La Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) ha hecho público su manifiesto en relación al desabastecimiento y la producción pública de medicamentos.
A través de esta expone que dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), los medicamentos se posicionan como piezas clave “para alcanzar los objetivos de prevención, alivio, curación y reparación de las secuelas que la enfermedad provoca en la población”.
En este sentido indican que “este claro objetivo sanitario”, encuentra en el sistema capitalista de libre mercado en el que nos hallamos una serie de problemas que “lo alejan de su concreción”.
“Es un hecho que sistema económico de libre mercado desarrolla su modelo de negocio a favor de la tasa de beneficio de espaldas al objetivo sanitario”, recoge el manifiesto.
El segundo punto del documento pone el foco en el gasto farmacéutico. Señala que este se incrementa cada año en las comunidades autónomas, lastrando el desarrollo de políticas sanitarias centradas tanto en el paciente como en la enfermedad.
“Los recursos sanitarios, sufragados por todos los ciudadanos colectivamente, son valiosos y escasos, por eso es prioritario un uso eficiente de los recursos para obtener más beneficio en términos de salud”, explica.
“Los recursos sanitarios, sufragados por todos los ciudadanos colectivamente, son valiosos y escasos, por eso es prioritario un uso eficiente de los recursos para obtener más beneficio en términos de salud”
“Según los datos del Ministerio de Hacienda a noviembre del 2019, el gasto farmacéutico total creció de manera un 4,3% interanual (un 2,3% el gasto en recetas y un 7% la farmacia hospitalaria) con gran diferencia entre las comunidades autónomas (entre el 1% en el País Vasco y 7% en Canarias) incremento este que es tendencia desde hace años”.
“El incremento del gasto farmacéutico y de la comercialización desmesurada de nuevas moléculas orientadas a responder a los intereses económicos de la industria farmacéutica resulta en ocasiones peligrosa”, añade el manifiesto en este sentido.
El documento ve en su punto cuatro un inconveniente en la elevada cantidad de fármacos que se utilizan para un mismo problema de salud, considerando esta circunstancia como innecesaria e inapropiada en muchas ocasiones.
“Numerosos autores han criticado la excesiva medicalización de la vida cotidiana, la creación de nuevas enfermedades tras comercializar nuevos remedios, etc. Está situación provoca el incremento progresivo de la factura farmacéutica del SNS, en ocasiones innecesaria. Se estima que hasta 33% de los recursos sanitarios de todos los sistemas de salud se malgastan por prácticas, procedimientos y tratamientos inadecuados”.
"Se estima que hasta 33% de los recursos sanitarios de todos los sistemas de salud se malgastan por prácticas, procedimientos y tratamientos inadecuados"
Sobre los problemas de desabastecimiento apuntan como causas “la falta de interés económico de los laboratorios para su producción y distribución. El número de medicación desabastecida actualmente según datos del Ministerio de Sanidad es de 545 medicamentos, sin contar los medicamentos huérfanos de enfermedades con poca prevalencia que ascienden a 171”, siendo esta situación “inaceptable para el SNS” al generar “descrétido y desconfianza”.
“Las consecuencias del desabastecimiento sobre la salud de los pacientes son variadas provocando incremento reacciones adversas, errores de medicación, hospitalizaciones e incrementos de la mortalidad (la UE señala que 197.000 personas mueren anualmente en su territorio por efectos adversos a los medicamentos)”.
Una situación que se torna aún más complicada en el caso de los servicios de Urgencias o de cuidados intensivos.
Los puntos séptimo y octavo del manifiesto centran sus conclusiones en el Centro Militar de Farmacia de la Defensa. Este es el organismo de la red sanitaria de la Defensa de España y el responsable de la producción, abastecimiento y conservación de los medicamentos así como de otros recursos médicos que se destinan a la red sanitaria, y a otras organizaciones de las Fuerzas Armadas.
“El Centro Militar de Farmacia de la Defensa ha demostrado su capacidad operativa diversas situaciones como en el 2009-2010, cuando sucedió la pandemia de Gripe A, el centro es el que llevó a cabo la elaboración de los comprimidos de fosfato de oseltamivir, y se movilizaron parte de las reservas estratégicas que tenían las autoridades sanitarias para hacer frente a posibles pandemias provocadas por el virus de la influenza”, explica el documento.
"El Centro Militar funciona como almacén estratégico nacional para casos de emergencia desde el 2017"
En este sentido indican que “desde junio a diciembre de 2009 se elaboraron más de 30 millones de comprimidos para ser distribuidos entre la población general. Además, el Centro Militar funciona como almacén estratégico nacional para casos de emergencia desde el 2017”.
“Desde el año 2016 existe un convenio marco entre El Centro Militar de Farmacia de la Defensa y la Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario, por el cual el centro se convierte en un agente colaborador estatal. Desde entonces las autoridades sanitarias lo pueden utilizar en casos especiales, entre los que se contempla el desabastecimiento”.
Es por esto que desde la Fadsp entienden que “es fundamental para garantizar la producción, distribución y eficiencia de medicamentos el desarrollo por parte del ejecutivo de una industria pública del medicamento. Esta medida es necesaria para garantizar la suficiente autonomía e independencia del SNS de los vaivenes del mercado, para conseguir sus objetivos sanitarios”.
“De forma urgente consideramos necesario activar el Convenio entre El Centro Militar de Farmacia de la Defensa y la Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario para la producción y distribución de medicamentos que por las razones que fueren están desabastecidos. No podemos permitir que el desabastecimiento sanitario, en ocasiones provocado por la baja rentabilidad de fármacos eficaces y seguros, erosione la salud de nuestros ciudadanos”, concluye el manifiesto.