La Atención Primaria española no sólo está discriminada en cuanto a su financiación (sólo recibe el 14% del gasto sanitario, frente al 62,4% en atención hospitalaria), y en lo que respecta a la sobrecarga laboral de los profesionales (el 11% de los médicos pasan más de 50 consultas al día), sino que, en el ámbito universitario, también supone una pieza secundaria dentro del sistema.
De esta forma, aunque aproximadamente en un 75% de las facultades de Medicina españolas se imparte, con carácter obligatorio, la asignatura de Medicina de Familia, sólo en un 20% de las mismas hay médicos de Familia acreditados como profesores titulares impartiendo la asignatura.
La ANECA impone unos requisitos para acreditarse como profesor universitario “casi imposibles de conseguir para el médico de Familia”
Así lo calcula José Luis Garavís, portavoz del grupo AP25 de la Organización Médical Colegial (OMC), quien señala a Consalud.es que el médico de Primaria, a diferencia de otros especialistas, encuentra muchas trabas para poder llegar a acreditarse como profesor universitario.
El problema, indica, es que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA) impone unos requisitos para acreditarse como profesor “casi imposibles de conseguir para el médico de Familia”. Ello se debe a dos cuestiones distintas, “por un lado, debido a la sobrecarga asistencial que sufre el médico de Primaria, casi toda su actividad es asistencial, por lo que le cuesta investigar”, indica Garavís.
Pese a ello, asegura, muchos médicos sí logran realizar investigaciones, y las sociedades científicas de Familia tienen grandes proyectos de investigación. “El problema, es que suele ser investigación centrada en aspectos clínicos o epidemiológicos, y la revistas donde se publican tienen un impacto menor para la ANECA, que valora muy poco las publicaciones de revistas de Atención Primaria o de educación médica”.
VALORACIÓN DE LA ACTIVIDAD ASISTENCIAL
Todo ello, por tanto, supone que sea muy difícil que haya profesores o catedráticos especialistas en Familia en la universidad. “Lo que pedimos es que la ANECA también valore la actividad asistencial en nuestro caso, y que se evalúe el impacto de las revistas de Primaria dentro de su ámbito”, explica el portavoz de la OMC.
Otra consecuencia de esta “discriminación” hacia los facultativos del primer nivel asistencial, además, es el hecho de que, a la hora del MIR, pocos médicos de entre las mejores notas seleccionen la especialidad de Medicina de Familia, pese a ser la que más plazas oferta cada año.
Según señala a este periódico Guillermo Pombo, presidente de Semergen Cantabria, “el estudiante conoce lo que le enseñan, pero en la universidad no se le enseña en qué consiste exactamente la Medicina de Familia”. De hecho, según una encuesta realizada por la OMC, la mayoría de los alumnos no tiene claro el alcance de las competencias de este tipo de facultativos, que tiende a establecer por debajo de la realidad.
Esta falta de reconocimiento podría aumentar aún más si, como denuncia el Foro de Atención Primaria, se mantiene la actual redacción del proyecto de Troncalidad, que permitiría al médico de Familia formarse sin ni siquiera llegar a rotar por los centros de salud. En ese caso, argumenta el colectivo, los médicos pedirían la salida de Medicina de Familia de la troncalidad.