El mayor conocimiento de la biología de la enfermedad facilitará las diferentes opciones terapéuticas según el paciente
El doctor Abrisqueta se ha referido también a la inmunoterapia, y muy especialmente a la prometedora terapia CART. “Aunque actualmente todavía nos encontramos ante una terapia experimental para la LLC, indudablemente va a ser una estrategia terapéutica a tener muy en cuenta en un futuro no muy lejano”, apunta. Según datos aportados en esta reunión científica, en el mundo hay en marcha un total de 33 estudios con terapia CART en LLC: 15 en Estados Unidos, 14 en China y 4 en la Unión Europea. Esta técnica se basa en la producción de linfocitos T genéticamente modificados para que reconozcan antígenos de superficie de células tumorales y las destruyan. A día de hoy, se ha podido constatar una potente actividad antitumoral en la leucemia aguda linfoblástica (LAL) y el linfoma no Hodgkin (LNH), además de la LLC. Y se está investigando activamente su empleo en otros tipos de cáncer hematológico.Entre otras novedades significativas, en el ámbito clínico está cobrando un especial interés el uso de los nuevos medicamentos dirigidos contra dianas biológicas propias de la LLC. “Nos han permitido ampliar el arsenal terapéutico para esta enfermedad, y estamos obteniendo unos resultados muy esperanzadores incluso en pacientes que habían obtenido una escasa respuesta con los tratamientos convencionales basados en quimioterapia”, señala el experto. “Basándonos en un mejor conocimiento de la biología de la enfermedad, debemos precisar mejor qué pacientes se pueden beneficiar en mayor medida de cada una de las diferentes opciones terapéuticas de las que disponemos”, explica. Por otro lado, “tendremos que averiguar cuál es la mejor secuencia de los diferentes tratamientos y cómo podemos combinarlos entre sí para conseguir maximizar su eficacia”.
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