España desempeña un papel clave en la investigación sobre radiocirugía. Así lo indica José Miguel Delgado, presidente de la Sociedad Española de Radiocirugía y Radiofísico Hospitalario, quien en una entrevista concedida a ConSalud.es ofrece una visión de los avances y retos en el campo de la radiocirugía, tras la celebración del XVIII Congreso de la Sociedad Española de Radiocirugía.
Los avances tecnológicos, el impacto de la inteligencia artificial en la práctica clínica y el papel fundamental de la radiocirugía en el tratamiento de diversas patologías, desde las lesiones cerebrales hasta tumores y malformaciones arteriovenosas, han sido algunos de los temas que han centrado parte del Congreso que tuvo lugar en Madrid. José Miguel Delgado reflexiona sobre el prometedor futuro que se vislumbra en la radiocirugía, gracias a los continuos avances en tecnología e investigación.
Acaba de celebrarse el XVIII Congreso de la Sociedad Española de Radiocirugía, ¿cuál es el balance que realiza de esta edición y cuál será su impacto en la comunidad médica?
La radiocirugía es una especialidad que, a pesar del tiempo que viene aplicándose en el tratamiento de los pacientes, es relativamente poco conocida por el resto de las especialidades médicas. También coadyuva el hecho de que el elemento terapéutico, las radiaciones ionizantes, se integra genéricamente dentro de los tratamientos radioterápicos.
La radiocirugía tiene una existencia de más de 70 años, cuando el neurocirujano Dr. Lars Leksell sugirió y desarrolló una metodología terapéutica que utilizaba radiaciones ionizantes para tratar diferentes lesiones cerebrales sin tener que acudir a la cirugía con trepanación del cráneo y poder así acceder a zonas inaccesibles.Durante este tiempo ha evolucionado y se ha extendido a otras patologías fuera del sistema nervioso.
¿Qué avances significativos en radiocirugía se han presentado durante el congreso?
Se han tratado los avances más relevantes de las patologías susceptibles de requerir un tratamiento radioquirúrgico. Cabe destacar el tratamiento de metástasis cerebrales múltiples, los tumores oncológicamente benignos, el tratamiento de malformaciones arteriovenosas y, por fin, los avances más importantes en el tratamiento de la patología funcional: tratamiento del dolor, del temblor y algunas manifestaciones psiquiátricas que gracias a los avances tecnológicos de las técnicas de imagen, permiten localizar centros de activación de esta patología que pueden ser tratados modulando su actividad eléctrica, es lo que se viene denominando neuromodulación.
Por otro lado, se han discutido avances en el tratamiento de lesiones mediante procedimientos estereotácticos en otras partes del cuerpo y específicamente se ha discutido el control del movimiento y el hipofraccionamiento de diferentes tumores. Es lo que en conjunto denominamos de forma genérica, Radiocirugía de Cuerpo, conocida por sus siglas en inglés como SBRT (Stereotactic Body Radiation Therapy).
En términos de tecnología, ¿qué novedades se discutieron que podrían cambiar la práctica clínica en el futuro cercano?
La radiocirugía ha dado lugar a lo largo de su desarrollo una variedad de equipos para ser específicamente usados para este tipo de tratamientos. Son equipos que generan haces de pequeño tamaño entre 4 y 40 mm y que se pueden situar con una precisión inferior a 1 mm. Esta limitación hace que el control de la intensidad de radiación y su distribución espacial se especialmente compleja.Por ello, estas técnicas, como todas las radioterápicas, requieren del concurso de un especialista sanitario que domine el control de esta tecnología para poder cumplir los criterios de irradiación que los médicos requieren, hablamos del radiofísico hospitalario.
“El aporte de las técnicas de inteligencia artificial a los tratamientos radiantes va a cambiar en el futuro completamente los procedimientos actuales”
En estos momentos disponemos de versiones muy actualizadas tecnológicamente del gammaknife o bisturí gamma, primer equipo dedicado a radiocirugía. La robotización se ha incorporado a través de dos equipos muy sofisticados: el cyberknife y más modernamente el ZAP, un equipo que participa de la robotización y no requiere de un búnker para confinar la radiación. La tomoterapia ha dado lugar a técnicas nuevas que sustituyen la tecnología en brazo en C propias de los servicios de radioterapia. Los propios aceleradores convencionales han desarrollado técnicas de modulación con campos pequeños que los hacen más rápidos y precisos. El aporte de los tratamientos con protones nos dará sus frutos una vez que se disponga de un número suficiente de unidades para que los tratamientos sean menos costosos y se pueda acceder mejor a esta tecnología. En definitiva, la incorporación de la imagen en el acto terapéutico que permite corregir desviaciones prácticamente en tiempo real.
Por otro lado, no debemos olvidar y, así se ha visto en este congreso, el aporte de las técnicas de inteligencia artificial a los tratamientos radiantes que van a cambiar en el futuro completamente los procedimientos actuales.
¿Cómo ha evolucionado el enfoque de la radiocirugía en los últimos años, según lo presentado en el congreso?
