Hacer ejercicio físico, seguir una dieta equilibrada o reducir el colesterol son hábitos cardiosaludables conocidos, ampliamente divulgados y promocionados por los profesionales para mantener una buena salud cardiovascular. Con todo, aunque menos estudiados, hay otros factores que se constituyen como un riesgo a la hora de desarrollar una patología cardiovascular. Un ejemplo de ellos, la contaminación ambiental y el cambio climático.
Con el objetivo de investigar y ahondar en los cuidados preventivos relacionados con la contaminación ambiental, nace el proyecto SEC-FEC Verde de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC).
“Nuestro objetivo es desarrollar el campo del potencial problema de los metales y contaminación atmosférica, ver cómo pueden hacernos enfermar e intentar abrirlo para llegar a todos los cardiólogos y luego a la población general, para dar a conocer la importancia de estos temas”, explica a ConSalud.es el vocal del proyecto SEC-FEC Verde, el Dr. Vicente Arrarte Esteban.
Aunque es un tema relativamente reciente, el problema de la contaminación ambiental empieza a ser objeto de debate entre los profesionales. Tanto es así que ya se incluye “en las guías de prevención cardiovascular que salieron hace menos de un año”, apunta el cardiólogo. “Ya se habla de la importancia de la contaminación ambiental y de los tóxicos como el tráfico o el vivir en ciudades contaminadas y cómo esto afecta a nuestra salud”, añade. Y es que estos aspectos se constituyen como factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o la insuficiencia cardíaca.
"Si nos unimos, podemos reducir los niveles de contaminación ambiental porque si no, enfermaremos"
“Es conocido, no es que no haya estudios. El problema es que no es tan fácil actuar sobre estos factores de riesgo, como lo es con los lípidos, el colesterol o la tensión arterial, para los cuales tenemos medicación”, explica el Dr. Arrarte. En este escenario, la clave es atajar el problema desde la prevención. “Esto no es una pastilla, no podemos decirle a una persona que vive en una ciudad contaminada que deje de exponerse, sino que tenemos que ser conscientes de que ese tipo población puede tener más riesgo y por tanto tenemos que, entre todos, intentar disminuirlo”.
Es por ello que los cardiólogos, en colaboración con otros especialistas, tienen que dar a conocer estos riesgos para que la población sea consciente e insten a las instituciones a tomar cartas en el asunto para reducir los niveles de contaminación.
“Tenemos que concienciarnos de la importancia de cómo afecta la contaminación a nuestra salud y animar a que se tomen decisiones como cerrar el tráfico de coches en los centros de las ciudades o instar a las autoridades a que desarrollen zonas verdes. Y a título personal, tenemos que usar materiales reciclables, reciclar… Si nos unimos, podemos reducir los niveles de contaminación ambiental porque si no, enfermaremos”, explica el cardiólogo.
En este sentido, Arrarte insiste en que no debemos asumir que este problema es un daño colateral del desarrollo humano: “Tenemos que educarnos y darnos cuenta de que podemos cambiarlo y no vivir con estos tóxicos”.
"Ves a un paciente con un infarto de miocardio y muchas veces no tenemos en cuenta dónde vive o qué problemas pueden haber colaborado en una patología cardíaca o respiratoria. No siempre es culpa del individuo, a veces tiene que ver con su ambiente"
En todo este proceso, el papel de los profesionales es fundamental, una vez que son una figura imprescindible para concienciar tanto a la sociedad como a los cardiólogos. “Tenemos un riesgo que no medimos en nuestros pacientes. Ves a un paciente con un infarto de miocardio y muchas veces no tenemos en cuenta dónde vive o qué problemas pueden haber colaborado en una patología cardíaca o respiratoria. No siempre es culpa del individuo, a veces tiene que ver con su ambiente”, asevera.
LOS CARDIÓLOGOS, EN ACCIÓN
El Dr. Arrarte explica que uno de los objetivos que perseguirá el proyecto SEC-FEC Verde es el de trasladar la importancia de abrir zonas verdes en las grandes ciudades, así como favorecer el transporte público, el tráfico eléctrico, evitar contaminantes, promocionar el caminar…
Por ello, ahondarán en aspectos que, aunque en un primer momento parecen estar alejados de la Cardiología, tienen mucho que ver. Si se reduce la contaminación, “podremos hacer estudios que constaten que ha disminuido el número de infartos o de insuficiencias cardíacas”. Así, en este campo no se trata de curar la enfermedad, sino de prevenirla “cambiando nuestra forma de ser para poder decir que, en Madrid, por ejemplo, se ha reducido en un 15% el número de infartos”. “Esto puede ocurrir y por eso tenemos que investigar y ver cómo benefician estos cambios a la población”, asegura Arrarte.
Lo prioritario de este proyecto, según informa su portavoz, es la docencia, la formación, la divulgación, la concienciación y la investigación. Respecto a esta última, Arrarte apuesta por potenciarla del mismo modo que se ha hecho con otros temas como el tabaquismo o el colesterol.
“SEC-FEC Verde abre la puerta a un grupo de trabajo sobre la contaminación dentro de la SEC para que dentro de la Cardiología preventiva y junto con otros especialistas, asociaciones, salud pública y la sociedad, se establezca un compromiso con estas reivindicaciones”, concluye el portavoz del proyecto. Todo ello para “intentar llegar a las Administraciones, que son los que tienen en sus manos el poder de hacer cambios”.