El pasado 8 de septiembre vio la luz el Real Decreto que abría a consulta pública el esperado proceso de creación de la nueva especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias. Este, además de detallar algunos puntos que podían ser más o menos esperables para los interesados y profesionales sanitarios en general, introducía una importante novedad que pilló a más de uno por sorpresa: La formación conjunta, durante dos años, de sus residentes junto a los de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.
De hecho, tal fue la sorpresa, que incluso una de las partes a las que afecta el Real Decreto, la que representa a la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, no tenía conocimiento de esta formación conjunta hasta su publicación. “Yo me he enterado ahora, no se sí algún otro compañero tendría más información. Lo que es seguro es que eso no venía recogido en el borrador”, asegura a ConSalud.es el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), José Polo, quien se muestra “rotundamente en contra” de esta modificación.
“Es una troncalidad encubierta, y nuestro programa de formación está ya muy establecido y es muy positivo”, argumenta. De hecho, desde SEMERGEN ni siquiera estaban de acuerdo con la creación de la especialidad, “pero una vez creada, no entendemos por qué tenemos que compartir el programa”.
"¿Por qué solo son los médicos de familia los que tienen que cambiar?"
En concreto, Polo se pregunta por qué la formación tiene que ser compartida con su especialidad y no con otras, máxime cuando siguen esperando la actualización de su programa formativo, cuya última reforma data del año 2005. “Los cardiólogos y los internistas también trabajan en urgencias. ¿Qué pasa, que solo son los médicos de familia los que tienen que cambiar?”, critica.
“Si tenemos un programa que durante treinta años ha dado sus frutos y lo ha hecho con buenos resultados, ¿por qué mezclarlo con otro? Medicina de Familia aumentó de tres a cuatro sus años de residencia para hacer un programa más completo, ¿y ahora quieren quitarnos dos para Urgencias?”, añade.
De esta manera, reivindica Polo, ya que “se trata de una especialidad importante”, esta debería tener un “cuerpo docente y programa propios” y una “base científica sólida para su desarrollo, como cualquier otra especialidad”.
HASTA SEIS MESES PARA LA PUBLICACIÓN DEL PROGRAMA FORMATIVO CONJUNTO
El programa formativo conjunto, según señala el texto del Real Decreto -que, una vez finalizado el período de envío de aportaciones, será remitido al Consejo de Estado para continuar con su tramitación-, se publicará en un plazo de seis meses "desde la constitución de los órganos asesores": "Las competencias del periodo de formación común de ambas especialidades serán elaboradas por una comisión específica integrada por dos representantes de cada especialidad elegidos de entre los vocales de las correspondientes Comisiones Nacionales".
De igual manera, el RD también abre la posibilidad a que profesionales de otras especialidades que acrediten haber trabajado durante un mínimo de dos años en los servicios de urgencias de los hospitales puedan homologar su nuevo título de especialista de Medicina de Urgencias y Emergencias. Para José Polo, esto va a generar una pequeña discordia, “como ya ocurrió con Medicina de Familia”, entre los que accedan posteriormente a la especialidad vía MIR, puesto que el Real Decreto no matiza si la medida se va a mantener vigente cuando los primeros residentes de la especialidad obtengan su título.
"Va a generar una pequeña discordia"
“La residencia de Medicina de Familia al principio era de tres años, y después aumentó a cuatro. A los que estaban trabajando sin el título, se les obligó a hacer un examen, pero los que hicieron tres años de residencia no se les pidió ningún tipo de equiparación, y tendrían que haberlo hecho”, recuerda.
El RD sobre la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias informa también del coste estimado de formar a cada futuro especialista, que será de aproximadamente 219.414,079€ por residente. José Polo explica que esta partida presupuestaria fue requerida por ellos en las alegaciones al texto del borrador realizadas hace unos meses, ese mismo texto en el que asegura que no se citaba siquiera el punto de la formación conjunta. “Estamos pendientes de un informe de asesoría jurídica para presentar alegaciones sobre la formación conjunta antes del día 28”, informa.
SEMES, ROTUNDAMENTE A FAVOR
Al contrario que SEMERGEN, desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) sí que consideran “positivo” flexibilizar el proceso de formación. ”El Real Decreto recupera un poco el sentido de troncalidad o de pasarelas formativas del que realiza una residencia”, comentó a ConSalud.es su Secretario de Relaciones Institucionales, Javier Millán.
“Es un proyecto de Real Decreto que intenta conciliar intereses para no dejar fuera a nadie, y en el pleno de la Comisión de Recursos Humanos no hubo ningún voto en contra”, destaca.
Desde SEMERGEN, por su parte, todavía mantienen la esperanza de que este texto no sea el definitivo. “Una cosa es lo que diga el Ministerio, pero el programa hay que hacerlo”, sentencia su presidente.