Joima Panisello: "El sector de la salud debe ser actor protagonista de la transformación digital"

ConSalud.es ha hablado con la doctora Joima Panisello del Curso online sobre Telemedicina que organizan la OMC, junto con la FFOMC y Digimevo.

Doctora Joima Panisello, especialista en Medicina Interna y codirectora del curso.

Este lunes, 12 de julio, comenzó el Curso online sobre Telemedicina, 'La tecnología al servicio de la Medicina, garantizando la buena praxis médica', que organizan la OMC, junto con la FFOMC, y Digimevo. ConSalud.es ha hablado sobre esta iniciativa formativa, cuyo plazo de inscripción sigue abierto, con la Doctora Joima Panisello, especialista en Medicina Interna y codirectora junto al Dr. Jesús Lozano de este curso. 

¿En qué va a consistir exactamente el curso?

Este curso pretende ser parte de un programa ambicioso de formación continuada en las tecnologías de la información y comunicación aplicadas al campo de la salud, puesto a punto por las tres entidades. Así, esta va ser la primera parte de este proyecto, no solo con la idea de ir actualizando el contenido con todos aquellos avances que vayan apareciendo en los próximos año, sino con el objetivo de crear una comunidad de profesionales empoderados, motivados y que contribuyan a difundir estos conocimientos.

En esta primera edición se dan los conocimientos fundamentales sobre los que progresivamente se irá construyendo un mapa de habilidades tecnológicas. Así pues tras este curso aquellos que quieran continuar el programa podrán testear sus habilidades y ver en qué aspectos y en qué habilidades digitales deberían hacer una formación más especifica, profundizando en su formación.

"En esta primera edición se dan los conocimientos fundamentales sobre los que progresivamente se irá construyendo un mapa de habilidades tecnológicas"

El presente curso se divide en 6 módulos: En el primer módulo se aborda el cambio de paradigma que supone la transformación digital en salud; en el segundo y tercero, los aspectos médico-legales y éticos, así como los aspectos del código deontológico que debemos tener en cuenta; en el cuarto, los instrumentos telemáticos de la visita no presencial; en el quinto, la educación digital del paciente, un aspecto que va ser fundamental en los próximos años, y en el sexto, se plantean casos y situaciones prácticas.

La pandemia ha acelerado el proceso de la telemedicina en España, ¿están los facultativos preparados para este reto?

La crisis provocada por la pandemia del coronavirus SARS 2 ha puesto a prueba los sistemas de salud a escala global, evidenciando las tareas pendientes a las que todavía tiene que hacer frente el sector. Equipar adecuadamente con las tecnologías de la comunicación y la información (TIC) a los médicos y a los profesionales del sistema sanitario, no sólo es un requisito fundamental para la atención diaria, sino también un elemento esencial que requiere una planificación proactiva tanto para complementar el modelo de asistencia actual como para prepararse frente a una hipotética crisis futura. En esta línea, el estudio Learnings from Covid-19 efectuado por InterbrandHealth entre los profesionales sanitarios de nuestro país evidenció que para el 51% de los médicos la digitalización sanitaria fomenta un mayor seguimiento y control de la salud. El 44% cree que mejora la seguridad clínica, mientras que un 40% destaca la importancia de la monitorización de los usuarios.

Como ocurre siempre, la incorporación de nuevos sistemas comporta un cambio cultural que precisa de una profunda y continuada acción formativa que no se había realizado. Por otra parte, es necesaria la integración de estos sistemas en la historia clínica del paciente y, puestos a pedir, avanzar en la historia clínica Europea que ya ha dado sus primeros pasos.

¿Cuáles han sido los puntos fuertes y débiles de la telemedicina tras este duro año?

La propia pandemia ha supuesto un estímulo para los propios ciudadanos que han aprendido a utilizarla en su vida diaria para estar en contacto con sus seres queridos, etc. Cuanta población septuagenaria, incluso octogenaria o más, no está utilizando whatsapp para relacionarse con sus hijos y nietos, videollamadas telefónicas etcétera. El gran numero de españoles que disponen de teléfono móvil ha sido también un facilitador.

