Las infecciones respiratorias constituyen la primera causa de morbimortalidad en los lactantes, siendo el virus respiratorio sincitial (VRS) la etiología más frecuente como causante de bronquiolitis y el principal motivo de ingreso en la edad pediátrica. Por ello, el principal reto de la neonatología es desarrollar una vacuna que prevenga la infección por este virus.
El encuentro es un referente a nivel científico por concentrar los temas actuales de mayor relevancia en el área de neonatología tratados en la reunión internacional Hot Topics in Neonatology, celebrada en Washington DC a finales de cada año y que en esta edición ha abierto la posibilidad de interactuar con los ponentes para que los asistentes resuelvan sus dudas.
Entre las diferentes ponencias, ha destacado la de Manuel Sánchez-Solís, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, quien ha centrado su exposición en el impacto de las infecciones respiratorias por VRS en el prematuro moderado y tardío a medio y largo plazo. Como ha explicado, la prematuridad se acompaña, en general, de una pérdida de función pulmonar y “ambas circunstancias son, a su vez, factores de riesgo para una mayor gravedad de la Bronquiolitis Aguda por VRS”.
En el caso de los bebés más vulnerables, es decir, menores de tres meses o con factores de riesgo como son los bebés prematuros, aquellos con cardiopatías congénitas o aquellos con enfermedades pulmonares crónicas, las cifras de ingreso hospitalario en nuestro país por VSR alcanza el 13% y en la Unidad de Cuidados Intensivos llegan a ingresar un 20% de niños prematuros de entre 33-35 semanas de edad gestacional.
Por todo ello, la búsqueda de una vacuna supone un reto importante “porque el VRS es capaz de eludir la adecuada respuesta inmunitaria por mecanismos aún no suficientemente comprendidos. Mientras tanto, la prevención primaria es un objetivo importante pero difícil, pues es un virus muy contagioso con la totalidad de la población susceptible y un mecanismo de transmisión doble; tanto las gotas de Pflügge como los fómites son fuente de contagio. Así pues, en la actualidad el único sistema eficaz, además de la prevención primaria, para evitar la infección grave por VRS es Palivizumab, disminuyendo en el recién nacido prematuro el riesgo de sibilancias recurrentes posteriormente”.
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El evento concentra los temas actuales de mayor relevancia en el área de neonatología tratados en la reunión internacional Hot Topics in Neonatology, celebrada en Washington
Así lo ha expuesto uno de los participantes en la X edición Hot Topics en Neonatología, una reunión anual organizada por la compañía biofarmacéutica AbbVie, avalada por la Sociedad Española de Neonatología (SENeo) y coordinada porManuel Sánchez-Luna, jefe de Serviciode Neonatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente de la Comisión de Estándares de la SENeo.El encuentro es un referente a nivel científico por concentrar los temas actuales de mayor relevancia en el área de neonatología tratados en la reunión internacional Hot Topics in Neonatology, celebrada en Washington DC a finales de cada año y que en esta edición ha abierto la posibilidad de interactuar con los ponentes para que los asistentes resuelvan sus dudas.
Entre las diferentes ponencias, ha destacado la de Manuel Sánchez-Solís, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, quien ha centrado su exposición en el impacto de las infecciones respiratorias por VRS en el prematuro moderado y tardío a medio y largo plazo. Como ha explicado, la prematuridad se acompaña, en general, de una pérdida de función pulmonar y “ambas circunstancias son, a su vez, factores de riesgo para una mayor gravedad de la Bronquiolitis Aguda por VRS”.
En el caso de los bebés más vulnerables, es decir, menores de tres meses o con factores de riesgo como son los bebés prematuros, aquellos con cardiopatías congénitas o aquellos con enfermedades pulmonares crónicas, las cifras de ingreso hospitalario en nuestro país por VSR alcanza el 13% y en la Unidad de Cuidados Intensivos llegan a ingresar un 20% de niños prematuros de entre 33-35 semanas de edad gestacional.
Por todo ello, la búsqueda de una vacuna supone un reto importante “porque el VRS es capaz de eludir la adecuada respuesta inmunitaria por mecanismos aún no suficientemente comprendidos. Mientras tanto, la prevención primaria es un objetivo importante pero difícil, pues es un virus muy contagioso con la totalidad de la población susceptible y un mecanismo de transmisión doble; tanto las gotas de Pflügge como los fómites son fuente de contagio. Así pues, en la actualidad el único sistema eficaz, además de la prevención primaria, para evitar la infección grave por VRS es Palivizumab, disminuyendo en el recién nacido prematuro el riesgo de sibilancias recurrentes posteriormente”.
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