo y el alto ritmo de trabajo lleva a muchos médicos al agotamiento físico y mental. Además, el médico en el ejercicio de su profesión está sometido a todo tipo de riegos (biológicos, químicos, físicos, psicosociales…), y todo ello junto a la falta de tiempo, el ritmo de trabajo y las interminables jornadas, conducen a muchos médicos a sufrir un alto grado estrés”, expone el médico granadino, quien pide por todo ello reconocer a la Medicina como profesión de riesgo: “No hay más que ver como en la pandemia murieron unos 125 médicos en activo, proporcionalmente más que del resto de categorías, pues representan aproximadamente al 22% de las plantillas de los centros del Sistema Nacional de Salud”.

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