Se llama Rosario, pero todo el mundo la conoce como Charo. Después de 34 años de carrera, y a los 67 de edad, la primera médico de helicóptero que hubo en España, y "probablemente" la más longeva actualmente en Europa, ha decidido poner punto y final tras dos prórrogas de jubilación y a pesar de que físicamente se encuentra "muy bien". La gallega ha concedido una entrevista a ConSalud.es para hacer balance de todo este tiempo, en el que, asegura, las buenas noticias han superado con creces a las tragedias que le ha tocado vivir.
¿Cómo fueron sus inicios en el helicóptero? ¿Cómo conoció este trabajo y qué es lo que más le llamó la atención de él?
Era el año 1991. Habían pasado diez años desde que terminé la carrera y vi un anuncio en el periódico que decía que necesitaban médicos y enfermeros para trabajar en un helicóptero. Me parecía algo rarísimo, muy novedoso para lo que era entonces España, estaba en shock. Pedían tres años de experiencia en algo relacionado con la urgencia, que podía ser trauma, cuidados intensivos, anestesia, directamente servicio de urgencias, que es donde yo había trabajado antes… me llamó la atención, así que decidí presentarme a la convocatoria pensando que trabajaría allí durante un corto periodo de tiempo. Pero al final mira (risas).
¿No explicaban nada más?
No, solo que era personal para unos helicópteros sanitarios y que ofrecían contratos temporales. De hecho, por eso pensaba que no estaría más de un año, que era un proyecto de prueba o algo así. Yo me presenté con mi curriculum, entré dentro de una bolsa y aprobé una especie de examen oral que hacían entonces. Sí que es cierto que no entramos a trabajar directamente, nos mandaron durante tres meses a una formación intensiva dirigida específicamente a este tipo de tareas. Porque claro, tú puedes haber trabajado en urgencias, pero no en un helicóptero. Piensa que estábamos en 1991, y el 061 no se creó hasta el 1997. No existían las ambulancias por tierra como las conocemos ahora, eran empresas privadas, en las que el conductor igual era el propio dueño de la empresa y solo llevaban un técnico.
¿Tampoco pedían ningún tipo de requisito en cuanto al físico?
No, pruebas físicas no hubo nunca. Sí que es verdad que, lógicamente, cuanto tú te presentas a un trabajo como este hay una norma no escrita que dicta que personas con ciertas minusvalías no pueden trabajar aquí. Pero todos éramos muy jóvenes en ese momento, podíamos correr sin ningún problema o subir rápidamente por unas escaleras.
"Vi un anuncio en el periódico que decía que necesitaban médicos y enfermeros para trabajar en un helicóptero. Me parecía algo rarísimo, muy novedoso para lo que era entonces España"

Imagino que todo ha cambiado muchísimo desde entonces…
Es que es lo que te decía antes, fueron seis años los que estuvimos trabajando en el helicóptero sin que existiese una red de asistencia urgente en Galicia ni en el resto de España. La asistencia en helicópteros era intermitente, aparecían y desaparecían, ininterrumpidos solo los tenía Cataluña. Fue un cambio brutal, la gente ya no tenía que llamar a números de nueve cifras que buscaba en el listín telefónico para pedir una ambulancia. Tampoco había móviles, ni por supuesto Google Maps, era todo absolutamente analógico. A pesar de ello, resulta curioso que aún a día de hoy hay mucha gente que se sorprende por el hecho de que un helicóptero vaya a por ti cuando tienes una emergencia. Se piensan que es por algo muy grave, que te tienes que estar muriendo, cuando solo es un tema de asistencia sanitaria a través de un medio que es muy rápido y que accede a sitios a los que es muy difícil acceder por tierra.
¿La composición de los equipos y los helicópteros también ha cambiado?
Pues no te creas. Seguimos teniendo dos helicópteros, uno en Santiago y otro en Ourense, que son de los mejores que hay actualmente para este tipo de asistencia. Algo han cambiado, al final son 34 años de diferencia, pero en el mundo del helicóptero no se evoluciona tanto como en el de la automoción. La electromedicina sí que ha cambiado más, sobre todo los respiradores, ya que al principio eran volumétricos y no ofrecían muchas garantías. Ahora tenemos respiradores muy buenos, similares a los de las unidades de cuidados intensivos. Son aparatos pequeños de poco peso, que funcionan con baterías y que son muy seguros. Monitores, desfibriladores… son un poquito mejores, especialmente las pantallas, ya que hay más variedad en el mercado. Las prestaciones son prácticamente las mismas de entonces.
¿Cómo funciona el servicio de rescate de un helicóptero?
Primero de todo, hay que explicar que en Galicia los helicópteros trabajan de orto a ocaso, lo cual no es lo normal, porque significa que estamos operativos siempre que haya luz. Esto quiere decir que en verano a veces tenemos jornadas de 16 horas, y en invierno de 9. La mayoría de las comunidades autónomas trabajan siempre 12 horas, y luego algunas tienen vuelos nocturnos. Nosotros no. Nosotros podemos llegar a estar en verano desde las 7:45 de la mañana hasta las 10 de la noche, con cambio de pilotos, que no pueden estar más de 12 horas.
¿Y cómo es su día a día en el centro de operaciones?
Solemos llegar 10, 15 minutos antes de que salga el sol, y, si las condiciones son buenas, ya estamos operativos. Después, les decimos a los pilotos quienes estamos de guardia, y nos reunimos con ellos en un despacho para hacer un briefing: cómo va a estar la meteorología, si todo funciona correctamente en el aparato… cuando acabamos, ya cada uno puede hacer lo que quiera mientras esperamos la llamada. Es como estar en un gran hermano (risas).

