El comportamiento del niño, la forma de actuar de los progenitores y otros elementos son las alarmas en las que se fijan los médicos y enfermeras de Atención Primaria para detectar si están ante un caso de maltrato infantil. A veces no son señales llamativas son comportamientos psicológicos que son difíciles de discernir, otras veces son hematomas marcados que no dejan apenas lugar a dudas.
El Dr. Danilo Antonio Durán del grupo de trabajo de niños y adolescentes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) habrá atendido en nueve años unos 40 casos de maltrato infantil. Explica a Consalud.es que actúan “cuando vemos una extracción de un diente que nos dicen que se ha caído, pero que también tiene otra sintomatología en la lengua; cuando otras veces te vienen con una fractura muy rara, como en el empeine que puede ser un pisotón; una fractura craneoencefálica que va acompañada de cicatrices antiguas; o, que a mí me ha pasado, ves una mordedura y al preguntar te dicen que le ha mordido un cocodrilo, en Madrid. Entonces activamos el protocolo”.
En 2020, se notificaron 15.688 sospechas de maltrato infantil en nuestro país
Abusar sexualmente de los niños, que reciban violencia física, que no se les dé de comer, no se les bañe o atiendan todas sus necesidades, o se les ataque psicológicamente. Con maltrato infantil nos referimos a distintas acciones, omisiones y negligencias intencionadas que privan a los menores de sus derechos y bienestar. Un problema social y de salud presente en todos los países y que tiene efectos directos en la salud física, mental y emocional de los menores.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que de los 204 millones de niños y jóvenes que hay en Europa, casi un 10% sufre abusos sexuales, un 23% violencia física y un 29% abusos emocionales. En 2020, se notificaron 15.688 sospechas de maltrato infantil en nuestro país, según datos el Registro Unificado de casos de sospecha de Maltrato Infantil (RUMI). Ante esta situación es preciso actuar desde los distintos puntos de la sociedad, incluido el sistema sanitario.
FALTA DE PROTECCIÓN JURÍDICA
Cuando los médicos de Atención Primaria ven claro que hay un maltrato, bien porque la información no cuadra, ya hay un aviso de posible caso de maltrato en el sistema o el niño se encuentra en peligro, avisan a la autoridad y a la Policía Nacional, derivan el caso a la Fiscalía de guardia, al médico forense y se emite un informe que valora si ha habido un maltrato por parte de los progenitores, responsables tutores o instituciones, a los que se les aleja del niño. En otros casos, cuando hay sospecha pero no está clara, emiten una alerta interna de posible caso de maltrato y se vuelve a dar una cita médica al niño para hacer un seguimiento.
"Poner en la historia clínica de un niño: sospecha de maltrato infantil, es muy fuerte”
“Activar un protocolo de malos tratos, hacer un parte de lesiones y avisar a la Fiscalía y a la Policía Nacional es algo duro. Poner en la historia clínica de un niño: sospecha de maltrato infantil, es muy fuerte”. Es cierto que no siempre se pone en la historia del paciente, de hecho se evita, porque éste lo puede pedir en cualquier momento y enterarse de esa sospecha. Otras veces la alerta viene por una trabajadora social, o de la enfermera que es la que más trato tiene con los pacientes en Primaria.
Los protocolos y las guías de detección ayudan a que no se queden sin detectar ningún caso. Se tienen que realizar preguntas para indagar en la situación, pero siempre con mucho tacto para evitar que los padres o los responsables se vayan y no vuelvan a llevar al niño. Estos protocolos ayudan a los médicos a entender lo que puede estar pasando a ahondar en el entorno del niño y a dar la alerta a las autoridades si tienen sospechas. El principal problema, sin embargo, es la falta de protección jurídica para los propios médicos, denuncia el Dr. Danilo Durán.
“Estás ahí en la cuerda floja. Si ponemos un flash de maltrato porque, por ejemplo, el padre le ha gritado en la consulta sin límites o el niño mira a su padre antes de hablar o baja la cabeza, lo pueden leer mis compañeros del centro de salud, y no pasa nada. Pero si por ejemplo estamos en un servicio de atención rural (SAR) en un pueblo donde no están familiarizados, el ordenador está ladeado, salta el flash y lo ve el padre, eso ya no es seguro, y es algo que estamos reivindicando de alguna manera”, explica el Dr. Durán.
El proceso de detectar, denunciar y hacer seguimiento de malos tratos a un niño no es una tarea fácil, precisa de colaboración entre autoridades, trabajadores sociales, el colegio y los doctores, a veces también la intervención de otros especialistas si se detectan problemas de salud mental o necesidad de rehabilitación. "La colaboración, los apoyos y el respaldo legal es esencial para hacer esto con la mayor seguridad y poder alejar a los niños de la violencia que puedan estar sufriendo", concluye el Dr. Danilo Durán.