Los puntos fuertes han sido:

  1. Ha permitido la asistencia cuando no fue posible hacerla presencialmente por el casi colapso del sistema.
  2. Ha permitido el acceso disminuyendo las desigualdades geográficas para tener acceso a los servicios de salud. 
  3. Se han evitado muchos traslados para consulta especializada en los hospitales que estaban saturados por la pandemia.
  4. Reducción de exámenes complementarios, de duplicidades, si se comparte la historia clínica.
  5. Ha mejorado la coordinación entre la asistencia primaria y la hospitalaria ampliándose la posibilidad de realizar interconsultas con especialista, de verificar diagnósticos y solicitar una segunda opinión.
  6. Mayor descentralización de la demanda médica
  7. Ha ayudado a combatir la inequidad en el acceso a los servicios.
  8. Mejora en la gestión clínica.
  9. Nuevas formas de docencia tanto en pregrado como postgrado como formación continuada

Los puntos débiles fundamentales son el hecho de que ni el sistema estaba preparado tecnológicamente para dar este salto, ni los propios profesionales habían recibido la formación necesaria para ello.

Tenemos pendiente crear protocolos de actuación alrededor de lo que consideramos trayectorias clínicas multidisciplinares incorporando los recursos sanitarios y los sociales, centradas en el paciente y que definan en qué momento es más óptimo, tanto pensando en los resultados en salud como en la propia experiencia del paciente, cada una de las intervenciones bien sean presenciales bien sean virtuales.

Estas trayectorias deberían sin duda partir del concepto de decisiones compartidas con el paciente. Debe haber de fondo un planteamiento ético, funcional y conductual al momento de buscar la implementación de sistemas de salud basados en tecnología.

¿Y cuál diría que es la situación actual de la telemedicina en nuestro país?

Si tuviera que decir dos palabras utilizaría “variabilidad e insuficiencia”. La telemedicina, impulsada por el auge de las tecnologías de la información y comunicación, y que se define como “la prestación de servicios de medicina a distancia”, incluye múltiples aspectos. Por ejemplo, la implantación del historial médico electrónico, las consultas por videoconferencia y la transmisión de datos médicos a distancia, la telerradiología (transmisión de imágenes diagnósticas a distancia y en tiempo real),  el seguimiento domiciliario de crónicos y dependientes, etc.

Como ocurre con la historia clínica cada comunidad ha desarrollado distintas experiencias en este sentido, lo cual nos permitirá comparar las distintas experiencias y aprender de las mejores prácticas.  Ahora bien, un hito sin duda muy importante fue la interoperabilidad alcanzada en 2019, basada en tres elementos (sistema común de identificación, historia clínica y receta electrónica). Estos no solo contribuyeron a la calidad asistencial, facilitando el acceso a los servicios y prestaciones sanitarias, sino también a una gestión más racional de los recursos y a una mayor vertebración del sistema sanitario, garantizando a los pacientes la circulación dentro del mismo.

"Como ocurre con la historia clínica cada comunidad ha desarrollado distintas experiencias en este sentido, lo cual nos permitirá comparar las distintas experiencias y aprender de las mejores prácticas"

Queda mucho por hacer, pero sin duda el revulsivo de la pandemia ha acelerado los planes programados por las distintas comunidades y también los planes Europeos.

Esta crisis sanitaria global ha puesto en evidencia  nuestras ineficiencias y por ello, hemos de aprovechar el momento para promover cambios estructurales y no solo coyunturales en la línea de lo recogido en el 'Informe sobre transformación Digital en Salud' publicado por la Asociación Salud Digital hace dos años, y actualizada este mismo año, desde la experiencia y aprendizaje adquiridos.

Hace más de una década y media que comenzaron las iniciativas para el impulso de las nuevas tecnologías en los sistemas de salud de España, con el 'Plan Avanza', y su posterior la iniciativa 'Sanidad en Línea'. Ahora bien, a la complejidad en el desarrollo de estas iniciativas se añadió la disparidad de sistemas que funcionaban previamente en cada una de las comunidades autónomas (que dificultaban tanto la estandarización como comunicación) y las distintas normativa vigente en cada comunidad y a nivel estatal. A pesar de todo ello uno pudiera pensar que ha habido más que tiempo suficiente para que todos estos servicios estuvieran funcionando.

