Redacción | Madrid
El conocimiento de la fisiopatología, clínica y tratamiento de las alteraciones hidroelectrolíticas (del contenido de agua o electrolitos en el cuerpo humano) y del equilibrio ácido base “es esencial para la práctica clínica habitual y el tratamiento de pacientes ingresados en los hospitales”, ha señalado el jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona, el doctor Ramón Romero, en el marco del XLIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.). “No menos de un 20% de ellos presentan trastornos hidroelectrolíticos y del pH (equilibrio ácido-base), especialmente en los mayores de 65 años".
Dentro del ámbito de la fisiopatología renal también se han abordado las nefritis tubulointersticiales agudas (NTI), unas patologías que “se relacionan con la exposición a medicamentos u otros agentes nefrotóxicos como metales pesados e infecciones, y quecausan cerca del 15% de los episodios de insuficiencia renal aguda. Estudios recientes vinculan la nefritis intersticial aguda (NIA) relacionada con uveítis y la asociada a IgG4, con las enfermedades autoinmunes, pero “no podemos olvidar que la mayoría de las NIA están producidas por fármacos comúnmente utilizados”, añade.
En el Congreso también se ha puesto de manifiesto la existencia de “esperanzadores biomarcadores que ayudarán a los médicos en el diagnóstico y pronóstico de determinadas patologías renales, aunque se requieren métodos más simples y baratos para que puedan integrarse en la práctica clínica diaria”, explica el doctor Romero. “El biomarcador ideal necesita de una técnica no invasiva, fácilmente medible, de alta sensibilidad y especificidad, permitir la detección temprana de la enfermedad o los cambios según la respuesta terapéutica, y poder sentar un pronóstico”, destaca.
Los proyectos de investigación que hay en marcha en este campo se dirigen hacia el estudio de nuevos marcadores de función renal, de disfunción tubular, de insuficiencia renal aguda y de toxicidad renal. “Esto abre la puerta a nuevas posibilidades, como la de diferenciar las distintas enfermedades glomerulares y sistémicas, entre otras”, apunta el experto. “Sin duda alguna, en los próximos años veremos resultados ventajosos y de fácil obtención ya que se conseguirán a través de muestras de sangre y de orina”.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
El conocimiento de la fisiopatología, clínica y tratamiento de las alteraciones hidroelectrolíticas (del contenido de agua o electrolitos en el cuerpo humano) y del equilibrio ácido base “es esencial para la práctica clínica habitual y el tratamiento de pacientes ingresados en los hospitales”, ha señalado el jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona, el doctor Ramón Romero, en el marco del XLIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.). “No menos de un 20% de ellos presentan trastornos hidroelectrolíticos y del pH (equilibrio ácido-base), especialmente en los mayores de 65 años".
Dentro del ámbito de la fisiopatología renal también se han abordado las nefritis tubulointersticiales agudas (NTI), unas patologías que “se relacionan con la exposición a medicamentos u otros agentes nefrotóxicos como metales pesados e infecciones, y quecausan cerca del 15% de los episodios de insuficiencia renal aguda. Estudios recientes vinculan la nefritis intersticial aguda (NIA) relacionada con uveítis y la asociada a IgG4, con las enfermedades autoinmunes, pero “no podemos olvidar que la mayoría de las NIA están producidas por fármacos comúnmente utilizados”, añade.
En el Congreso también se ha puesto de manifiesto la existencia de “esperanzadores biomarcadores que ayudarán a los médicos en el diagnóstico y pronóstico de determinadas patologías renales, aunque se requieren métodos más simples y baratos para que puedan integrarse en la práctica clínica diaria”, explica el doctor Romero. “El biomarcador ideal necesita de una técnica no invasiva, fácilmente medible, de alta sensibilidad y especificidad, permitir la detección temprana de la enfermedad o los cambios según la respuesta terapéutica, y poder sentar un pronóstico”, destaca.
Los proyectos de investigación que hay en marcha en este campo se dirigen hacia el estudio de nuevos marcadores de función renal, de disfunción tubular, de insuficiencia renal aguda y de toxicidad renal. “Esto abre la puerta a nuevas posibilidades, como la de diferenciar las distintas enfermedades glomerulares y sistémicas, entre otras”, apunta el experto. “Sin duda alguna, en los próximos años veremos resultados ventajosos y de fácil obtención ya que se conseguirán a través de muestras de sangre y de orina”.
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