“La brecha salarial es directamente proporcional a lo mucho o poco feminizada que esté una profesión". Y en la Sanidad, este porcentaje es alto. Esta es la desigual situación que viven las mujeres en el sector sanitario. La responsable de Sanidad de Comisiones Obreras (CCOO), Silvia Espinosa, explica a ConSalud.es que pese a ser mayoría en este sector, las mujeres cobran un 37% menos que los hombres, una cifra que está 13 puntos por encima de la media, que se sitúa en el 24%.
Así está recogido en el informe ‘Por la igualdad real, contra la brecha salarial’ elaborado por CCOO. Con todo, se trata de un dato “muy grueso”, reconoce Espinosa, ya que este porcentaje no discrimina por cargos, sino por sueldos medios. En este sentido, entra en juego otro concepto: la brecha vertical. Pese a que en Sanidad hay un 76,4% de mujeres, “una feminización muy alta y que además va en aumento”, la Sociedad Española de Directivos de la Salud recoge en solo 3 de cada 10 mujeres ocupan un cargo de responsabilidad.
En una profesión en la que el 51,1% de mujeres son médicos, solo el 13% de los Colegios de Médicos provinciales están presididos por mujeres. Lo mismo pasa en las sociedades científicas: solo el 18% están presididas por ellas. Y de las 19 Consejerías de Sanidad que hay, solo nueve están dirigidas por mujeres. Aunque pueda parecer que en este último caso la situación está equilibrada, no es así, ya que el 80% de las plantillas están conformadas por mujeres. En definitiva, ellas están infrarrepresentadas en los altos cargos, aún siendo mayoría en el reparto general.
El techo de cristal tiene causas multifactoriales. Una de estas, el conocido como “suelo pegajoso”. Si una mujer termina su jornada, pero al llegar a casa tiene que seguir trabajando, cuidando de la casa, de los niños… Es evidente que en muchas ocasiones no va a tener ganas de ascender y dedicar más tiempo a su trabajo, principalmente porque ya no le queda tiempo.
Las mujeres tienen más temporalidad y parcialidad, registrando hasta el 75% de los contratos parciales
En este sentido, a día de hoy “los cargos de responsabilidad están organizados como si nadie tuviera vida personal y eso dificulta que las mujeres asciendan”, asegura Espinosa. El 'síndrome del impostor' también condiciona que muchas mujeres ni siquiera aspiren a estos cargos por no creerse capaces.
Además, las mujeres tienen más temporalidad y parcialidad, registrando hasta el 75% de los contratos parciales. “Y a quien se elige primero para altos cargos es a los hombres y es por una opinión meramente sesgada de que la sociedad cree que son más válidos. A las mujeres les cuesta más subir”.
Asimismo, además de estas razones que explican la diferencia salarial y de puesto de trabajo, la responsable de Sanidad de CCOO añade que en la empresa privada “estamos viendo auditorías salariales que revelan que en la misma categoría y en cargos de responsabilidad, que es donde están los grandes sueldos, hay diferencias muy gordas”. “Y la mayoría de veces, las empresas no tienen justificación”, añade Espinosa. En definitiva, existe una discriminación únicamente por cuestión de género.
DISCRIMINACIÓN ¿POSITIVA?
Para acabar con esta desigualdad una de las medidas que proponen los expertos son las “acciones de discriminación positiva”. La responsable de Sanidad de CCOO explica que se trata de que, en situaciones en las que dos personas son igualmente idóneas para un puesto, se discrimine en favor de la mujer, contratándola a ella. Los currículums ciegos son otra buena forma de favorecer la igualdad, pues con un CV sin foto ni nombre, se evitaría el sesgo de opinión.