“Hay mucho déficit de médicos y la gente joven no quiere venir aquí”. Esta es la situación de laMedicina ruralpara el Dr. Ángel López Hernanz, médico rural en la zona básica de salud de La Luisiana, en la provincia de Sevilla. Una zona rural conocida como el desierto de La Monclova, que se sitúa entre Écija y Carmona. Desde hace más de 30 años, López ejerce la Medicina entre olivos y siempre montado en su bicicleta.
Este médico de familia nació en un pueblo pequeño, de unos 2.500 habitantes, en la sierra de Sevilla. Comenzó a familiarizarse con la Medicina rural al acabar la carrera, acompañando al médico de su zona y cubriéndole cuando se iba de vacaciones o estaba de baja. Cuando tuvo que elegir plaza, cuenta a ConSalud.es, escogió La Luisiana, y aunque con el tiempo hubiera podido mudarse a pueblos más grandes o incluso a la ciudad de Sevilla, no ha querido. Lo suyo es la Medicina en los pueblos, “y concretamente, en este pueblo”.
La cercanía con los pacientes es uno de los aspectos favoritos de la Medicina rural de este médico de familia sevillano. “Conocer no solo su historia clínica, sino su historia biográfica también”. Esas son las “cositas” que hacen de la Medicina rural, una Medicina “muy humanizada” y, a entender de López, “la más cercana”.
Tan cercana, que conoce a cada paciente y vecino por su nombre, y cada semana recibe alguna muestra de agradecimiento en forma de huevos de corral, fruta y verdura del huerto o comida casera. “Todas las semanas, una mujer me deja una tortilla de patatas detrás de la puerta, con huevos de campo y patatas del huerto. Otra me hace un guiso de habas o de espárragos. Mucha gente me da huevos, naranjas, patatas… Hasta me enseñan el vídeo de la gallina poniendo los huevos”, comenta este médico entre risas. “La despensa de los médicos rurales está siempre llena de agradecimiento en forma de pequeños detalles”, añade. Se trata de una costumbre de los pueblos con largo recorrido, que aún perdura: “Esto viene de hace muchos años, en el s. XIX cuando la gente no tenía cómo pagar a los médicos y le pagaba con productos suyos, de la tierra, animales…”
“Los pacientes dicen ‘mira, el médico va en bicicleta’. Es una forma de promocionar la salud en primera persona”
La versatilidad es otro de los aspectos que hacen que este médico hable de su trabajo con tanta pasión. “Vemos niños, embarazadas, ancianos, infartos… Vemos y hacemos de todo, somos los médicos totales, el reducto de esa Medicina antigua, donde los médicos veían de todo”. Una Medicina “romántica, filantrópica y que mantiene los principios básicos de la Medicina Familiar y Comunitaria”.
“MIRA, EL MÉDICO VA EN BICILETA”
López se describe a sí mismo en su cuenta de Twitter como “médico de pueblo en bicicleta”. Y es que este transporte forma parte de su día a día. “Este es un pueblo muy llanito y eso favorece que haya bastantes bicicletas. Me he adaptado a la zona y voy de mi casa al trabajo y a los domicilios de los pacientes, en bici”.
No solo es una forma de “mantener el planeta verde y ahorrar combustible” – más aún en los tiempos que corren – sino que es una buena manera de predicar con el ejemplo. “Los pacientes dicen ‘mira, el médico va en bicicleta’. Es una forma de promocionar la salud en primera persona”, comenta. “Además, ahora uno de los abuelos del pueblo que visito en casa, vive al final de una calle en cuesta y como voy casi todos los días a verlo, me estoy poniendo en forma”, bromea el sevillano.
Si no se hace nada al respecto, la Medicina rural “se va a ir perdiendo cada vez más”
Poder disfrutar de un paseo en bicicleta es, para muchos, calidad de vida, y así lo cree también este médico de familia. “Es algo que depende de cada persona, pero para mí, que todas las mañanas me despierte el ruido de los gorriones en el jardín o los gallos del vecino, es calidad de vida. Respirar aire sin contaminación, ir al trabajo en bici, andar por las tardes con mi familia… Eso es calidad de vida para mí”.
Es por esta razón que López, no solo animaría a los futuros MIR a decantarse por la Medicina rural, sino que, si dependiera de él, “todos los recién graduados deberían rotar al menos tres meses por un pueblo de forma obligatoria”. En este sentido, si no se hace nada al respecto, la Medicina rural “se va a ir perdiendo cada vez más”. “Van a tener que venir médicos de fuera, como está pasando ya, porque los jóvenes no quieren venir a los pueblos”.
“La Medicina rural es la Medicina más auténtica. Los médicos rurales estamos muy comprometidos con la profesión porque es nuestra vocación. Lo único que tiene de malo estar en un pueblo solo, es manejar bien la incertidumbre, porque no podemos consultar los casos con nadie”. Por el resto de cosas, el Dr. Ángel López lo tiene claro: se queda en el pueblo.
EL FUTURO DE LA MEDICINA RURAL
López defiende que “si se incentiva de forma adecuada: económicamente, fiscalmente, facilitando una vivienda, un trabajo para las parejas y una escuela para los hijos... Conseguirán que la gente venga, pero si no, es complicado". “Acabarán viniendo médicos de fuera, que no tienen la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria”, lamenta el médico, a la vez que destaca la incongruencia de la situación.
Y es que cada vez se van más médicos al extranjero porque no tienen trabajo, mientras en los pueblos se contratan médicos de fuera porque hay déficit. “Formamos a médicos que son super buenos e inteligentes, que tienen un MIR que es una oposición super exigente y al final, algunos acaban yéndose porque están agotados y porque no se les paga bien”, zanja el Dr. Ángel López.