El punto clave, a mi entender, es el control del fraccionamiento de la dosis. Siempre hipofraccionada, pocas sesiones dependiendo del objetivo terapéutico y el control de la toxicidad. Se ha observado que administrado la misma cantidad de radiación pero en diferentes fracciones y tiempo de administración se generan efectos que antes no se veían.
Durante el Congreso se habló de Inteligencia Artificial, ¿qué cambios ha introducido la IA en el ámbito de la radiocirugía?
La iInteligencia artificial será una pieza fundamental en el desarrollo futuro. Pero nos encontramos con una tecnología que ya se está incorporando y cuya regulación es muy compleja ya que se trata de la aplicación de una terapia a los pacientes. En este momento, hay avances espectaculares en la delimitación de tumores y órganos de riesgo de forma automática, pero esto está relacionado con la capacidad que se le proporcione al sistema para aprender de quien demanda resultados, de manera que estamos empezando. El tratamiento de gran cantidad de datos a una velocidad casi instantánea proporciona unas facilidades insospechadas para la toma de decisiones médicas.
“Miramos a la inteligencia artificial con respeto y con esperanza de que nos proporcione ayuda para realizar tratamientos más eficientes”
Por otro lado, nos va a permitir a los radiofísicos mayor control de la producción y administración de los haces de radiación para un control de calidad en tiempo real que será, en este sentido, el futuro más próximo. Así pues, a la IA se la mira con respeto y con esperanza de que nos proporcione ayuda para realizar tratamientos más eficientes.
Este congreso reúne a profesionales de diferentes especialidades, ¿cómo se consigue aunar el interés de todos estos expertos de distintos campos?
La radiocirugía la definimos como una especialidad multidisciplinar, donde tres especialistas sanitarios (neurocirujanos, oncólogos radioterápicos y radiofísicos hospitalarios) con diferentes habilidades hacen sinergia terapéutica para beneficio del paciente. Cada cual sabe de lo suyo y lo suficiente de las otras especialidades como para que se pueda producir esta sinergia.
Pero hoy en día en medicina este tipo de procedimientos son cada vez más frecuentes, porque el conocimiento de cada detalle científico es cada vez más inabarcable por una especialidad. Para el resto de especialidades médicas que refieren pacientes susceptibles de recomendar estas técnicas lo importante es poder divulgarlas científicamente para que puedan ser referidos los pacientes en tiempo y forma para que el beneficio sea óptimo.
El Congreso ha reunido a expertos de diferentes países. ¿Cuál es el nivel de la investigación en el campo de la radiocirugía en España?
Yo creo que España tiene un alto nivel de desarrollo en investigación sobre la aplicación de las terapias con radiaciones a las diferentes patologías. Es verdad que a pesar de los esfuerzos que se hacen las limitaciones tecnológicas de estas técnicas, costosas a corto plazo, pero muy ventajosas a largo plazo, especialmente en el tratamiento de tumores hacen que no se puedan dedicar tantos recursos a la investigación como a la asistencia.
“España tiene un alto nivel de desarrollo en investigación sobre la aplicación de las terapias con radiaciones a las diferentes patologías”
Quiero hacer una especial referencia a la hermandad que se ha generado con los países iberoamericanos, como no podía ser de otra manera, en la implantación de estas técnicas y el aporte al desarrollo de ésta en centros de diferentes países a través de sus sociedades nacionales y de ALAIR que nos agrupa a todos. En este sentido la Sociedad Española de Radiocirugía ha incentivado fuertemente este tipo de relaciones. Este congreso precisamente era conjunto con los profesionales de ALAIR.
¿Cómo ve el futuro de la radiocirugía y cómo cree que continuará evolucionando este campo durante los próximos años?
Estamos viviendo un momento tecnológico muy importante. La radiocirugía es un técnica mínimamente invasiva y muy eficaz, el aporte de la IA y el conocimiento de nuevas formas de aplicación, buscando efectos que ahora no controlamos, pero que hemos descubierto que se producen, nos van a dar grandes satisfacciones. Estamos empezando a vislumbrar unos principios radiobiológicos nuevos y esto puede hacer cambiar la eficacia de la terapia.
Desde el punto de vista del equipamiento disponemos de herramientas muy eficientes y esperamos que el control del movimiento tanto en la colocación precisa del paciente como la influencia de los movimientos fisiológicos que ahora son motivo de incertidumbre mejoren y la denominada terapia adaptativa sea una realidad que se pueda aplicar a todos los pacientes, pero esto requiere de recursos tecnológicos y humanos.
No debemos olvidar que la radiocirugía tiene un carácter multidisciplinar y presenta dificultades en aspectos regulatorios por el hecho de utilizar radiaciones ionizantes. Estamos en estos momentos transponiendo toda la legislación nacional para adaptarnos a una nueva directiva comunitaria que nos obliga a modificar los procesos regulatorios sobre todo en lo relativo a la seguridad al paciente y al análisis de riesgos en la aplicación de la terapia.