Los primeros pasos de la Anatomía Científica tienen lugar en el mundo antiguo, cuando eruditos como Galeno, con el objetivo de conocer más, se obsesionaron con ver los cuerpos por dentro. Las primeras disecciones se realizaron en animales, al estar prohibido en humanos, y no fue hasta a partir del Renacimiento cuando se empezó a investigar y estudiar Anatomía Humana sobre cadáveres. Conocer correctamente el cuerpo y la distribución de los órganos supuso una revolución médica, afianzando conocimientos y permitiendo los avances actuales. El trabajo sobre cadáver era algo presente en las universidades de esos siglos, como así lo dejó atestiguado Rembrandt en su óleo ‘La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp’. Sin embargo, esta práctica que ha supuesto uno de los pilares de los avances de los que hoy disfrutamos, se fue abandonando poco a poco, quedando pocos reductos hoy en día debido a la complejidad logística que supone la donación de cuerpos y la necesidad de instalaciones sofisticadas y tecnológicamente complejas dedicadas específicamente a este fin.
Uno de estos bastiones que permite aprender Anatomía Humana y practicar técnicas quirúrgicas sobre cadáver es el Laboratorio de Anatomía Aplicada de la Facultad de Medicina Universidad Autónoma de Madrid (UAM). En esta Facultad ha venido funcionando, desde hace casi 50 años, un Programa de Donación de Cuerpo para la Enseñanza e Investigación. Dicho Programa y las Salas de Disección de la Facultad han permitido la formación de casi 10.000 estudiantes, que hoy ejercen como profesionales en hospitales nacionales y extranjeros. Además, desde hace 15 años, el Departamento de Anatomía puso en marcha un “Laboratorio de Anatomía Aplicada” dedicado específicamente a la formación avanzada sobre cadáver de cirujanos y otros profesionales sanitarios. “En muchos países la cirugía se aprende solo en el propio trabajo sobre los pacientes vivos. Hay todavía pocos centros como éste en el mundo, aunque poco a poco la idea va cuajando. Nos estamos dando cuenta de que cuanto más técnica es la cirugía, más importante es esta formación y entrenamiento previo de los cirujanos sobre cadáveres”, indica por teléfono a Consalud.es el Dr. Francisco Clascá, catedrático de Anatomía y Embriología Humana del Departamento de Anatomía, Histología y Neurociencia de la Facultad de Medicina de la UAM.
"La generosidad altruista de estas personas permite que los médicos estén bien preparados y hayan podido ensayar primero en un cadáver lo que luego van a realizar en pacientes”
Este deseo de formación, cada vez más presente, choca sin embargo con una falta de medios, apoyo social, y marco adecuado en muchos países. Por ejemplo, el principal centro de anatomía aplicada de Reino Unido se encuentra en el Colegio de Cirujanos de Inglaterra, en vez de en una universidad. “En la mayoría de universidades europeas no se han propuesto incorporar esta actividad. Donde se va haciendo es sobre todo por la presión de los cirujanos”, manifiesta el Dr. Clascá.
El principal escollo es la falta de cadáveres donados a la ciencia que hay en Europa. En muchos países como Portugal o Italia apenas se donan los cuerpos, tampoco en otros lugares fuera del continente como son América del Sur o el mundo árabe. En este sentido, España, es uno de los países en los que esta actividad se ve con naturalidad y la generosidad de sus ciudadanos permite contar con más muestras, órganos y cuerpos. “En la Comunidad de Madrid ahora mismo hay casi 10.000 personas que son donantes de nuestro programa de donación de cuerpos de para la investigación y la docencia. Su colaboración es fundamental. La generosidad altruista de estas personas permite que los médicos estén bien preparados y hayan podido ensayar primero en un cadáver lo que luego van a realizar en pacientes”.
TALLERES Y CURSOS SIN RIESGOS PARA LOS PACIENTES
A través del Programa de Donación de Cuerpo para Enseñanza e Investigación, la Facultad de Medicina de la UAM recibe cada año cientos de cadáveres con los que poder enseñar a los futuros profesionales sanitarios la estructura del cuerpo humanos, las formas de diagnóstico y las nuevas técnicas quirúrgicas. El laboratorio colabora, a través de la Fundación de la UAM, con hospitales, sociedades científicas y empresas biomédicas en la realización de talleres y jornadas de formación para profesionales, de ámbito nacional e internacional, así como en proyectos de investigación de nuevos métodos diagnósticos o terapéuticos sobre cadáver humano.
El laboratorio incorpora gran parte de los nuevos dispositivos presentes actualmente en la intervención médica, permitiendo que los médicos jóvenes tengan mayores oportunidades para trabajar con estas técnicas sofisticadas. “El poder practicar primero con un cadáver, que no sufre daño y sin correr ningún riesgo, es de un valor enorme. Imagínese tocar un instrumento musical bien a la primera, es imposible. Lo mismo ocurre cuando se aprende, por ejemplo a colocar un tornillo para estabilizar una vértebra o fusionar de forma correcta un hueso fracturado estructura”, explica el Dr. Francisco Clascá.
"Estoy seguro de que salvamos vidas y reducimos mucho dolor con esta actividad”
También acuden investigadores de tesis doctorales de neurocirugía, traumatología y otras especialidades. “Colaboramos con grupos de investigación de hospitales, normalmente de Madrid, pero con frecuencia también del extranjero. En los últimos años han llegado de Noruega, Suiza, Francia o de Italia para realizar ensayos o trabajar mediciones de bioingeniería para probar su efectividad”.
Técnicas de visualización de imagen, quirófanos equipados como los de los hospitales e instalaciones de biomedicina, con ello los estudiantes aprenden el manejo de los dispositivos diagnósticos y terapéuticos.. “En los últimos años la medicina está viviendo una mejora enorme en imagen y vídeo digital, en vídeo tridimensional. Cámara y ópticas diminutas de alta resolución que permiten al cirujano llegar a cualquier rincón del cuerpo”. Todo ello ha pasado por las paredes de este laboratorio, con la tecnología más puntera que bien traen los propios investigadores, presta la industria o incorpora el Laboratorio para poder formar a los médicos, o continuar con la formación necesaria de los cirujanos en talleres de carácter intensivo que muchas veces se realizan fuera de horario laboral. “Las actividades de formación para profesionales se desarrollan fundamentalmente en nuestro tiempo libre. Yo soy profesor de la Facultad de Medicina, donde además dirijo un grupo de investigación en Neurociencia con proyectos financiados nacionales y europeos. Lo mismo hacen los médicos y cirujanos, acuden a estas actividades tras trabajar en sus hospitales y pidiendo días de permisos o fines de semana”.
La poca inversión en la formación continuada de los profesionales sanitarios por parte del Sistema Nacional de Salud y de los Sistemas Nacionales de Salud europeos lleva a los médicos a buscar la forma de ampliar y actualizar sus conocimientos por su propia cuenta. El Laboratorio de Anatomía Aplicada de la UAM es ejemplo “de que muchas veces la vida va por delante de las instituciones”. Y de la necesidad de contar con centros como estos para la formación. “Tenemos el calendario lleno para todo el año 2023, estamos haciendo ya las reservas de talleres para 2024. Por aquí pasan cada año unos mil cirujanos, que aprenden nuevas técnicas para que sepan ponerlas en práctica un poco mejor en los hospitales. Estoy seguro de que así salvamos vidas y ahorramos mucho dolor con esta actividad”, concluye el Dr. Clascá.