El Brexit cada vez está más cerca y los sectores que se van viendo afectados por la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea van en aumento. Uno de ellos es el Servicio Nacional de Salud (NHS en sus siglas en inglés). Este organismo público emplea a más de 1,5 millones de personas que se encargan de cubrir las necesidades sanitarias del país.
Desde hace muchos años, el mercado laboral británico no forma a suficientes profesionales y son los trabajadores extranjeros, muchos de ellos de la Unión Europea, los que completan la demanda, aunque el sector vive en una crisis permanente en la que siempre hay nuevos puestos por cubrir (más de 100.000 según las últimas cifras). Y desde el Brexit la situación ha empeorado con un déficit de enfermeros y enfermeras y parteros y parteras que ya se hace notar.
En solo seis meses del 2018, 11.000 enfermeras dejaron su puesto de trabajo
Datos del Consejo de Enfermería y Obstetricia del paísinglés muestran que casi 5.000 profesionales procedentes de países de la Unión han renunciado en los últimos dos años y la marcha británica de la comunidad está muy relacionada. De hecho, el número ha caído a mínimos históricos y se ha pasado de 38.024 enfermeras formadas en la Unión Europea trabajando en el NHS en marzo de 2017 a 33.035 en marzo de 2019.
Y es que esta reducción del personal europeo de un 13 % tiene mucho que ver con el Brexit, un 51 % la consideran la razón principal, ya que muchos ciudadanos europeos no se sienten bien recibidos tras el referéndum y buscan nuevas oportunidades profesionales fuera del país.
Gill Walton, director ejecutivo del Royal College of Midwives, pone cifras a esta situación en una entrevista con The Guardian “en el último año solo han llegado 33 matronas desde otras partes de Europa y antes eran cientos. Los servicios de maternidad aquí son escasos y tienen poco personal, pero el Brexit amenaza con empeorar las cosas”.
Pese a los malos datos de los trabajadores europeos, el número de enfermeras ha aumentado en 8.000 durante el 2018 debido fundamentalmente a que la mayoría de los profesionales británicos que han recibido capacitación han decidido quedarse en el país y se han unido al organismo. También ayuda que la cifra de trabajadores en el sector de la enfermería de fuera de la Unión Europea ha subido considerablemente de 2.720 a 6.157.
Unas cifras que hay que matizar porque en solo seis meses del 2018, 11.000 enfermeras dejaron su puesto y un tercio asegura que fue por las presiones a las que estaban sometidas, alegando que se sentían estresadas y que en algunos casos tenían mala salud mental. Una situación que deja una vez más el NHS muy tocado.