¿Intercambiabilidad sí o no? Se trata de un eterno debate entre profesionales sanitarios y pacientes. Una vez que el medicamento biosimilar está en el mercado se convierte en una alternativa más dentro del mismo grupo terapéutico que el medicamento de referencia. No obstante, en el caso del biosimilar, la polémica surge porque se trata de medicamentos biológicos, cuyas moléculas son similares al de referencia, pero no idénticas.
En la práctica médica, la intercambiabilidad consiste en cambiar un medicamento por otro que se espera tenga el mismo efecto. Pero para ello, el paciente debe dar su consentimiento y también así el médico prescriptor. Para este proceso se siguen protocolos previamente establecidos en cada centro sanitario.
"Los biosimilares tienen las mismas garantías de calidad, eficacia y seguridad que los medicamentos originales y tras más de diez años transcurridos desde la comercialización del primer biosimilar no ha habido alertas clínicas atribuibles"
"Parece claro que los biosimilares tienen las mismas garantías de calidad, eficacia y seguridad que los medicamentos originales y tras más de diez años transcurridos desde la comercialización del primer biosimilar no ha habido alertas clínicas atribuibles a esa condición. Las actitudes recelosas hay que atribuirlas, fundamentalmente, al desconocimiento o al interés comercial. Y desde el punto de vista del principio bioético de la Justicia, aplicado por el jurista Sánchez-Caro, dado que la presunción científica avala el uso de biosimilares (mismo efecto y menores costes), el principio de prudencia obliga a que el que no los prescriba deba aportar razones y asumir la carga de la prueba", explica el director de la Fundación de Formación de la Organización Médica Colegial (OMC) y coordinador, por parte del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), de la última Jornada sobre biosimilares organizada por de estas entidades, José Ramón Repullo.
INTERCAMBIABILIDAD SÍ, PERO...
El posicionamiento de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) y el de la Sociedad Española de Farmacología Clínica es muy claro respecto a este tema. Cristina Avendaño, coordinadora del grupo de Medicamentos de la FACME y presidenta de la SEFC, aclara que "los médicos confiamos en los biosimilares y a la hora de iniciar el tratamiento, a nosotros nos da igual uno que otro. Estamos dispuestos a entendernos con la administración sanitaria. Confiamos indistintamente en una marca u otra, porque esa es una decisión puramente de gestión y cuenta con el aval de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps)".
La problemática que se encuentran los facultativos está en explicar al paciente el porqué del cambio de un fármaco por otro. "Vamos a cambiar para que nada cambie y porque vamos a ahorrar en el sistema. Es algo que choca con lo que nos han enseñado en Medicina. Si algo va bien, la máxima es no tocarlo. Genera cierta resistencia y es normal. No obstante, si realmente está claro que produce el mismo efecto, que el paciente está estable, que merece la pena porque el ahorro está claro y se ha comunicado de forma transparente... Pero sobre todo, si el paciente y el médico entienden el beneficio de este cambio, no digo yo que haya muchos pacientes en los que se pueda hacer. Si no hay beneficio para el paciente y no sé sabe cuál es el impacto, pues mejor no tocar ese tratamiento.", sostiene Avendaño.
"Para el cambio tiene que haber una justificación económica muy clara. A veces se pretende realizar esa intercambiabilidad sin que se entienda el porqué, tanto por parte de los médicos como de los pacientes"
La presidenta de la SEFC pide una mejor comunicación respecto a este tema. "Esa comunicación de porqué hacer el cambio no se entiende bien y por eso se generan reticencias. Los médicos estamos dispuestos a iniciar el tratamiento con la marca que considere la Administración. Pero, para el cambio tiene que haber una justificación económica muy clara. A veces se pretende realizar esa intercambiabilidad sin que se entienda el porqué, tanto por parte de los médicos como de los pacientes", señala Cristina Avendaño.
Por eso, tanto la OMC como FACME insisten en la necesidad de una mejor comunicación por parte del Estado a los médicos y al paciente a la hora de que se entienda ese "empeño" por la intercambiabilidad o la preferencia de una marca frente a otra. De ahí, que desde un momento inicial se haya generado desconfianza frente a estos procesos de cambio de medicamentos por parte de los facultativos o de los pacientes