Según los últimos datos del Observatorio Nacional de Agresiones de la Organización Médica Colegial, éstas aumentaron un 37% en 2016, hasta situarse en 495. Asimismo, el último informe del Consejo de General de Enfermería señala que un 33% del personal de enfermería ha sufrido una agresión por parte de un paciente en el último año.
Con el objetivo de frenar estas agresiones, hace apenas dos meses que el comisario jefe de la Brigada Central de Inspección e Investigación, Javier Galván, fue designado como Interlocutor Nacional Sanitario. El comisario Galván lidera a 55 interlocutores policiales territoriales (uno por cada una de las 50 provincias y otros cinco por Ceuta, Melilla, Algeciras, Gijón y Vigo), que ya están trabajando. Esta es una de las medidas incluidas en una instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad para hacer frente a esas agresiones.
"La figura del interlocutor policial viene a dar respuesta a una demanda de seguridad debido al incremento de las agresiones a los profesionales sanitarios", señala Galván en una entrevista con Efe. Respecto a si era necesario crear esta figura. Javier Galván opina que sí e incide en que existe "un problema importantísimo y qué mejor que contar con la experiencia de la Policía Nacional". Un cuerpo, recalca, que "siempre ha estado con el sector profesional sanitario, pero desde una postura reactiva: dónde hay un incidente, ya sea en urgencias o en las ambulancias del Samur cuando se necesita reducir a una persona que está alterada, "allí acudimos".
"La solución no es poner un policía en la puerta de cada centro, va muchísimo más allá y pasa por una planificación, una estrategia y una actuación concertada"
Ahora se trata de "dar un paso más. Queremos prevenir, establecer estrategias y planificar cómo evitar esas agresiones. Y lo primero que hemos hecho ha sido sentarnos y tomar conciencia del problema", asegura este experto en seguridad. Para ello, el primer paso ha sido crear un grupo de trabajo en torno a la figura del interlocutor nacional que dé soporte a la actividad y se han nombrado 55 interlocutores territoriales".
Un peldaño más es la elaboración de un catálogo de centros tanto públicos como privados de toda España y lavaloración de la situación de cada uno de ellospara confeccionar un mapa de riesgos, que podría estar listo este mismo mes. Además, se ha actualizado el sistema informático de criminalidad para adecuar al mismo aquellas agresiones o actividades de carácter delictivo que se producen en el ámbito sanitario, "con el objetivo de tener una idea real de lo que sucede".
En este sentido, el comisario precisa que no todas las conductas son delictivas, sino que algunas son "lamentablemente" comportamientos incívicos, e insiste en que "queremos tener una visión real", independientemente de las estadísticas que manejan las organizaciones sanitarias. Mientras, se han celebrado numerosas reuniones con representantes del Consejo General de Colegios Médicos, del Observatorio de Agresiones de esta organización y con el Observatorio de Seguridad de Centros Hospitalarios, entre otros, y la idea es mantener un encuentro la próxima semana con el Consejo General de Enfermería.
Por último, el interlocutor recalca que la Policía Nacional "va a estar al lado de nuestros profesionales sanitarios, vamos a seguir estando detrás cuando son víctimas, pero ahora queremos estar delante. Tenemos una serie de iniciativas que vamos a proponer a la Secretaría de Estado de Seguridad, que esperemos den sus frutos". De momento, lo que tiene claro es que "la solución no es poner un policía en la puerta de cada centro, va muchísimo más allá y pasa por una planificación, una estrategia y una actuación concertada y consensuada con las autoridades sanitarias competentes. Y a partir de ahí, hablemos de seguridad".