La consejera de Sanidad defiende que “no se impide ni se obstaculiza” las contrataciones y que la responsabilidad de que aumenten las listas de espera “no reside en la Consejería"
Esto ha llevado, por ejemplo, a que se produzca un bloqueo de las contrataciones indefinidas, bien porque se rechazan o porque, como ocurrió recientemente en el caso de tres profesionales, se autorice una contratación indefinida pero con una fecha de finalización de 31 de marzo de 2018 (cuando culminará el proceso de reversión). Esta tendencia, que ha sido negada por la propia Carmen Montón sin más argumentos (a preguntas realizadas por Consalud.es, la Consejería de Sanidad ha remitido a las propias palabras de la consejera, donde sólo aclara que “no se incide ni se obstaculiza” en las contrataciones) ha derivado en dos consecuencias negativas.
Por un lado, y como confirman a este periódico fuentes de La Ribera, la limitación de las contrataciones está provocando una “huida” de profesionales, que ante la incertidumbre sobre su futuro, prefieren marcharse a otros centros, lo que está afectando especialmente, como denunciaSanitat Sols Una, a los servicios de Cirugía Plástica y Reparadora y Medicina Digestiva.
INCERTIDUMBRE SOBRE EL FUTURO
Más allá de que se ponga veto a las contrataciones indefinidas, cabe recordar que el plan de Montón para cuando se produzca la reversión es considerar a los trabajadores como “indefinidos no fijos”, una figura que los profesionales han rechazado, puesto que, señalan, tarde o temprano esas plazas tendrán que salir a concurso, de forma que quienes no aprueben las oposiciones perderán su trabajo.
Esta situación lleva, a su vez, a que el hospital también esté teniendo dificultades para encontrar sustitutos, ya que “los profesionales contactados no quieren verse involucrados en la incertidumbre que ha generado el proceso de reversión”, critica la asociación que defiende el modelo Alzira.
Todo esto tiene, por tanto, otra importante consecuencia: el aumento de las listas de espera. Según denuncia la asociación, “empiezan a aparecer listas de espera antes impensables en el Hospital de La Ribera” en determinados servicios, por lo que los trabajadores advierten de que, si no se frena este proceso, “vamos a pasar de ser un referente en multitud de especialidades y liderar las esperas más bajas de toda la Comunidad Valenciana a situarnos en el furgón de cola de una Sanidad que la consejera Montón y su equipo están destruyendo con su mala gestión y su persecución obsesiva al modelo Alzira”.
MEJORES DATOS QUE EN LA PÚBLICA
Antes de que el hospital fuera “intervenido” por la Consejería de Sanidad, los datos aportados por el propio Ejecutivo valenciano señalaban que los pacientes de La Ribera esperaban 64 días menos de media para ser operados que los del resto de hospitales públicos. Además, un informe del hospital señalaba que el 73% de los profesionales del Departamento de Salud de La Ribera se sentía orgulloso de trabajar en esta organización y que el 79% mostraba su deseo de trabajar en la organización por mucho tiempo.
Por otro lado, y también basándose en datos oficiales, Ribera Salud demostró que el coste sanitario del “modelo Alzira” es un 24% menor al de los departamentos de gestión directa.
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