El curso 2018-2019 tiene previstas unas 7.042 plazas para el grado de Medicina, de las cuales 5.691 se ofertan en universidades públicas y 1.351 en centros de titularidad privada, según datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Conseguir una de estas vacantes es la meta de muchos jóvenes que estos días se han presentado a la selectividad, ahora denominada Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU).
Sin embargo, el grado de Medicina es uno de los que exigen una puntuación más alta para entrar, por ejemplo, este año la Universidad Autónoma de Madrid vuelve a ser el centro que más nota pide, 13,124, según las prescripciones realizadas en la convocatoria ordinaria. Entonces, ¿merece la pena estudiar Medicina? Antiguas estudiantes que ahora se están formando como MIR comparten con ConSalud.es las razones que les llevaron a elegir la profesión.
1. Alcanzar un sueño. “Siempre había querido estudiar Medicina”, recuerda Mélody Peña, ex alumna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba. Y es que vestir con una bata blanca es una ilusión que desde pequeñas también compartían Alicia Amaro, compañera de clase de Peña y Anunciación Oliver, ex alumna de la Universidad Europea de Madrid.
2. Vocación. A la pregunta: ¿por qué estudiar Medicina? Las residentes consultadas por ConSalud.es tienen claro que la profesión requiere de unas actitudes y una disposición previa que tienen que partir por iniciativa propia de cada uno. “Lo primero es tener vocación porque si no te gusta la Medicina, mal vamos”, reconoce Amaro.
3. Disfrutar al máximo. No hay duda de que Medicina es uno de los grados más exigentes a nivel teórico y práctico que supone para los estudiantes pasar seis años de su vida con una dedicación plena. No obstante, Amaro pone en valor “lo bonita que es la carrera” y todo el aprendizaje personal que supone.
4. Seguir la tradición familiar. Muchos son los alumnos que proceden de una saga de médicos y la elección del grado está clara desde niños. “Estudié Medicina porque desde chiquitina tenía claro que en el futuro quería ser médico como mi padre”, explica Oliver.
Oliver, antigua alumna: “El camino no ha sido fácil, pero lo volvería a elegir una y mil veces más”
5. Elegir tu propio camino. Por el contrario, otros deciden colgarse el fonendo aunque no haya antecedentes familiares. “Nunca dudé que estudiar Medicina era lo que quería, aunque no tengo ningún familiar vinculado al sector”, señala Peña.
6. Superación personal. “Hasta que no lo conseguí no dejé de luchar por ello”, destaca Oliver. Y es que el reto que supone estudiar el grado de Medicina es una razón más para que, en los malos momentos, los alumnos no decaigan.
7. Satisfacción. En relación con el punto anterior, todas ellas coinciden en que el trabajo que tuvieron que realizar valió la pena porque gracias a ello, y al esfuerzo posterior para conseguir una plaza MIR, pueden ejercer una profesión muy gratificante.
8. Una apuesta segura. La vocación innata de los futuros estudiantes de Medicina hace que estudiar el grado, casi siempre, sea la decisión adecuada. “El camino no ha sido fácil, pero lo volvería a elegir una y mil veces más”, concluye Oliver.