Ya pasaba antes de la Covid-19, pero con la pandemia ha ido a más. Las agresiones a sanitarios son “el día a día” de una profesión que se siente desprotegida y sin el respaldo de la Administración. “Siempre ha habido agresiones, porque siempre ha habido gente maleducada, pero ahora lo estamos viviendo en nuestras carnes de forma reiterativa”, confiesa a ConSalud.esJuan Daniel Muneura, delegado de CSIF-Sanidad en el departamento de la Ribera, en la Comunidad Valenciana.
Todos los días, este sanitario recibe llamadas de compañeros que han sido agredidos. Insultos, amenazas, gritos, faltas de respeto e incluso golpes son situaciones cotidianas entre los sanitarios. Sin ir más lejos, Munuera cuenta el caso de una compañera administrativa que está a la espera de juicio por una amenaza de muerte. “Estamos viendo si la Conselleriade Sanidad le va a enviar un abogado, porque hasta ahora nadie se ha puesto en contacto con ella y el juicio es en breve”.
Otra compañera, esta vez una médico de urgencias en un centro de salud de Alzira. Fue agredida por la acompañante de una paciente que no consintió que la médico le dijera que no podía entrar en la consulta. “La zarandearon y le pegaron y aún está de baja. Es un centro de salud con mucha afluencia de gente, en una zona conflictiva y tiene mucho miedo de volver…”, apunta Munuera.
“Lo de los aplausos a los sanitarios estuvo muy bien, pero la gente ya no se acuerda”
“Es que es todos los días", lamenta el portavoz de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios. "En Cullera, en mitad de la pandemia un señor llegó con parada cardiorrespiratoria estando muy mal y lamentablemente falleció. Pues el hijo del paciente sacó a la enfermera de la consulta de los pelos, literalmente, increpándole que la culpa la tenía ella”.
Tampoco nadie de la Conselleria, con Ana Barceló a la cabeza, se puso en contacto con ella tras la denuncia, que retiró poco después por miedo de volver a encontrarse con esta persona en el juicio y porque “no se veía respaldada”. “Ella tuvo mucho miedo porque este señor estaba fichado por la Policía y quitó la denuncia porque si puede hacerte eso, imagínate si denuncias…”
Los casos que comenta el portavoz del CSIF se ajustan a la norma, una vez que las mujeres jóvenes son la diana de los agresores, según recogen los datos de la Policía Nacional. Mientras, Atención Primaria, la puerta de entrada del paciente en el Sistema Nacional de Salud, es la que más casos notifica. Y es que "la gente se recata más en un hospital grande, pero cuando acuden a Primaria, lo quieren todo para ayer y con la demora disparada, no puede ser".
“Lo de los aplausos a los sanitarios estuvo muy bien, pero la gente ya no se acuerda”, critica Munuera, que apunta que el mal funcionamiento de un sistema sanitario colapsado, aumenta la crispación de la gente, y con ello, las agresiones. “Entiendo que la gente esté crispada porque falta gente, porque no les atienden, porque no les cogen el teléfono, pero si hay solo una línea de teléfono, ¿cómo vamos a atender a todos? Es imposible”, denuncia el portavoz de CSIF.
"No damos abasto, no podemos atenderles mejor porque no tenemos medios, pero no tenemos la culpa"
“Si una auxiliar tiene que atender a 30 pacientes ella sola, no puede, pero no es por su culpa, es imposible que llegue a todo”. La falta de personal, escasez de recursos y las listas de espera infinitas, son el día a día en Atención Primaria. “No damos abasto, no podemos atenderles mejor porque no tenemos medios, pero no tenemos la culpa. Estamos acostumbrados a ir al médico y que nos atienda enseguida, pero por desgracia no puede ser así”, insiste Munuera.
Además de solucionar los problemas estructurales de falta de personal y recursos, tan a la orden del día en prácticamente la totalidad de Comunidades Autónomas, hay medidas inmediatas que podrían aliviar la problemática de las agresiones. Un ejemplo de ello sería poner personal de seguridad en los centros de salud que recogen más agresiones, pues actuaría como medida disuasoria. “Esto se podría hacer ya, de un día para otro, pero no se hace”.
La sensación general de los sanitarios es la de “indefensión total, porque tu empleador no vela por ti”. Ni ayuda psicológica para reincorporarse al puesto de trabajo y gestionar el miedo, ni ayuda legal para el juicio, ni medidas para solucionar esta crisis. La Conselleriade Sanidad valenciana, con Ana Barceló a la cabeza, aún no ha anunciado medidas que pongan solución a un problema que está a la orden del día.