Los científicos comprobaron que los genomas de dos sujetos diferentes fueron afectados por 1.500 mutaciones nucleótidas simples así como más de 100 bloqueos e inserciones de genes
A esta conclusión han llegado investigadores del Instituto de Medicina Genómica de la Universidad de Columbia, de la Universidad de Iowa y de la Universidad de Stanford, tras realizar un trabajo cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Nature Methods.Como recoge la Agencia SINC, esta técnica CRISPR apunta a cadenas específicas del ADN pero, a veces, se centra en otras partes. Normalmente, los científicos emplean algoritmos informáticos para predecir las áreas que presentan más posibilidades de ser afectadas por las mutaciones.
Sin embargo, esto no resultaría suficiente, según indican los autores del trabajo. Según ha comentado Alexander Bassuk, coautor del trabajo, “los algoritmos predictivos hacen un buen trabajo cuando CRISPR se usa en células o en tejidos en el laboratorio, pero no se utiliza la secuenciación completa del genoma para buscar mutaciones inesperadas en animales vivos”.
Así, los investigadores secuenciaron el genoma completo de roedores que habían estado sometidos a estas técnicas de edición genética. Al buscar las mutaciones posibles, descubrieron que el método corrigió “con éxito” un gen que causaba ceguera a estos animales. Pero también, evidenciaron que los genomas de dos sujetos diferentes fueron afectados por 1.500 mutaciones nucleótidas simples así como más de 100 bloqueos e inserciones de genes, que los algoritmos no predijeron.
Según ha resaltado el científico Steven Tsang, coautor del trabajo, “los científicos que no secuencian todo el genoma para encontrar estos efectos inesperados pueden estar pasando por alto mutaciones potencialmente importantes”. Incluso, ha añadido, “un único cambio nucleótido puede causar un gran impacto”.
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