La calidad del empleo sanitario sigue siendo una cuestión sin resolver por parte de las administraciones sanitarias. Los últimos datos sobre afiliación a la seguridad social y el paro señalan como conclusión general que la precariedad laboral se perpetúa entre el sector sanitario.
No solo en términos de salario sino, y muy especialmente, de condiciones laborales. Los colectivos médicos y de otros profesionales sanitarios como enfermeros mantienen su postura frente a la escasa reversión que se ha hecho de los recortes en gasto público. De hecho, los sindicatos siguen denunciando la permanencia de precariedad instaurada durante la crisis económica en materia de salarios o de convocatoria de nuevas ofertas de empleo público.
Los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que sitúan los salarios de los doctores españoles entre los más bajos de los países miembros (37 naciones) tal y como se puede ver en la siguiente tabla.
Fuente: Tabla sustraída del informe 'Diez temas candentes de la Sanidad española en 2019' del Círculo de Empresarios.
Según el último 'Informe de remuneración económica y satisfacción profesional: España' publicado por Medscape, la remuneración bruta anual media de un médico es de 53.000 euros, equivalente a 4.417 euros al mes. Un dato que, a pesar de parecer muy elevado, se ha visto reducido considerablemente en los últimos años, sobre todo, si se tiene en cuenta que en 2011 los ingresos anuales rondaban los 73.110 euros, un 20 % más.
CONSECUENCIAS DE LA PRECARIEDAD EN LA SANIDAD
La especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria es la que oferta un mayor número de plazas MIR (1.914 plazas en la convocatoria de 2019). Sin embargo, anualmente la especialidad de Atención Primaria es la que más tarda en agotar sus cupos y es que los médicos internos residentes (MIR) no ven atractivo en las condiciones laborales ofertadas para estas plazas.
La situación actual de permanencia de la precariedad laboral ha llevado a que se produzca un encadenamiento de contratos temporales por parte los profesionales sanitarios, dado la escasa convocatoria de ofertas públicas de empleo (OPEs) que han realizado las administraciones sanitarias. Además, el panorama político actual no ha ayudado a que las Consejerías de Sanidad y Salud hayan agilizado estos procesos ni tampoco la contratación de profesionales.
Que los médicos doblen sus turnos y ejerzcan en sus ratos libres (o bien pidiendo una reducción de jornada) en la privada se ha convertido en algo habitual. Los facultativos pueden recurrir a esta opción libremente, salvo en comunidades autónomas como Galicia, Asturias y Andalucía (autonomía donde está en trámite su eliminación) en donde disponen de un complemento de exclusividad por trabajar únicamente en el sistema sanitario público.
El responsable de FSS-CCOO, Antonio Cabrera, asegura que "los médicos que no tienen un contrato estable en la pública pueden verse atraídos ante las ofertas en clínicas y centros sanitarios privados". Como explica el líder sindical, en la sanidad pública generalmente se ofrecen contratos de corta duración y esto obliga a los facultativos a compatibilizar su jornada con el ejercicio en la privada.
Cabrera reconoce que la tendencia en las CC.AA. está siendo la apuesta por contratos más largos para fidelizar a los especialistas, pero incide en la necesidad de actuaciones organizadas de cara a que se incremente el número de médicos, los contratos estables para los mismos y la implementación de incentivos en aquellas plazas de difícil cobertura, principalmente, en zonas rurales.