El síndrome de burnout está a la orden del día. Cada vez son más los casos de profesionales sanitarios quemados por las malas condiciones laborales y salariales que les ofrece la Administración y el maltrato que reciben de sus pacientes, entre otras causas. Y es que la vocación no justifica ni la explotación ni el maltrato, por lo que esta problemática aumenta tanto la desmotivación como las ganas de dejar la profesión, sin olvidar el conocido como síndrome de burnout.
Recientemente, la Sociedade Galega de Medicina Interna informaba que alrededor de un 40% de los profesionales padece síndrome de burnout. Asimismo, una encuesta realizada por la Sociedad Europea de Medicina de Emergencias (EUSEM) a médicos de urgencias de 89 países revelaba que más del 60% de estos profesionales tenían al menos un síndrome de burnout, mientras que más del 30% tenía dos síntomas.
Ahora, un estudio realizado por profesionales del Boston Medical Center y publicado en JAMA Network confirma que más del 20% de los sanitarios sufre o ha sufrido maltrato por parte de sus pacientes y familiares. Estas agresiones, tanto físicas como verbales, se asociaron a mayores niveles de ansiedad en el trabajo. Mientras, la sensación de estar protegido por la Administración alivió este síntoma y se relacionó con niveles más bajos de angustia.
El 15% de los profesionales relató haber sufrido violencia verbal por parte de pacientes y familiares
Para el estudio, se realizó una entrevista a 1.505 médicos entre septiembre y octubre de 2020. De este total de facultativos, el 48,8% eran mujeres (745), el 47,1% eran hombres (627) y el 9,5% (143) prefirió no compartir su identidad o eligió “otro”.
Los resultados son reveladores: de los 1.397 médicos que respondieron preguntas sobre maltrato, el 23,4% (327) informó haber sufrido maltrato en el último año, siendo los pacientes y familiares la fuente más común de las agresiones. Por géneros, las diferencias son palpables: las mujeres tenían el doble de probabilidades de sufrir malos tratos (31% de las mujeres frente al 15% de los hombres).
La encuesta recogía cuatro posibles respuestas: abuso sexual, agresiones verbales, violencia o intimidación física y todas las formas de maltrato citadas. Así, el 15% de los profesionales relató haber sufrido violencia verbal por parte de pacientes y familiares, mientras que el 16,6% confesó haber recibido alguna de las formas de maltrato registradas por parte de pacientes y familiares. Además, el 4% constató haber recibido abuso sexual por parte de dicho colectivo.
LA INCIDENCIA DEL MALTRATO, POR GÉNERO Y RAZA
Y si el maltrato se ceba con ellas, las diferencias por etnias también son notables. Los médicos negros o multirraciales tenían hasta el doble de probabilidades de sufrir maltrato que los asiáticos o blancos. De este modo, el 50% de los facultativos negros aseguró haber sufrido agresiones verables. Una cifra que desciende hasta el 21% en el caso de los blancos.
La encuesta revela que hay una “alta prevalencia” de maltrato a los médicos en general, y a las mujeres en particular, proveniente en su mayoría de los pacientes y familiares
Este maltrato se tradujo en burnout, disminución de la sensación de estar realizado profesionalmente y hasta un 129% más de intención moderada o alta de dejar el trabajo. En esta línea, la sensación de desprotección en el puesto de trabajo también se asoció con un aumento del burnout, una menor realización como profesional y un 711% más de intenciones de dejar la Medicina.
En definitiva, la encuesta revela que hay una “alta prevalencia” de maltrato a los médicos en general, y a las mujeres en particular, proveniente en su mayoría de los pacientes y familiares. Estos malos tratos están estrechamente relacionados con burnout, falta de motivación profesional y un aumento de las ganas de dejar la Medicina.
Este malestar disminuía si el sanitario se sentía protegido por su centro o por la Administración. De ahí que el estudio ponga de manifiesto la importancia de que los sistemas sanitarios establezcan los medios necesarios para proteger a sus profesionales y evitar el maltrato por parte de los pacientes y familiares.
Y es que tal y como comentaba a ConSalud.es el delegado de CSIF-Sanidad en el departamento de la Ribera (Comunidad Valenciana), Juan Daniel Munuera, los profesionales “estamos indefensos y la Administración no hace nada”.