En 2022 tuvieron lugar más de 300.000 nacimientos en España, una cifra que desciende progresivamente en el territorio español. Algunos de esos partos pueden presentar complicaciones, que, en ocasiones, derivan en prácticas invasivas. En este sentido, Francisca Molina, ginecóloga y vicepresidenta de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), aclara a ConSalud.es que las mujeres con “malos partos” representan una minoría.
A su vez, la especialista apunta que las expectativas sobre el parto tienen un importante papel e insiste en la importancia de informar para que sean reales y las gestantes conozcan todas las estrategias que existen. En este sentido, Molina destaca que lafalta de recursos y de tiempo pueden afectar a la hora de comunicar sobre este tipo de intervenciones: "Estamos de guardia y cubriendo urgencias cuando llaman, y no tenemos mucho tiempo para contar. Me gustaría hacerle un croquis y explicárselo a la paciente, pero a veces tienes que actuar, y en esos momentos se nos penaliza a los ginecólogos”.
“Me gustaría hacerle un croquis y explicárselo a la paciente, pero a veces tienes que actuar, y en esos momentos se nos penaliza a los ginecólogos”
Lo cierto es que no siempre se ofrecen las condiciones deseadas porque, en ocasiones, una sola matrona tiene que estar entre dos partos y requiere de la ayuda de los ginecólogos. De este modo, la saturación en los hospitales y la espontaneidad de los nacimientos resultan en una incertidumbre para todas las partes. “Los paritorios no se programan. Hay picos con guardias malísimas y otros con una atención más tranquila”, apunta la especialista.
A esta diversidad de contextos se suma que el parto es un momento muy vulnerable para la madre, que siente un ansia de protección. Un sentimiento al que se añaden las expectativas de la maternidad que pueden no ajustarse con la realidad y las posibles complicaciones que pueden darse. Por ello, para esta especialista es importante que las futuras mamás sepan que al entrar a paritorio puede darse el caso de que acaben en un vacuo o en un fórceps, y, en este sentido, la educación maternal es crucial.
INDUCCIÓN AL PARTO
La inducción al parto es un procedimiento dirigido a desencadenar contracciones uterinas por medios mecánicos, médicos o ambos, en un intento de que el parto tenga lugar por vía vaginal. Sobre el uso de técnicas invasivas en estos casos, la Dra. Molina considera que algunas técnicas obstétricas pueden resultar algo violentas para las gestantes.
Según explica la especialista, en primera instancia no se busca inducir un parto, a no ser que este indicado. Sin embargo, cuando un parto deja de ser normal o hay un signo de que el bebé está comprometido -como la bradicardia-, entonces es prioritario sacarle y comprobar su estado.
“Todo eso se considera invasivo pero, obviamente, se hace cuando hay una prueba objetiva”
La maniobra de Kristeller es uno de los métodos, precisamente, desaconsejados por muchos expertos. Consiste en ejercer presión con las manos o el antebrazo sobre la parte superior del útero. De este modo, en el momento de la contracción, se ayuda a la expulsión del bebé. Sobre esta maniobra Molina recuerda que, a pesar de dar fuerza a la madre, es una práctica que no está aconsejada y que existen otras técnicas más adecuadas.
LA EPISIOTOMÍA Y EL VACUUM
Un ejemplo de ello, aunque cada vez se realiza con menos frecuencia, es la episiotomía, que consiste en un procedimiento quirúrgico durante el parto que implica realizar una incisión en el tejido de la abertura vaginal y el ano, en el perineo. Antes era un procedimiento rutinario, ahora es menos común que se utilice cuando se presenta alguna complicación.
La ginecóloga aboga por realizar pruebas de pH para saber cómo está el bebé, ya que a veces hay que hacer la episiotomía para que el bebe no esté tanto tiempo en bradicardia y nazca con mejor saturación. Sin embargo, se consideraría invasivo si se utiliza sin que haya motivo para ello.
Más común en estos casos es el uso de ventosas, también conocido como vacuoextractor o vacuum. Se trata de un procedimiento que se suele hacer cuando hay un signo de alarma durante el tercer o el cuarto plano para abreviar el parto. La ginecóloga explica que es el método más adecuado porque es menos lesivo para el suelo pélvico: “Es como una aspiradora que tira del bebé”. Cuando este método no funciona, en ocasiones, se usan los fórceps.
Los fórceps, por su parte, son unas cucharas que se extienden al periné y sirven para guiar la cabeza del bebé mientras la madre empuja. En esta línea, la especialista apunta que tan solo se realiza en un 5% de los casos en España. Concretamente, se usa cuando falla la ventosa. Respecto a las complicaciones que pueden presentarse, la doctora señala el riesgo de desgarros para la madre y traumatismos al bebé.
Ante ello, la doctora Molina afirma que el uso de la ecografía en el parto puede ayudar a prevenir daños en el niño y conocer cómo está colocado. En caso de que esté torcido, los fórceps deben ir en un lugar muy determinado, pues se le puede causar una lesión si se hace a ciegas.
PROGESTERONA Y OXITOCINA
La ginecóloga explica a ConSalud.es que también se pueden recurrir a otras formas de inducir los partos a través de métodos naturales como son las relaciones sexuales, que liberan progesterona y oxitocina, favoreciendo la expulsión. También se puede conseguir a través de la medicación intravenosa.
La experta también destaca el uso de un balón de Cook, que estimula el canal del parto, o la maniobra Hamilton, que consiste en despegar con las manos las membranas del cuello del útero para conseguir la liberación de prostaglandinas.
"Todas son válidas, y dan menos posibilidad de hipertonía, que son contracciones muy fuertes y no controladas". La Dra. Molina añade que ese tipo de inducciones se reservan a madres de gemelos o con una cesárea previa. Una inducción se lleva a cabo cuando está indicado, por ejemplo, "cuando la bolsa lleva rota más de 12 horas y hay un crecimiento intrauterino donde la sangre no llega bien", concluye.