La figura del interlocutor policial sanitario prevista en la instrucción presentada en julio por los ministerios de Interior y Sanidad, con el apoyo de la Organización Médica Colegial (OMC), no sólo servirá para ofrecer una respuesta más rápida ante casos de agresión a profesionales sanitarios, sino que servirá, literalmente, para evitar que se produzcan estas agresiones en determinados casos.
Así lo explica a Consalud.es José Alberto Becerra, coordinador del Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC, que considera que esta figura, en la que ya trabajan ocho autonomías de forma oficial, servirá para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía Nacional y Guardia Civil), actúen de una forma reactiva pero también preventiva.
El interlocutor podrá garantizar una mayor presencia policial en los centros que hayan mostrado una mayor conflictividad con sus médicos
En la práctica, esto supondrá que, puesto que el interlocutor conocerá de antemano cuáles son los centros sanitarios que presentan una mayor conflictividad o problemática, se refuerce la presencia policial en estas zonas. Una presencia que, como señala Becerra, puede llegar a ser incluso individualizada en el caso de médicos que estén sufriendo continuamente presiones o intimidaciones de diversa índole, “como puede suceder en casos de poblaciones con especial conflictividad o en casos de médicos que son intimidados constantemente, por ejemplo, para que se le receten determinadas sustancias a toda costa”, señala.
Esta mayor presencia policial servirá por tanto, no sólo para garantizar una mayor seguridad real de los profesionales, sino también para una mayor sensación de seguridad de los mismos a la hora de trabajar. “Vamos a garantizar que en España no se le va a pegar a los médicos y que van a realizar su trabajo de forma segura lo que, obviamente, va a ir en beneficio de los pacientes”, añade el portavoz colegial, que defiende que son los colegios de médicos españoles los que más están apostando por la implantación de este protocolo contra agresiones (protocolo que, según el Gobierno, también incluye a la Enfermería y al resto de profesionales sanitarios).
Junto a estas actuaciones preventivas, sin embargo, el interlocutor policial también tendrá una labor reactiva, no sólo a la hora de facilitar a los sanitarios agredidos el hecho de interponer una denuncia o al investigar a los agresores, sino también a la hora de ofrecer una actuación policial en el momento en el que ocurre la agresión, donde la respuesta puede ser similar a la de los casos de violencia de género ya que, como señala Becerra, la mayoría de las víctimas de agresiones sanitarias son mujeres.
TAMBIÉN EN LA PRIVADA
Por otro lado, el portavoz de la OMC también hace hincapié en que, por primera vez, todas estas medidas también se aplicarán sin tener en cuenta si los médicos trabajan en la sanidad pública o en la privada, algo que no ocurre, por ejemplo, a la hora de reconocer las agresiones a médicos como atentado a la autoridad, que en este caso sólo se reconocen en el ámbito público.