Cuando el día 6 de febrero el suelo tembló en Turquía y Siria, la comunidad internacional no tardó en unir fuerzas para tratar de ayudar a las víctimas y a las autoridades sanitarias. Uno de los equipos que se desplegó fue el equipo START (Equipo Médico español de Respuesta Humanitaria, por sus siglas en inglés). Entre los profesionales de la salud voluntarios que acudieron se encontraba Julián Manuel Domínguez, jefe del Servicio de Medicina Preventiva, Salud Pública y Prevención de Riesgos Laborales en el Hospital Universitario de Ceuta. De su labor como epidemiólogo en Iskenderun ha hablado con Consalud.es.
"Al final el trabajo de epidemiólogo es igual en todas partes. Básicamente, en primer lugar, de recolección de datos y de análisis de las circunstancias en las que trabaja todo el equipo sanitario, así como de las circunstancias que se tienen alrededor y que pueden afectar a la salud. También la eliminación de residuos y en la parte de la medicina preventiva hospitalaria propiamente dicha, que es la medicina relacionada con la higiene, con las profilaxis, con la limpieza hospitalaria, con el lavado de manos", comienza explicando el sanitario, que ya había participado anteriormente con este equipo de emergencias en Mozambique en 2019.
El equipo español fue el primero en montar el hospital de campaña: "El START ha mejorado ostensiblemente y se han invertido varios millones de euros en hacerlo"
"El START ha mejorado ostensiblemente y se han invertido varios millones de euros en hacerlo. Yo creo que el hospital español de asuntos exteriores, que tiene hasta climatización, no tiene nada que envidiar a otros y ahora ya no solo se puede atender de una forma básica, sino con excelencia", defiende Domínguez, que comenta con orgullo que el equipo español fue el primero en montar el hospital de campaña. Su labor, eso sí, no se ha centrado únicamente en atender a las víctimas del terremoto, sino de absorber todos los casos derivados de los centros de salud turcos destruidos en la catástrofe.
"Unos días después del desastre empiezan a aparecer todas las patologías que han podido dejarse pasar durante un tiempo por ser menos importantes y que también tienen que ser tratadas. El único centro sanitario que se había abierto éramos nosotros, así que por una parte actuábamos como un centro de atención primaria y, por otra, como un hospital de urgencias", detalla el epidemiólogo, que también hace referencia a algunos otros eventos como los accidentes de tráfico y ataques de pánico: "Les damos una atención digna".
UN SEGUNDO TERREMOTO EN MEDIO DE LA MISIÓN
Mientras estaban llevando a cabo su misión, les sobrevino un segundo terremoto, este de 6,4 grados en la Richter. "Se trata de una situación en la que te pones en una alerta al 100%, en la que se saca lo mejor de uno mismo y todo el equipo sanitario saca todos sus recursos de comportamiento y ejemplaridad ante un evento de múltiples víctimas", rememora Domínguez, que insiste en que una de las claves fue realizar un triaje lo mejor posible: "El grupo que formamos los voluntarios del START somos la 'Selección Española' del Sistema Nacional de Salud Español, que representa a la Agencia Española de Cooperación Internacional, a Asuntos Exteriores y al Ministerio de Sanidad delante de otros países".
Sin duda, fue una época de mucho estrés y un gran esfuerzo por parte del profesional, ya que tenían que enfrentarse a jornadas de doce a catorce horas. Por ello, aunque los relevos son cada quince días y puedan "parecer poco", el epidemiólogo explica que en esas dos semanas "se puede trabajar lo que en un horario rutinario sería aproximadamente un mes y medio".
Durante ese tiempo hubo muchas situaciones que le marcaron, como la de una mujer que había perdido a sus dos hijos o la de una pareja joven con la mujer embarazada y una criatura de dos años que no tenían donde quedarse, ya que no tenían ni coche, el que se convirtió en el hogar improvisado de muchas víctimas: "Te hace sentir muy vulnerable, en el sentido de que esas personas vivían, trabajaban, hacían su vida normal y un día llegó en este caso un terremoto y lo perdieron todo, incluso a las personas queridas".
"Hay que hacer un análisis epidemiológico muy con lupa, aunque aún no ha habido ningún aumento preocupante de enfermedades de transmisión oral-fecal"
Por delante le queda una enorme tarea a las autoridades sanitarias turcas para evitar más problemas de salud pública: "Lo primordial es que exista una potabilización de agua adecuada y, en segundo lugar, la alimentación. También hay que hacer un análisis epidemiológico muy con lupa, aunque aún no ha habido ningún aumento preocupante de enfermedades de transmisión oral-fecal".
Finalmente, Julián Manuel Domínguez valora la actuación del START en el país asiático: "Se sacó todo ese trabajo con dignidad y se hizo muy bien. Yo creo que los pacientes turcos nos lo han agradecido, los traductores y las autoridades turcas y los epidemiólogos turcos con los que hemos hablado también. Por tanto, se hizo con una ejemplaridad enorme y con una voluntariedad y eficiencia que es el signo de la formación y de la profesionalidad que tienen los profesionales del Sistema Nacional de Salud Español., concluye el sanitario