El médico que se especializa en Medicina del Trabajo tiene prácticamente garantizado un empleo estable al finalizar el MIR, ya sea en España o en el extranjero. De hecho, según la Organización Médica Colegial (OMC), actualmente hasta seis autonomías españolas ofrecen empleo indefinido, a jornada completa, y con salarios que oscilan entre los 45.000 y los 65.000 euros anuales para estos especialistas, y en Francia existen hasta 13 vacantes activas.
Por otro lado, según los últimos datos del Ministerio de Empleo, en España sólo hay actualmente 25 médicos del trabajo en paro y la tasa de paro en la especialidad, según otro informe de la OMC, fue del 1,6% en 2016. Además de ello, un estudio de la consultora Adecco señalaba que Medicina del Trabajo será la profesión con más demanda de empleo en 2017 en el ámbito sanitario, dada “la escasez de médicos formados en este perfil en determinadas regiones, como es el caso de Cataluña, y la dificultad para las empresas para contactarlos”. Este informe también situaba la media salarial de las ofertas entre los 38.000 y los 60.000 euros brutos anuales.
“Actualmente hay una clara escasez de médicos del trabajo en toda España, lo que favorece la movilidad de los mismos. Hay mucha necesidad de especialistas, pero hay muy pocos médicos del trabajo”, explica a Consalud.es Alfonso Apellaniz, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo (SEMST).
Los especialistas critican que las plazas MIR son insuficientes y que la especialidad está envejecida, lo que agrava año a año la escasez de facultativos
Pese a estas perspectivas laborales, sin embargo, Apellaniz reconoce que la especialidad no goza de una gran popularidad entre los facultativos, y ello se refleja en la elección de las plazas MIR. De hecho, en la pasada edición, y pese a que Sanidad sólo convocó 60 plazas MIR de esta especialidad, Medicina del Trabajo fue la antepenúltima especialidad en agotar todas sus plazas y no fue elegida por ningún médico hasta llegar al profesional con la nota número 3.961 (el año anterior el primer en elegirlo tenía el puesto 4.604).
“Esto puede deberse a dos razones. Por un lado hay una la falta de reconocimiento social de los médicos del trabajo, y por otro lado, la salida profesional, en un porcentaje amplio, se reduce al trabajo para terceros en servicios de prevención laboral, por lo que, a diferencia de otras especialidades, es más difícil que un médico del trabajo pueda tener una consulta propia, por ejemplo”, señala Apellaniz, que señala que la actual tendencia está gravando año a año la escasez de profesionales para trabajar en este ámbito.
FALTA DE ESPECIALISTAS
“Se trata de una especialidad cada vez más envejecida, y la oferta MIR es claramente insuficiente, no hay tasa de reposición. Las administraciones no quieren sacar más plazas”, destaca el portavoz de la sociedad científica.
La situación, además, se ve agravada por un Real Decreto de 2011, aún vigente, que permite incluso que algunos facultativos sin la especialidad realicen tareas propias de los médicos del trabajo, lo que creó mucha incertidumbre entre los profesionales. Pese a ello, sin embargo, Apellaniz asegura que “en ningún momento hemos tenido un replanteamiento como especialidad, porque somos como el resto de especialidad”, afirma.