El documento establece que no podrá haber más de tres alumnos en presencia del paciente, ni más de cinco si se incluye a residentes
El documento, fruto de un acuerdo en la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud, y una de las principales reivindicaciones de El Defensor del Pueblo en materia sanitaria, regula la presencia de los estudiantes y residentes (MIR) en las consultas, estableciendo la necesidad de solicitar un consentimiento verbal a los pacientes para que estén presentes mientras son atendidos o cómo ha de ser la identificación que han de llevar estos profesionales en formación para que puedan ser reconocidos por el paciente y por el personal del hospital o del centro de salud.Como explica a Consalud.es Marina García, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), por un lado, los estudiantes ven con buenos ojos este protocolo, porque “supone poner orden al papel que juegan los alumnos y residentes en los centros sanitarios, y que hasta ahora era tremendamente heterogéneo, porque había lugares donde los estudiantes no eran acreditados o en los que no se pedía permiso a los pacientes, por ejemplo”.
Por otro lado, sin embargo, la organización estudiantil teme que este protocolo se acabe usando para restringir las prácticas clínicas de los alumnos en los hospitales “que han de ser uno de los pilares del Grado de Medicina”. En este sentido, el documento establece que no podrá haber más de tres alumnos (ni más de cinco, si también hay médicos residentes) en la consulta, salvo “supuestos especiales consentidos por el paciente”.
Esto, debido a la masificación que viven algunas facultades de Medicina, no siempre se cumple, “a veces se dan situaciones donde hay más alumnos”, añade García, quien considera que esto puede suponer un obstáculo a la hora de que las universidades limiten las prácticas, pero también una oportunidad “para exigir que los centros se adapten a estas situaciones y se respete la intimidad de los pacientes”.
REGULACIÓN POR SEPARADO
Otro de los aspectos que también genera desconfianza en los estudiantes es el hecho de que este protocolo se establezca mediante un documento en el que se regulan las actuaciones tanto de alumnos como de residentes, y tanto de Medicina como de otras titulaciones de Ciencias de la Salud.
Este aspecto, según la portavoz del CEEM, “pone también en evidencia cómo al final esto puede tender a perjudicar nuestra situación en el acto formativo” porque, considera, la regulación debería realizarse por separado para que “nos centremos en las realidades de cada uno de los colectivos” y para evitar que “al final los residentes tengan que ocuparse de la formación de los propios estudiantes, cuando no son los tutores acreditados”, indica Marina García.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es