"Resulta curioso que aún a día de hoy hay mucha gente que se sorprende por el hecho de que un helicóptero vaya a por ti cuando tienes una emergencia"
¿No hacen nada especial o recibís algún tipo de formación mientras esperáis?
No. Mientras esperamos, estamos para lo que estamos, porque necesitamos tener una respuesta muy rápida, así que no se pueden programar formaciones durante el tiempo de trabajo. Antes de salir a volar comprobamos que todo funcione bien, aunque ya lo hayan revisado los compañeros del día anterior. A partir de ahí, esperas con el teléfono en el bolsillo permanentemente, y mientras te tomas un café, te pones a leer el correo o lo que tú quieras. Es cierto que a veces hacemos cursos online, pero siempre en nuestro tiempo libre.
¿Cómo ha sido tener que jubilarse después de tantos años? ¿Le costó tomar la decisión?
Uf, vaya que si me costó… de hecho, yo ya prolongué dos veces la prórroga de jubilación, que fue también algo muy novedoso. Cuando empiezas en esto con 30 años, subes montañas, bajas ríos y lo que haga falta, pero te piensas que es un trabajo para dos o tres años. A mí, en cambio, me enganchó, tanto la emergencia como el mundo de la aeronáutica. Van pasando los años, tus hijos crecen, y todo el mundo da por hecho que en cierto momento pedirás cambiarte, irte a una consulta de Atención Primaria o a algo más relajado, pero no es así.
Imagino que también influirá mucho el físico que tenga cada uno…
Sin duda, te lo tiene que permitir la salud. Aunque no tengas 67 años, como yo, y tengas 50, si de repente se te fastidia una cadera o una rodilla y te tienes que operar, no estás para este trabajo. Por suerte, yo nunca he tenido ningún tipo de problema de patología ósea, que es la que más te limita, y cuando se acercaba el momento de mi jubilación hace dos años todo el mundo me decía: ‘es increíble, te vas a jubilar en el helicóptero’. Mira, pues al final sí.
¿Siempre tuvo claro que quería prorrogar su jubilación?
Sí, sentía que me iba a sentir muy vacía, es como pasar de cero a cien en un momento. La emergencia para mi no es solamente trabajar, hacer guardias y atender a pacientes en parada o infartados. Es una forma de pensar, tienes también la obligación moral de transmitir lo que sabes a la población. Ya después de hacer la segunda prórroga me empecé a concienciar de que iba a ser la última, aunque físicamente me encuentro bien. Pero es momento de parar, de disfrutar de la familia y de los otros hobbies que tengo además de trabajar. Como en cualquier otro trabajo, tienes que estar preparado para el momento de la jubilación.
"Probablemente lleve formadas en primeros auxilios entre 15.000 y 20.000 personas"
Ha mencionado la importancia de “transmitir” lo que uno sabe al resto...
Es algo que yo me puse como meta muy poquito después de empezar en esto. Me he dedicado a la formación lo que no está escrito, y realmente yo creo que la gente no está tan preocupada porque me haya jubilado después de 34 en el helicóptero, siendo la que lleva más tiempo en España y probablemente en Europa. Es porque, de esas personas que leen la noticia, un porcentaje altísimo han sido alumnos míos. Nunca lo he contado, pero probablemente lleve formadas en primeros auxilios entre 15.000 y 20.000 personas: bomberos, policía local, policía nacional, guardia civil, voluntarios de protección civil, profesores de colegios, amas de casa… De hecho, tengo la esperanza de que ahora, cuando me jubile, todavía siga dando algún tipo de conferencia o charla durante un tiempo, para no frenar en seco.
Hoy visita de unos alumnos de FP, nos encantan las visitas 😍#HEMS#enseñanza#visibles#Galiciapic.twitter.com/1XqsJXTweT
— Helico de Santiago (@HelicoSantiago) March 13, 2025
¿Qué es lo que mejor se lleva de todos estos años?
La gente muchas veces me pregunta: ‘pero, ¿cómo es que te gusta tanto ver accidentes?’. Bueno, no es que me guste que la gente tenga accidentes, lo que me gusta es el agradecimiento con el que te mira alguien a quien has rescatado. Eso vale más que nada, más que el sueldo. Los mejores momentos son todos cada vez que le rescatas la vida a una persona, o consigues que tenga un final mejor. Cuando vas a un accidente y consigues que una persona que estaba fatal llegue viva, y después te dicen al cabo de un mes que ya le han dado el alta, te sientes tremendamente orgulloso, y es un chute de adrenalina enorme.
¿Y lo peor?
Justamente lo contrario, cuando das todo lo que tienes en un servicio y el resultado no es bueno, el paciente muere o le quedan secuelas. Te llevas para casa durante un tiempo el disgusto de no haber conseguido lo que querías. Tengo muchos en mi memoria, pero uno que nos marcó a muchísimos fue el accidente del Alvia en Santiago de Compostela en 2013. Fueron muchos muertos, yo estaba de guardia ese día en el helicóptero y me tocó ir. Son cosas que te marcan para siempre, pero lo bueno es que hay muchos momentos más de alegría.
La última: ¿qué planes tiene cuando se jubile dentro de tres meses?
Quiero estar con mis nietos y hacer muchos viajes, que es mi segundo vicio después del trabajo. A eso quiero dedicar mi tiempo a partir de ahora.