La Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (Facme) vuelvea manifiestar su preocupación por el nuevo borrador de Real Decreto de regulación de la formación común de las especialidades en ciencias de la salud, un documento que la Junta Directiva está analizando y sobre el que realizará nuevas alegaciones y propuestas de mejora de manera pública que se suman a las presentadas en 2019. Dichas consideraciones serán compartidas previamente con las sociedades científicas federadas el próximo lunes 10 de febrero después de una de sus reuniones rutinarias de Junta Directiva.
La Dirección General de Ordenación Profesional (DGOP) del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha mantenido en el nuevo texto algunos de los puntos que la Federación ya sugirió modificar y que consideraba novedades “inasumibles” en relación con el desarrollo de las especialidades médicas, las Áreas de Capacitación Específica (ACEs), la formación transversal, el papel de las Comisiones Nacionales de las Especialidades o los problemas que se pueden derivar en la convocatoria pública de plazas, entre otras cuestiones.
La Dirección General de Ordenación Profesional mantiene en el nuevo texto algunos de los puntos que Facme ya sugirió modificar por considerarlos novedades "inasumibles"
"Esta preocupación es compartida por el resto de los representantes sanitarios como quedó de manifiesto en la pasada reunión del Foro de la Profesión Médica. Se trata de trabajar de forma conjunta para conseguir una propuesta que se ajuste a las necesidades que precisan tanto los pacientes como los futuros especialistas", apuntan desde la Federación.
El verano pasado Facme ya mostró su malestar al no haber sido consultada en la elaboración preliminar de este marco regulatorio.La formación médica es un tema clave para las sociedades científicas y mañana, jueves 30 de enero, se acudirá a una reunión con la Organización Médica Colegial (OMC) para abordar este tema de manera conjunta.
La Federación considera que las sociedades científico-médicas con título de especialidad reconocida deben tener una participación activa en el proceso de elaboración de la formación común, ya que estas competencias forman parte del perfil profesional. "Son ellas las que están más genuinamente vinculadas al conocimiento científico, a la innovación tecnológica y son las generadoras de demandas asistenciales", concluyen.