¿Y por qué se producen todos estos retrasos, incluso muestras de rechazo a estos avances?

Hay muchos motivos estructurales y organizativos que han dificultado  la evolución digital de nuestro sistema de salud, como la falta de normalización semántica, de estandarización, los problemas de comunicación (interoperabilidad) entre sistemas independientes, y el tema de la confidencialidad de los datos de los pacientes.

En el informe de Gautam Jaggi recogido en el informe Salud Digital se cita un aspecto muy importante: “La resistencia al cambio es un factor determinante para transformar las organizaciones sanitarias. No existen incentivos para promover un cambio. Por otro lado, se necesita definir una política de resultados, basada en el pago por valor y el bienestar de los pacientes”. Y, así, nos encontramos una vez más ante un problema fundamental de resistencia al cambio, que necesita, por tanto, de un proyecto global de Gestión del Cambio para ser encarado con garantías.

"Los participantes estarán en mejores condiciones de afrontar la atención sanitaria incorporando las habilidades digitales a su práctica clínica diaria, dentro del marco legal, ético y deontológico actual"

Desde el 'Informe de Salud Digital de 2021', en el apartado 'Retos', se proponía la creación de un organismo que elaborara las estrategias necesarias, y también regulara y desarrollara de forma coordinada todas las iniciativas de Salud Digital, integrando a los distintos actores que intervienen en el sistema, no sólo a las Administraciones y compañías de desarrollo tecnológico, sino también a los profesionales del sector sanitario y, sin duda alguna, en primer lugar y como centro de todo el proceso, al paciente, al ciudadano.

En este momento, el sector de la salud debe ser actor protagonista de la transformación digital que necesita España como una de las palancas fundamentales para relanzar la actividad económica, contribuir al aumento de la productividad, al tiempo que contribuye a la reducción de las desigualdades. Así pues los profesionales de la salud debemos alinearnos con el aprovechamiento de todas las oportunidades que brindan estas nuevas tecnologías en línea con lo recogido en la 'Agenda España Digital 2025'.

¿Qué habilidades podrán adquirir los profesionales en este curso?

Los participantes estarán en mejores condiciones de afrontar la atención sanitaria incorporando las habilidades digitales a su práctica clínica diaria, dentro del marco legal, ético y deontológico actual.

Serán capaces de saber seleccionar qué pacientes y en qué situaciones pueden ser atendidos virtualmente, el marco jurídico y deontológico; qué pueden hacer y qué NO pueden; cómo realizar una videollamada, aspectos comunicativos y técnicos fundamentales de las mismas; cómo recoger la información, principales problemas que pueden afrontar y cómo resolverlos. Sabrán prescribir vídeos formativos a sus pacientes utilizando canales POC y evaluar sus resultados. También conocer el internet de las cosas con distintos aparatajes que les permiten hacer un seguimiento de sus pacientes.

El curso se complementará con distintos webinars que abordarán patologías en concreto y ver la aplicación de la telemedicina en ellas, así como la posibilidad de utilizar la plataforma digital integrada en el curso, Digimevo, que permite la prescripción /indicación de vídeo y material audiovisual como parte de la trayectoria clínica de un paciente en aras a mejorar no solo la adherencia terapéutica sino los resultados en salud y la propia experiencia del paciente.

¿La formación está destinada para determinados especialistas o para todo profesional que ejerza la Medicina?

Si queremos vencer la resistencia al cambio que es un factor determinante para transformar las organizaciones sanitarias, cualquier médico sea cual fuere su ámbito de actuación y/o especialidad debería formarse en este ámbito. Este curso ha sido creado de manera que pueda ser útil a cualquier facultativo independientemente de su especialidad. Los temas de los webinars van a adaptarse al perfil de las especialidades de discentes que asistan al mismo. En principio están programados ya tres: uno sobre depresión, el otro sobre obesidad y el tercero sobre dolor crónico.

