Mañana, 11 de febrero, además del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, se celebra también el Día Mundial de la Mujer Médica. En el contexto de esta fecha, la Dra. Beatriz Pombo, médica internista del Hospital Lucus Augusti y miembro de la Sociedade Galega de Medicina Interna (Sogami), ofrece una visión de la situación de las mujeres en esta profesión.
La experta comienza recordando los antecedentes. Y es que las cosas han cambiado desde los tiempos de Elizabeth Blackwell (1821-1910), la que se conoce como la primera mujer médica. La Sogami recoge que tras ser rechazada en diez escuelas de Medicina, finalmente logró titularse en el año 1849 y en 1868 fundó una Universidad de Medicina para mujeres. Muchos años después, en la actualidad, el 75% de los estudiantes de Medicina son mujeres.
"Esto es reflejo de una sociedad donde buenos expedientes de esfuerzo y tesón", asegura la Dra. Pombo. Asimismo, insiste en que para ejercer la carrera de Medicina "es necesaria una continua formación, así como fortaleza física y mental para soportar un alto nivel de estrés y turnos de trabajo y formación prolongados".
En general, en las especialidades quirúrgicas hay más hombres que mujeres, mientras que en las especialidades médicas ocurre al revés
Con un mayor número de mujeres en los pupitres de las Facultades de Medicina, también son ellas las que registran el mayor número de colegiadas en la profesión médica, según datos del INE. Con todo, en las especialidades sí hay diferencias entre hombres y mujeres. En Pediatría, por ejemplo, tres de cada cuatro especialistas son mujeres, mientras que en Urología la cifra desciende a una de cada cinco. En general, en las especialidades quirúrgicas hay más hombres que mujeres, mientras que en las especialidades médicas ocurre al revés.
Medicina Interna es una especialidad en la que "no hay muchas diferencias de sexo", explica la Dra. Pombo. "En nuestro servicio del Hospital Lucus Augusti de Lugo somos 13 mujeres y 12 hombres", apunta.
Respecto a la perspectiva de género en la atención a la salud femenina, la Dra. Pombo explica que “probablemente hoy está muy desarrollada la atención en lo que se refiere a revisiones ginecológicas, exploraciones mamarias, seguimientos durante el embarazo y lactancia... Pero hay un campo donde las mujeres todavía necesitaríamos más consultas y apoyo: el manejo del estrés, la ansiedad y el burnout".
Por otro lado, la especialista subraya que "estamos asistiendo estos años a saturaciones en la asistencia sanitaria, agresiones tanto verbales como físicas a profesionales sanitarios". La violencia verbal la sufren más ellas que ellos: "En el registro de Colegios Médicos se notifica que las amenazas y agresiones verbales con más frecuentemente sufridas por las mujeres". Con todo, en las agresiones físicas no hay diferencias de género.
"La sociedad del poder está en manos de los hombres, se mueven en círculos donde predomina la asignación de cargos a otros de su género"
"Otro dato es que un 35% de los profesionales médicos no tiene plaza fija. Alcanzamos los 40 años fácilmente sin conseguir un puesto de trabajo estable, lo que nos lleva a renunciar a nuestra vida familiar y retrasar la maternidad, con el consiguiente riesgo en el embarazo tanto para la madre como para el hijo", lamenta la portavoz de Sogami.
El techo de cristal también se nota en la Medicina. Así, aunque "el 50% de las plantillas está formado por mujeres, solo un 20% ocupa puestos directivos y de jefaturas de servicio o sección. A las mujeres todavía nos queda un gran camino por recorrer en este sentido. Todos los días escuchamos que se busca paridad de sexo en política y en la vida diaria, pero la realidad es que se ven sobre todo hombres en las reuniones de jefes, los ponentes de congresos y reuniones... Muchas veces las pocas mujeres que ocupan esos cargos normalmente han renunciado a su vida personal".
En definitiva, "esto quiere decir que la igualdad todavía no ha llegado a este punto. La sociedad del poder está en manos de los hombres, se mueven en círculos donde predomina la asignación de cargos a otros de su género. Las mujeres rechazamos los puestos directivos por inseguridad en el liderazgo, por miedo a descuidar nuestra familia y por el sobreesfuerzo a la hora de conciliar que conlleva un trabajo directivo. Es necesario todavía un cambio en este aspecto para que sintamos la igualdad de género completa en la profesión", concluye la Dra. Pombo.