Las vacunas son el avance más importante en materia de salud y desarrollo a nivel mundial, tal y como recoge el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Desde la aparición de la primera vacuna, contra la viruela, se han desarrollado diferentes sueros que constituyen “el método más seguro que hay en el mundo para proteger a los niños de enfermedades mortales”, indica la organización mundial. “Pueden salvar 4,4 millones de vidas al año, y se estima que si se cumplen las metas de 2030 en vacunación se salvarán hasta 5,8 millones”, recuerda Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) en esta entrevista a Consalud.es con motivo de la Semana Europea de Inmunización.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 2010 y 2018 solo con la vacuna contra el sarampión se evitaron 23 millones de muertes. “Más de 20 enfermedades potencialmente mortales pueden ahora prevenirse mediante la inmunización”, indica el organismo. Los objetivos son certificar la erradicación de la poliomielitis para 2023; reducir las muertes por cólera un 90% para 2030; reducir los casos de infecciones crónicas por el virus de la hepatitis B en un 95% para el mismo año y los fallecimientos un 65%; eliminar las epidemias de meningitis para 2030; erradicar el sarampión y reducir a cero el número de muertes por causa de rabia transmitida por perros.
"Este año hemos vuelto a una situación similar a la década de los 2000 en inmunización. Tenemos que solventarlo y corregirlo"
Metas, que sin embargo, estos años se ven más lejanas debido a la reducción de la vacunación durante la pandemia. De media, cada año 20 millones de menores de un año en el mundo no reciben las vacunas nuevas, más de 13 millones no reciben ninguna vacuna de los programas de inmunización, según datos de la OMS; con la pandemia se produjo “el mayor retroceso en vacunación de los últimos 30 años”, con 67 millones de niños que no fueron vacunados total o parcialmente entre 2019 y 2021 según el informe ‘Estado Mundial del a Infancia 2023: Para cada infancia, vacunación’ desarrollado por Unicef.
Ante esta realidad, este año la Semana Mundial de la Inmunización se celebra con el lema ‘Cada dosis cuenta’, para incidir en la importancia de revertir esta situación en la que año tras año la vacunación cae, como explica Jaime Pérez, presidente de la AEV.
¿Qué importancia tiene en la concienciación social la Semana de la Inmunización?
Normalmente hablamos de vacunas de forma reactiva, es decir, cuando una enfermedad surge, se está desarrollando una nueva vacuna o en el proceso y las campañas de vacunación. Ahora lo que hacemos es poner en valor la inmunización y su papel en la prevención de enfermedades inmunoprevenibles. Y este año es muy importante hacerlo tras haber vuelto a una situación similar a la década de los 2000 en inmunización. Tenemos que solventarlo y corregirlo.
En este sentido, ¿qué retos existen para poder volver a cifras de vacunación anteriores a la pandemia?
Actualmente el mayor escollo es la confianza de la población. La encuesta sobre la reticencia vacunal realizada a 55 países mostró que en 52 se había producido una disminución de la confianza de la población. Este dato es sorpresivo si tenemos en cuenta que si actualmente la pandemia Covid-19 es como es, es porque todos nos hemos vacunado. Incluso en nuestro país, donde la confianza era muy alta, superior al 95%, ha bajado ocho puntos y ahora está al 89%. Seguimos siendo el país con menos reticencia en la inmunización, pero son datos preocupantes.
Y no hay que olvidar que cada vez más epidemias y pandemias se desencadenarán en el futuro. ¿Cómo se trabaja para conseguir adelantarnos a esta situación en prevención e inmunización?
Cada vez se darán más procesos como la Covid-19, y en este contexto la inmunización tendrá mucho que aportar. Para ello está siendo clave el desarrollo de vacunas con plataforma ARN mensajero, que han mostrado su eficacia y seguridad y permiten un proceso más rápido. También está siendo muy positivo el desarrollo de vacunas contra virus como el dengue, el zika o el proceso de fabricación de una vacuna contra el chikinguya. Son patologías que se dan principalmente en los países de clima cálido, donde más se administrarán las vacunas, pero que no es descartable que acaben llegando a nuestro país.
Se está conformando un importante arsenal de inmunización y prevención de esas patologías que puedan emerger
Además, están en desarrollo vacunas para prevenir epidemias y pandemias como la que pueden causar virus de la gripe que actualmente no afectan a humanos; o los henipavirus como el nipah. En general, se está conformando un importante arsenal de inmunización y prevención de esas patologías que puedan emerger, con tecnologías que serán vitales para enfrentar estas nuevas patologías y prevenir nuevas pandemias.
La Covid-19 ha tenido un importante papel para el impulso de esta tecnología ARN mensajero que comentaba, ¿qué más enseñanzas nos ha dejado?
Con la pandemia hemos visto que se han flexibilizado algunas cuestiones en el desarrollo y autorización de las vacunas sin eliminar el rigor preciso. Se ha trabajado entre todos los agentes implicados para inmunizar lo más rápido posible. En España, tanto el Ministerio como las Comunidades Autónomas, han planificado las campañas de vacunación antes de que estuvieran los fármacos autorizados, de tal manera que en cuanto se aprobó se procedió a inocularse. Esta agilidad en los procesos es algo que deberíamos incorporar en todos los casos.
Teniendo en cuenta la situación actual y el futuro, ¿qué situación se vive hoy en día en el mundo de la inmunización?
Cada año tenemos vacunas nuevas para los adultos y los niños, mejores y de forma más temprana. Se han desarrollado nuevas tecnologías, anticuerpos monoclonales de larga duración y más sencillos de administrar, plataformas que han llegado para quedarse, y se ha mejorado la accesibilidad. Con todo, tenemos retos importantes en cuanto a la confianza de la sociedad en ellas y al desarrollo de vacunas que mejoren la eficacia de las existentes para algunas patologías.