Los pacientes van cambiando y ahora el médico se encuentra más a menudo con un paciente digital, que no duda en recurrir al "doctor Google" y en buscar por internet. ¿Considera, por tanto, imprescindible comenzar a prescribir apps o webs de información que puedan ayudar en el abordaje de la patología a tratar?

Una de las búsquedas más frecuentes que hacen las personas en Google es en relación con los temas de salud. Según una investigación realizada por el British Medical Journal, la mayoría de los verificadores que encontramos en Google suelen ser erróneos. Si incluso a los profesionales a veces nos es difícil discernir si una información de nuestro campo es verídica, imagínese qué sucede con nuestros pacientes. En este contexto asistimos a la aparición de un nuevo fenómeno: la cibercondría, también denominada hipocondría digital. Es la búsqueda constante de información relacionada con la salud en Internet. Habitualmente la búsqueda se basa en síntomas que presenta la persona en un intento de encontrar la causa que los está originando. El 70% de las búsquedas las realizan mujeres, frente al 57% de las realizadas por varones. Esta búsqueda sin descanso por parte del paciente suele ir acompañada de una interpretación de síntomas leves o incluso sensaciones corporales como indicadores de alguna enfermedad grave. Esto dispara aún más la ansiedad de manera que el paciente cae una especie de bucle de manera que cuanto más busca, más se angustia y cuanto más se angustia, más busca. La mayoría de los síntomas que experimenta el paciente suelen ser benignos, pero debido al desconocimiento médico, son interpretados erróneamente, atribuyéndole el paciente un significado mucho más grave del que suelen tener, generando una espiral de pánico. A veces incluso este comportamiento viene seguido de autodiagnósticos e incluso automedicaciones.

Este tema hoy en día está claramente solucionado a través de la prescripción de información visual, es decir, en vídeo, a través de las plataformas denominadas “Point of Care” (POC) . Se caracterizan por un gran soporte tecnológico y por disponer de material acreditado y verificado. De hecho en nuestro curso los discentes utilizan la Plataforma Digimevo para este fin.

En el curso entramos también a revisar los sistemas de acreditación y validación de apps, y la posible prescripción de las mismas. Recordemos que lo importante no es tener mucha información, sino que esta sea fiable, esté validada y que sepamos interpretarla.

¿Considera que herramientas como las aplicaciones u otros dispositivos digitales serán claves en la atención al paciente crónico?

Sin ninguna duda. Prescribir apps y dispositivos digitales no será muy diferente de prescribir un examen complementario o un fármaco.

Las preguntas: ¿Tiene valor añadido? ¿Está validado? Si es así, ¿en qué circunstancias y para qué tipología de paciente? ¿Cuáles son las indicaciones, las contraindicaciones y los efectos secundarios, es decir, otros aquellos efectos negativos que puedan derivarse de su uso? ¿Me ayuda a tener una mayor adherencia terapéutica, a mejorar los resultados en salud y a que el paciente tenga una mejor experiencia? Y por último, cómo interpreto la información que me aporta y que hago con ella, es decir cómo venzo la inercia terapéutica.

"Prescribir apps y dispositivos digitales no será muy diferente de prescribir un examen complementario o un fármaco"

A modo de ejemplo la app SocialDiabetes, inicialmente para diabetes insulinodependiente es un óptimo ejemplo de ello. Otras podrían ser S´acabo para ayudar a dejar de formar. Otro muy buen ejemplo serían las apps para HTA. En este sentido, por ejemplo OMRON acaba de sacar en Reino Unido una aplicación que recoge los datos de tensión arterial de los pacientes sea cual fuere la marca del device utilizado para medir la tensión y si el resultado no está dentro del objetivo terapéutico, pide al paciente que repita la determinación. Una vez confirmada esta, envía una alerta al médico responsable incluso sugiriéndole un cambio en la pauta bien sea higienicodietética o/y farmacológica ajustada a los protocolos NICE. Este proyecto se ha hecho con la información recogida en un estudio clínico y se ha llevado a cabo con la participación de una gran cantidad de general practitioners (el equivalente a nuestros médicos de familia). Próximamente se adaptará a las guías europeas para poder implementarle en nuestro país y en el resto de Europa y de hecho esperamos poder invitar a los facultativos a participar en este programa.

