La Sociedad Española de Pedriatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) ha presentado, durante su 33º congreso celebrado en Toledo, la guía ‘5 preguntas frecuentes en enuresis infantil’, con la que, según indica el presidente de la Sepeap, Fernando García-Sala Viguer, “queremos contribuir a que los pediatras y residentes de Pediatría conozcan más detalles sobre esta alteración y que con ello contribuyamos a mejorar la vida de nuestros niños y niñas afectados por este problema”.
La enuresis es la incontinencia urinaria nocturna en niños mayores de cinco años. Cuando este es el único síntoma presente, se trata de una enuresis monosintomática (EMS). Cuando aparecen otros síntomas del tracto urinario inferior, estaríamos hablando de una enuresis no monosintomática (ENMS). Las causas y tratamientos de ambas variantes son diferentes. También puede clasificarse en primaria, cuando el niño ha tenido incontinencia durante un periodo superior a seis meses, o secundaria, si se da el caso de incontinencia tras seis meses sin mojar la cama.
La enuresis puede estar provocada por situaciones estresantes o ser consecuencia de otros problemas de salud
Esta afección puede suceder por problemas de estrés en la vida del niño, que se puede dar en situaciones como el divorcio de los padres, el nacimiento de un hermano, problemas escolares, etc. También se puede dar como consecuencia de otras afecciones como el estreñimiento, problemas en el tracto urinario, apnea obstructiva del sueño, hipotiroidismo o enfermedad renal crónica.
Para García-Sala Viguer, “somos conscientes de la alta prevalencia que tiene la enuresis en la infancia y en la adolescencia. En muchos casos es un problema tapado por los padres por estar mal visto socialmente que su hijo o hija no controle esfínteres por la noche. Por otro lado, aboca, en muchos casos, a que los niños y niñas con este problema, se aíslen socialmente al no poder compartir actividades nocturnas que impliquen una pernoctación fuera de su hogar con el resto de compañeros”.
Es importante realizar un seguimiento de las micciones y del funcionamiento normal del organismo en general para obtener un diagnóstico correcto
El diagnóstico de la enuresis debe apoyarse en la realización de un seguimiento de las micciones , tanto diurnas como nocurnas, así como en la observación de otras alteraciones en el funcionamiento normal del organismo.
El tratamiento, según la guía, debe ser “individualizado, adaptándose a la familia y al paciente”, con el objetivo final de lograr la sequedad definitiva mediante el manejo conductual, alarma o desmopresina. Antes de iniciar el tratamiento con alarma o desmopresina, es fundamental corregir el mal funcionamiento del tracto urinario inferior y el estreñimiento. Y si tras tres meses de tratamiento no se rebajan más del 50% de los síntomas, estaríamos ante un fracaso, por lo que el pediatra debería valorar si se trata realmente de una EMS o asi hay otras enfermedades asociadas.