La salud mentalse ha presentado como uno de los principales focos de preocupación sanitaria en la actualidad. El paso de la pandemia sirvió para que afloraran estas problemáticas que, hasta ese momento, eran silenciadas por los propios afectados para evitar el estigma social asociado. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. En nuestros días es bien aceptado que la salud de una persona ha de englobar el bienestar físico y también emocional. Sin embargo, desde el campo profesional queda un importante camino por delante a la hora de poder disponer de las condiciones oportunas para cubrir esta creciente demanda asistencial.
Una vez pase el verano y comience un nuevo ‘curso sanitario’ el colectivo de la psicología espera poder lograr avances en muchas de las reivindicaciones que vienen sosteniendo. Si bien las administraciones autonómicas y el propio Gobierno central ha comenzado a prestarles la atención que merecen, todavía quedan importantes asuntos en el tintero como reforzar las plantillas de psicólogos disponibles, integrarlos en todos los servicios de Atención Primaria o avanzar en la creación de especialidades como la Psicooncología y Psicología Paliativa.
El Ministerio de Sanidad ha puesto entre sus objetivos abordar mejoras en la atención mental de los ciudadanos, dotando al sistema de más recursos y repartiendo dotaciones presupuestarias a las CC.AA. para reforzar este ámbito
En primera instancia, el Ministerio de Sanidad ha puesto entre sus objetivos abordar mejoras en la atención mental de los ciudadanos, dotando al sistema de más recursos y repartiendo dotaciones presupuestarias a las CC.AA. para reforzar este ámbito. Igualmente, el Departamento de Mónica García ha puesto sobre la palestra incidir en los condicionantes sociales de la persona como factor clave en la salud mental. Sin embargo, algunas regiones han lamentado que estos presupuestos vayan principalmente destinados a nuevas infraestructuras y servicios, y no tanto a disponer de más profesionales en el campo de la psicología.
De esta manera, la portavoz de la Sociedad Madrileña de Psicología Clínica, Dra. Ángela Menéndez, coincidía en que hay que “proporcionar más recursos en general”, paralelamente al propio espacio de la asistencia sanitaria. “Muchas veces nos podemos encontrar con personas que nos son derivadas con cuadros de ansiedad. ¿Cómo no vas a tener esa ansiedad si van a embargar su casa o está sin trabajo y tienes hijos a tu cargo, etc?”, reflejaba, no sin llamar a la ministra, eso sí, a centrarse prioritariamente en las necesidades sanitarias “que sí están en su mano”.
UN PACTO NACIONAL
Entre los asuntos en los que el colectivo de psicólogos espera poder conseguir avances se encuentra la puesta en marcha de un Pacto de Estado por la Salud Mental, que concite el consenso de todas las formaciones políticas, asociaciones y colegios profesionales, así como de los propios pacientes y sus familias. Una apuesta electoral del actual Gobierno que, por el momento, sigue pendiente en el cajón de Moncloa. Este Pacto permitiría confeccionar un abordaje multidisciplinar y blindar los recursos necesarios para asegurar la asistencia a los pacientes.
MÁS PLAZAS PIR
De la misma manera, entre las reivindicaciones que volverán con fuerza a partir de septiembre se destaca la necesidad de “aumentar las plazas de formación sanitaria especializada en Psicología Clínica (PIR), así como mejorar las precarias condiciones laborales del colectivo y de sus espacios de trabajo”, explicaba recientemente Menéndez a ConSalud.es. Este paso adelante permitiría tratar de paliar la escasez de estos profesionales en la sanidad pública, que lleva a que las consultas se dilaten en el tiempo y se complique la oportuna continuidad asistencial de las personas.
Psicología reclama a los responsables sanitarios una planificación de las necesidades a medio y largo plazo de especialistas en Psicología Clínica, así como en otros perfiles como Psiquiatría y Enfermería de Salud Mental
En este contexto, desde la Psicología reclaman a los responsables sanitarios una planificación de las necesidades a medio y largo plazo de especialistas en Psicología Clínica, así como en otros perfiles como Psiquiatría y Enfermería de Salud Mental, para adecuarse a la demanda de los pacientes. “Hace falta que el Ministerio convoque anualmente más plazas PIR, pero también que haya más efectivos de Psicología Clínica en las plantillas una vez finalizada la formación”, apuntaba la psicóloga en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid.
Paralelamente, los psicólogos clínicos desean que en el futuro se ponga coto a la contratación de profesionales sin especialidad que se viene produciendo en muchos sistemas de salud. “Se trata de una cuestión puramente económica. Los servicios de salud pueden tener a una persona que se ha costeado un máster privado de dos años de duración, en lugar de los cuatro de la especialidad. No se les paga como especialistas, dado que han tenido una menor formación”, reflejaba Menéndez, mientras se lamentaba porque muchos otros psicólogos clínicos “mejor formados” y con “mayores garantías” se ven obligados a ejercer en la sanidad privada.
NUEVAS ESPECIALIDADES
Por otro lado, el colectivo profesional viene defendiendo desde hace tiempo el reconocimiento de la especialidad de Psicooncología y Psicología Paliativa para dar respuesta a las necesidades de las personas afectadas por el cáncer o en cuidados paliativos, así como a las de sus seres queridos.Sustentan esta demanda en las singularidades de estos pacientes y la necesidad de estar formados en el ámbito oncológico para "una mejor asistencia especializada a los enfermos y sus familias", remarcaba la Dra. Celia Ibañez, miembro de la Comisión Promotora de la Especialidad del COP. Asimismo, queda pendiente formalizar la especialidad en Psicología Clínica de Infancia y Adolescencia.