La pandemia ha obligado a implementar las consultas online. Aunque pueda parecer un formato más frío a la consulta presencial, ¿de qué manera pueden los médicos "humanizar" dicha atención?

Las consultas virtuales nos enfrentan con importantes retos, entre ellos, el de crear confianza (es más difícil de crear confianza en una vista virtual que en una presencial) y establecer una buena relación con el paciente, comprobar su correcta comprensión, los desafíos tecnológicos, los códigos de conducta, incluyendo el código de vestimenta, la recogida de información, etcétera.

Por ejemplo, se puede establecer una excelente relación a través de la telemedicina no solo con la excelencia del trato, sino que en este caso va a ser fundamental atender a la configuración del sistema. Asegurarnos que la recepción es correcta, que disponemos de un teléfono preferentemente fijo por si tenemos un problema en la cobertura; la situación de nuestro ordenador y el ángulo en que está colocado; el contacto visual es muy importante y debemos recordar que para mirar al paciente a los ojos hay que mirar a la cámara (cámara o punto verde), no a la cara que vemos en la pantalla; debemos conocer el decalaje que se produce en el sonido (y con el %G prácticamente desaparecerá), saber marcar bien los ritmos, la comunicación no verbal, etcétera.

Es muy importante recordar que todas aquellas habilidades comunicativas que hemos atesorado durante nuestra práctica clínica siguen siendo válidas. Una muy importante en la visita presencial y casi aún más en la virtual es la escucha activa. Otra es la posibilidad de compartir pantalla tanto para explicar resultados analíticos o de pruebas complementarias de imagen como el compartir vídeos específicos diseñados para que el paciente entienda una enfermedad, o un procedimiento o una opción terapéutica. Para ello es lo que utilizamos los canales POC, además estos nos permiten poder prescribir un vídeo después para que el paciente puede volver a visualizar un contenido, unas recomendaciones etc que creemos son importantes. De hecho hay un concepto que cada vez será más importante una receta no es una prescripción. Una receta tiene que ir acompañada de una serie de complementos para que acabe generando la adherencia terapéutica.

¿Es posible, por ejemplo, adaptar los conocimientos sobre la exploración física a las características de la consulta no presencial?

En este aspecto cada vez dispondremos de devices que nos permiten/permitirán hacer una otoscopia a distancia, hacer una auscultación cardíaca, tener un registro del ritmo cardíaco en el mismo momento etc. Ahora bien que nadie se llame a engaño, la visita virtual complementa la presencial. Habrá momentos en el viaje del paciente en que lo más óptimo será una visita virtual, otras será presencial. El reto es saber indicar aquella que es mejor en cada momento atendiendo no solo a la patología y comorbilidades del paciente (paciente crónico, paciente crónico complejo, paciente agudo etc), sino también a las circunstancias socioculturales y vivenciales del paciente y sus preferencias.

Y, por último, ¿se encuentran cada vez con más demanda de este tipo de formación entre los profesionales? ¿Hay un interés general en implementar este tipo de habilidades?

Una reciente encuesta a nivel internacional aun no publicada ha coincidido con muchas otras llevadas a cabo por distintas sociedades médicas y colegios poniendo en evidencia esta demanda formativa.

Queremos el Dr. Jesús Lozano codirector del curso y yo, en nombre de las tres organizaciones, OMC, FFOMC y Digimevo y de los equipos de trabajo de las mismas, agradecer  a Viatris, a la Fundación para el fomento de la salud y a OMRON su patrocinio. También a todos los autores y tutores que han contribuido con sus conocimientos y experiencia a la redacción de los temas del curso.

Y por último animaros a matricularos y a cursar de la forma más activa posible este curso para que seamos capaces de crear esa comunidad de profesionales de la salud que incorporan a su práctica diaria los recursos de las nuevas tecnologías. ¡Os esperamos!

INSCRIPCIÓN AL CURSO

PROGRAMA COMPLETO

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.