Dr. Alfonso Vidal: "El tiempo que se tarda en recibir un diagnóstico de dolor crónico es alarmante"

Alfonso Vidal, responsable de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario La Luz, celebra el Día Mundial contra el Dolor reivindicado más recursos para su correcto tratamiento

Alfonso Vidal, responsable de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario La Luz (FOTO: Quirónsalud)
Alfonso Vidal, responsable de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario La Luz (FOTO: Quirónsalud)

Según la International Association for the Study of Pain (IASP), el dolor afecta actualmente a cerca del 20% de la población mundial; esto es, una de cada cinco personas lo padece en algún momento de su vida. Además, de todos ellos, un tercio sufre limitaciones significativas a la hora de llevar una vida independiente y autónoma, algo que se acrecienta aún más por el hecho de que, denuncia el doctor Alfonso Vidal, responsable de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario La Luz, perteneciente al grupo Quirónsalud, “el tiempo que tardan los pacientes en recibir un diagnóstico de dolor crónico es alarmante".

El doctor Vidal se suma así a la campaña global para sensibilizar sobre esta patología, y que se enmarca dentro del Día Mundial contra el Dolor que se conmemora cada 17 de octubre. "La celebración de este día mundial es una oportunidad para recordar que, aunque el dolor a veces se cura o alivia, en muchos casos simplemente se sobrelleva", recuerda el especialista en manejo del dolor. Y es que, si bien muchas veces el dolor se manifiesta como un síntoma aislado, en la inmensa mayoría de ocasiones es una condición asociada a otras patologías.

Por eso, apunta el experto, la visibilidad de este problema es determinante, “especialmente cuando el dolor se vuelve crónico y afecta a las personas las 24 horas del día, los 365 días del año”. Además, recuerda, los últimos estudios indican que solo en Europa el dolor crónica genera más de 500 millones de días de baja laboral cada año, lo que supone una pérdida económica estimada de 34.000 millones de euros según datos del 2005. En España, aunque la prevalencia de esta afección es ligeramente inferior a la media global, con un 17%, el impacto en los pacientes sigue siendo muy significativo.

"Con el envejecimiento progresivo de la población, particularmente en países como España y Japón, donde las tasas de natalidad y reposición son bajas, es fundamental invertir en tratamientos preventivos"

"En nuestro país, el promedio de tiempo hasta que se diagnostica esta patología es de 2,2 años, mientras que recibir un tratamiento adecuado suele demorarse aproximadamente 1,6 años", critica el doctor Vidal, insistiendo en que este retraso en el diagnóstico y en el tratamiento agrava la condición del paciente, “generando un ciclo de dolor prolongado que afecta no solo su vida diaria, sino también su productividad y bienestar general”.

Una de las cusas de esta problemática, destaca el médico, es la falta de concienciación sobre la importancia de la prevención y el tratamiento precoz del dolor. "Con el envejecimiento progresivo de la población, particularmente en países como España y Japón, donde las tasas de natalidad y reposición son bajas, es fundamental invertir en tratamientos preventivos para evitar que el dolor crónico se convierta en un problema aún más grande", asegura.

Y, aunque actualmente ya existen técnicas avanzadas que permiten agilizar el diagnóstico y tratamiento del dolor, todavía falta una financiación adecuada -tanto pública como privada- para que dichos avances sean realmente efectivos. "El dolor crónico no entiende de clases sociales ni fronteras. Uno de cada cinco espera una solución, y es nuestra responsabilidad, como profesionales y como sociedad, proporcionar los recursos necesarios para mejorar su calidad de vida", reivindica.

LA PANDEMIA ACRECENTÓ AÚN MÁS LOS PROBLEMAS

La pandemia de COVID-19, más allá de todo lo que supuso para la población general, fue especialmente acusada por este tipo de pacientes. Durante el confinamiento y la crisis sanitaria, recuerda Alfonso Vidal, los recursos médicos se destinaron prioritariamente a la gestión de la pandemia, lo que provocó una interrupción en el seguimiento y tratamiento de pacientes con dolor crónico. Esto, a su vez, aumentó la prevalencia y gravedad de la patología en muchos casos.

"Aunque poco a poco se está recuperando la atención habitual, el impacto de la pandemia ha sido muy importante. Las cifras se dispararon de manera puntual y, a pesar de que se ha logrado cierta estabilidad, el dolor crónico sigue siendo una carga trascendental para los sistemas de salud", sentencia.

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