Una de las reivindicaciones más recurrentes del colectivo enfermero pasa por que les sea reconocido su derecho a una jubilación anticipada voluntaria a los 60 años y sin pérdida retributiva. Una circunstancia que vienen reclamando desde hace años y que persigue, dadas sus circunstancias de penosidad laboral, que se les pueda aplicar el mismo coeficiente reductor que se recoge para otros colectivos profesionales que sí se benefician de este sistema (bomberos, policías, mineros, etc). Así, en el fondo de todo, se encuentra la seguridad de los propios enfermeros y de sus pacientes.
En la Ley General de la Seguridad Social se prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a pensión de jubilación en el Régimen General de la Seguridad Social pueda ser rebajada en actividades profesionales que comporten una naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre, y presenten un alto índice de morbilidad y mortalidad. Unos requisitos que el secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), Diego Ayuso, asegura a ConSalud.es “forman parte de la realidad cotidiana de muchas de sus compañeras”.
Hay puestos de trabajo en enfermería con “una penosidad enorme”, que está ligada a la realización de “turnos rotatorios, jornadas nocturnas o una sobrecarga que les afecta física y mentalmente”
De esta manera, desde el CGE ya trasladaron esta petición a la ministra de Sanidad, Mónica García, en el marco de la reunión mantenida durante la segunda semana de enero. En concreto, consideran que hay puestos de trabajo en enfermería con “una penosidad enorme”, que está ligada a la realización de “turnos rotatorios, jornadas nocturnas o una sobrecarga que les afecta física y mentalmente”. En este contexto, Ayuso percibe como lógico que estos profesionales “puedan tener una jubilación anticipada a los 60 años, más aún después de un largo desarrollo profesional que la mayoría ha empezado a los 21 años”.
Partiendo de que estos trabajadores sanitarios han cotizado “un tiempo suficientemente amplio” y en base a un nivel retributivo que “puede justificar una posterior pensión”, el colectivo enfermero sostiene que sería razonable equiparar sus derechos a los de grupos laborales similares. Por otra parte, “no es lo mismo una enfermera que trabaja en la admisión de un hospital o una que ejerce en una unidad de Oncología, Urgencias o Cuidados Críticos”, admite el secretario general del CGE, pues en los últimos supuestos se acrecienta “el contacto con la muerte y la exposición al sufrimiento”.
DEFINIR LOS PUESTOS
En este punto, Diego Ayuso, abre la vía a la posibilidad de que desde el Ministerio de Hacienda y el de Sanidad se pueda poner en marcha un grupo de trabajo que “destinado a valorar el peso de factores como la exposición al sufrimiento, la turnicidad, el volumen de actividad o el desgaste emocional” a la hora de poder acceder a un retiro adelantado. “Desde CGE no somos radicales de todo o nada, estamos abiertos a un análisis de los diferentes puestos de trabajo para detectar aquellos susceptibles de acogerse a la jubilación anticipada”, apunta.
“Pienso en los profesionales de hospitalización con turnos a lo largo de 24 horas y todos los días del año"
La vía intermedia que el secretario general del Consejo General de Enfermeríapone sobre la mesa pasaría por valorar las áreas de trabajo con mayor penosidad dentro de la profesión enfermera, lo que “podría ser una alternativa muy interesante” que, al menos, otorgaría la oportunidad de “ser justos” con aquellos trabajadores que han padecido un mayor desgaste a lo largo de su vida laboral. “Pienso en los profesionales de hospitalización con turnos a lo largo de 24 horas y todos los días del año; que trabajan sábados, domingos, festivos, Semana Santa y Nochevieja”, ejemplifica.
UNA PROFESIÓN DE RIESGO
El colectivo enfermero presenta también la singularidad de verse expuesto a la manipulación de medicamentos, agujas o productos químicos potencialmente tóxicos para las personas. Igualmente, su contacto con pacientes enfermos en su ejercicio diario puede conllevar un contagio involuntario, de tratarse de patologías transmisibles. Un buen ejemplo de ello se pudo observar durante la pandemia de Covid-19, una circunstancia en la que los sanitarios sufrieron una gran incidencia de contagios. “Este tipo de riesgos laborales asociados a la profesión son también muy importantes”, remarca.
En el mismo sentido, Diego Ayuso desvela otro relevante factor que ha de sopesarse a la hora de ofrecer una salida temprana a la jubilación: el error humano. La Enfermería es una profesión donde “la capacidad física y mental del trabajador debe estar al 100%”. Un estado que con el paso de los años, la sobrecarga de pacientes o el burnout puede verse mermado. “Los errores son humanos y todos podemos equivocarnos. Si en vez de poner una dosis de 100 miligramos, la pongo 500 por equivocación, puedo matar a un paciente”, concluye.