La Covid-19 puso en primera línea de batalla, con un papel muy destacado, a los infectólogos. Sin embargo, el reconocimiento que obtuvieron entonces estos profesionales parece haber caído en el olvido: cinco años después de la pandemia, España sigue siendo uno de los pocos países de Europa que todavía no tiene reconocida la especialidad médica de Enfermedades Infecciosas. Esta realidad, además, contrasta con el alto volumen de producción científica en la materia actualmente en nuestro país.
Según el estudio sobre el itinerario formativo de los especialistas médicos internacionales que ha presentado recientemente la sección de Enfermedades Infecciosas de la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS-ID), España se sitúa en el top 5 a nivel europeo y en el top 10 mundial como país con un mayor volumen de producción científica en enfermedades infecciosas, mientras que, de los 35 países participantes, 27 reconocen las enfermedades infecciosas como una especialidad médica independiente, y siete como una subespecialidad.
España es, así, el único que todavía no figura en ninguna de estas dos listas. “Esta investigación muestra que es urgente impulsar una formación médica reglada para estar mejor preparados ante futuras pandemias y crisis sanitarias en España. Además, al no reconocerse oficialmente la especialidad, es difícil atraer a nuevos profesionales y garantizar el relevo generacional”, explica el doctor Jon Salmanton-García, investigador principal de un estudio que ha sido presentado en el marco del Congreso anual de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID 2025).
"Es urgente impulsar una formación médica reglada para estar mejor preparados ante futuras pandemias y crisis sanitarias en España"
En concreto, su investigación ha analizado la estructura de los programas de formación y evaluación de los jóvenes médicos internacionales para convertirse en especialistas en enfermedades infecciosas en 2024, resultando los datos expuestos anteriormente, que, reivindica el doctor José Miguel Cisneros, coordinador del Comité Profesional de la Sociedad Española de Inmunología Clínica (SEIMC), subrayan lo “esencial” de crear la especialidad “para que los pacientes con infecciones, especialmente aquellas graves y complejas, sean atendidos por un profesional que ha recibido una formación completa, mejorando así sus posibilidades de curación y supervivencia”.
El experto aboga de esta manera por una formación MIR (Médico Interno Residente) de cinco años de duración. “Es prioritario avanzar sin más dilación hacia la creación de una especialidad MIR en España como una medida imprescindible para garantizar una formación homogénea, fortalecer nuestra capacidad de respuesta ante nuevos patógenos con potencial pandémico y alinear nuestro sistema sanitario con los estándares europeos. La especialidad no es solo una demanda profesional: es una necesidad del sistema sanitario y de los pacientes”, le apoya el doctor Federico García, presidente de la SEIMC.
Pero la situación de España no ha sido lo único de lo que ha dejado constancia el estudio, que también resalta la importancia de “unificar la formación” en Europa y establecer unos criterios mínimos comunes. Y es que en la actualidad, explica, existen grandes diferencias entre países en lo que respecta a la duración de los programas, y menos del 25% ofrecen los seis meses recomendados de formación en el apartado de Microbiología Clínica. La solución para alcanzar esta homogeneización, asegura Salmanton-García, está en actualizar los requisitos europeos (European Training Requirements) e implantar, a lo largo de este año, el primer examen europeo de certificación de la especialidad.
ESPECIALIDAD COMPLETA
No queda otra: España necesita, cuanto antes, contar con una especialidad propia en Enfermedades Infecciosas, y no un Área de Capacitación Específica (ACE), como se había planteado en diversas ocasiones. En este sentido, insiste Cisneros, además de que las ACE -dentro de la especialidad de Medicina Interna- resultarían insuficientes para formar a los futuros especialistas, la creación de la especialidad supondría un 40% menos de gasto por plaza de formación, “ya que la estructura asistencial de las enfermedades infecciosas existe en todas las comunidades autónomas que han creado en sus hospitales servicios o unidades de Enfermedades Infecciosas”.
"La estructura asistencial de las enfermedades infecciosas existe en todas las comunidades autónomas que han creado en sus hospitales servicios o unidades"
Sobre este tema, el propio José Miguel Cisneros se mostraba optimista en una reciente entrevista concedida a este periódico: en la última reunión que mantuvieron con Mónica García, la ministra de Sanidad trasladó a la SEIMC su rechazo a las ACE, y ella misma se mostró “convencida” del surgimiento de la especialidad de Enfermedades Infecciosas. “Es una deuda pendiente que tiene el Ministerio de Sanidad con los pacientes y con las Enfermedades Infecciosas, y que es inexplicable en el contexto europeo actual”, señalaba el infectólogo del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
“Se nos caen de las manos los argumentos que justifican la necesidad de crear la especialidad, como la pandemia se encargó de poner de manifiesto una vez más. Está demostrado científicamente que los pacientes con infecciones graves y complejas obtienen un mejor diagnóstico cuando son atendidos por especialistas, y eso es lo que le hicimos ver a la ministra durante la reunión”, aseguraba Cisneros. “Estamos realmente cansados. No se entiende esta demora, y que no hayan terminado todavía de hacer la evaluación. Es algo que nos parece inadmisible. Aquellos que no lo ven, tendrán que explicar por qué Europa se equivoca”, añadía.