Investigadoras del CNIO y CNIC descubren una proteína clave para “quemar” grasa y tratar la obesidad

El estudio está liderado por las investigadoras Guadalupe Sabio, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y Cintia Folgueira, del CNIO y también del CNIC

Beatriz Cicuéndez, Guadalupe Sabio, Marta León y Cintia Folgueira, investigadoras del CNIO y CNIC. (Foto: Laura M. Lombardía / CNIO.)
Beatriz Cicuéndez, Guadalupe Sabio, Marta León y Cintia Folgueira, investigadoras del CNIO y CNIC. (Foto: Laura M. Lombardía / CNIO.)
CS
13 enero 2025 | 13:10 h

Un estudio reciente, liderado por investigadoras del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha identificado un mecanismo clave en la lucha contra la obesidad, una enfermedad que ya afecta a 650 millones de personas en el mundo. Este hallazgo, centrado en la grasa de tipo marrón o parda, también podría tener implicaciones clave en la prevención de enfermedades cardiometabólicas y ciertos tipos de cáncer.

El equipo, encabezado por Guadalupe Sabio y Cintia Folgueira, ha demostrado que la proteína MCJ, presente en las mitocondrias de las células, regula cómo se quema la grasa parda para producir calor. En sus estudios, los ratones obesos a los que se eliminó esta proteína generaron más calor y experimentaron una pérdida de peso notable. “El tejido adiposo es un órgano complejo que actúa de regulador del metabolismo de todo el cuerpo, y por tanto es probable que modular su función sea una vía para combatir la obesidad”, explican las autoras en la revista Nature Communications.

"Desde hace tiempo se piensa que se podría prevenir la obesidad consiguiendo que esta grasa gaste más energía al generar calor. Así que lo primero es entender su funcionamiento"

La grasa parda, a diferencia de la blanca que almacena energía, tiene un papel esencial en la generación de calor o termogénesis, proceso que permite al organismo mantener su temperatura corporal. Según Sabio, “desde hace tiempo se piensa que se podría prevenir la obesidad consiguiendo que esta grasa gaste más energía al generar calor. Así que lo primero es entender su funcionamiento”.

El descubrimiento de este mecanismo ofrece nuevas esperanzas en el tratamiento de la obesidad, al identificar la proteína MCJ como una potencial diana terapéutica. Beatriz Cicuéndez, primera autora del estudio, señala que la eliminación de esta proteína activa “una vía de señalización esencial para la adaptación al estrés causado por la obesidad”. Esto provoca un aumento del consumo de grasas, azúcares y proteínas, lo que se conoce como catabolismo, para generar calor en la grasa parda.

PROTECCIÓN FRENTE A OTRAS ENFERMEDADES

Los hallazgos también muestran que los ratones sin MCJ en la grasa parda están protegidos contra patologías metabólicas asociadas a la obesidad, como la diabetes o el aumento de lípidos en sangre. Esto abre la puerta a futuras terapias destinadas a bloquear esta proteína en pacientes humanos. Sin embargo, Sabio advierte que aún quedan preguntas por resolver: “Estamos intentando ver si estos cambios en la grasa afectan al crecimiento tumoral o a la caquexia –pérdida de músculo y grasa– que aparece también a veces relacionada con el cáncer”.

Durante años se creyó que la grasa parda utilizaba un único mecanismo para generar calor, pero la investigación demuestra que son varios. Este avance amplía las posibilidades de desarrollar tratamientos más efectivos contra la obesidad y sus complicaciones. “Descubrir nuevos mecanismos de producción de calor en la grasa parda es una de las dianas más interesantes en el estudio de la obesidad”, asegura Sabio.

"Descubrir nuevos mecanismos de producción de calor en la grasa parda es una de las dianas más interesantes en el estudio de la obesidad"

La investigación del CNIO y CNIC también destaca que trasplantar grasa parda sin MCJ a ratones obesos redujo su peso significativamente, mostrando el impacto directo de esta proteína en el metabolismo. Los resultados respaldan la idea de que modular la grasa parda podría tener efectos terapéuticos notables.

El siguiente paso será desarrollar una terapia que permita bloquear MCJ en humanos. Antes de esto, el equipo deberá investigar si esta proteína tiene funciones vitales en otros tejidos para evitar posibles efectos secundarios no deseados.

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